Con Amor, Para Ti

CAPITULO DOS

—¿Porque tienes esa cara?—
Pregunta Olivia—Acaso no es lo que quieres

—Es complicado—me limito a responder, para acomodarme la playera blanca con orillas azules de las mangas y cuello.

—¿por que?—pregunta Gia terminando de retocarse el labial carmesí y cerrando el estuche de su espejo.

Termino de amarrarme las zapatillas blancas y recobro la postura.

—Chicas—ruego desesperada— prometo contarles pero primero quiero terminar con esto, por favor.

Ellas solo asienten resignadas, recojo mis cosas y salimos de los vestidores para reunirme nuevamente con los chicos impacientes, ya que nada mas nos ven, nos hacen apresurar el paso.

Ingresamos al gimnasio que esta atusado de estudiantes, tanto de candidatas para formar parte de las Little Wolves (haciendo fila para la inscripción) como de espectadores; entonces, observo al multitud del graderío y veo a la gran mayoría del equipo tal como lo habían mencionado Keith y Owen, aquellos que nada mas me ven y empiezan a hacen un intento de ola para después echarse a reír.

Jake esta como en el medio, me guiña un ojo desde donde esta y le devuelvo una sonrisa forzada que se desvanece al darme cuenta de lo que esta usando mas bien lo que todos los del equipo están usando, esa... son... camisetas... pero no cualquier camiseta, ¡no!, son camisetas con mi cara y nombre impresas en el pecho, inmediatamente busco al que creo responsable de la idea 
«Elliot». Cuando al fin lo diviso levanta su pulgares y se mofa, solo pongo los ojos en blanco.

—Estaremos con ellos—informa Gianna mientras señala a Owen y Keith

—¡Suerte!—corean los cuatro, mientras se van con los demás y yo me acerco a la fila, donde las chicas mas cercanas voltean a verme asombradas, inclusive algunas que están un poca mas lejos sacan la cabeza de la fila solo para fijarse en mi y empezar a murmurar entre ellas.

Balanceo mi peso en cada pie constantemente esperando mi turno, en definitiva me encuentro tan ansiosa que ahora quiero que esto empiece ya; dentro de poco estaré pisando el gimnasio muchas mas veces de lo que he estado visitándolo alrededor del tiempo que llevo estudiando aquí.

«Fantamierdastico»

La chica que esta frente a mi avanza dos pasos y yo le sigo el ritmo, asomo la cabeza fuera de la fila para darme cuenta como esta va acortándose poco a poco; pronto será mi turno, y por alguna razón ahora ya no quiero que siga avanzando. Es por eso que cuando falta una chica para que llegue mi turno le cedo mi lugar a tres chicas detrás de mi, aun que a estas alturas ya es inevitable.

Elliot perdió su puesto de capitán ahora, como una manera de estar a mano me toca mi parte; Es justo lo opuesto a lo que se reproducía por mi cabeza. Pero, ya nada puedo hacer cuando me doy cuenta que soy la próxima en pasar con la entrenadora.

Levanta la vista cuando termina de darle vuelta a la hoja y se sorprende al verme también, luego frunce el seño para terminar negando y riendo después.

«¿QUE... acaso hoy es el día: "búrlate de Audrey"?»

—¿Audrey Brestor tu aquí?, eso si que es lindo, tu madre si que estará encantada con esta decisión.

«Si le contara»

—Aja—digo indiferente—algo así

—Bien—dice sin dejar de observarme raro—, La cosa es así—prosigue—yo te pregunto tu me das tus datos y luego pasas con Kendra que te entregara tu numero ¿de acuerdo?

Solo asentí.

Lo que me faltaba, Kendra.

He estado observando desde que me pare el la fila, que hay tres chica que están entregando los números y justamente con Kendra tenia que nadarme.

La pelirroja orgullosa, que por algunas razones durante un largo periodo de tiempo y hasta hoy, me ha tratado como su enemiga implacable, si me pregunta a mi el ¿por que?... diría que pueda que le falta alguna tuerca a su cabeza, porque no recuerdo haber hecho algo contra ella para merecer tal titulo, pero quizá si se le preguntamos a ella la respuesta se limite a un "que te importa"; si... ella no intenta al menos ser un tanto agradable o no tiene palabras para justificar su inmadurez.

Después de responder las preguntas muy básicas del formulario la entrenadora me señalar a donde debo dirigirme, le doy un gracias y me acerco a paso lento y forzado para ser la siguiente, pero llegando justo para oír las ordenes de Kendra a la chica que esta con ella.

—Ahora fórmate, perdedora.

—¡Si claro, Kendra!—dice la castaña emocionada—¡Gracias Kendra!

—Siguiente—grita y yo aproximo a sus ojos bien abierto.

—no, no, no ¿enserio?—
dice burlona pero aun así hay una chispa de incertidumbre en sus ojos miel.

—Creo ser la siguiente ¿no?—digo ladeando la cabeza, ella se levanta de su asiento intentando intimidarme al inclinarse hacia mi, haciendo llamar la atención de varias personas.

—¿Que pretendes aquí?—
pregunta ya irritada

—No tengo porque responder eso—respondo con insolencia—
solo quiero mi numero y esteremos en paz

—Tu y yo—se burla—
nunca estaremos en paz, Audrey

—¿Sabes?—digo cruzándome de brazos ya cansada—, Me parece curioso que lo menciones, porque me caería bien que me recordaras ¿Que te he hecho? ¿a caso me perdí de algo?.




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