Prólogo

Doy vuelta en una esquina en dirección a mi casa, acelerando mi bicicleta y este hace que el movimiento se tambalee tan peligrosamente perdiendo un poco el equilibrio cuando alguien se cruza en mi camino y por poco casi atropello a uno de mis vecinos. Pero incluso así, eso no me detiene, grito una disculpa en su dirección cuando me alejo a toda velocidad y finalmente logro divisar la puerta de mi casa. Dejo caer la bicicleta a un lado y corro escaleras arriba cuando ya estoy dentro de esta.

—¡Estoy en casa!—Grito y mis padres dicen algo atrás pero no logro escuchar porque ya estoy corriendo a la planta de arriba, abro la puerta de mi habitación de una patada, encontrando a mi gato Baloo pero este se asusta por el sonido y escapa por la ventana hacia la casa de árbol que se encontraba ahí.

Ay.

Arrojo la mochila a un lado y me acomodo en mi escritorio, estaba temblando como un pollo por los nervios incluso sentía que el sándwich que tuve de almuerzo comenzaba subirme por la garganta. Tenia las manos sudadas por los nervios y el corazón se me iba a salir en cualquier momento. Solo faltaban tres minutos y veinte segundos para saber lo que tanto me asustaba desde hace un par de meses.

De hecho mi vida iba a cambiar en los próximos minutos y yo me iba a desmayar en cualquier momento.

Nunca era sencillo obtener las cosas que yo quería en mi vida, me tuve que esforzar muy duro desde muy pequeña, tenía unos padres maravillosos que me habían enseñado eso. Si yo quería algo entonces eso me iba a costar muchos esfuerzos y lo obtendría. Jamás imaginé que un día iba a estar sentada a solo segundos de saber el veredicto de mis próximos cinco años, actualizaba una y otra vez la página para saber si me habían aceptado o no en la universidad de la cual me había enamorado la primera vez que me entregaron el folleto en la preparatoria. En ese entonces estaba en el último año de la preparatoria y ya me sentía agobiada sobre mi futuro y luego Papá me había arrastrado a una conferencia que él tenía de la preparatoria y entonces sucedió, ese día hubo corazones flotando e incluso escuché los mismos coros del cielo y podría jurar que ese era el mismísimo Jesús diciéndome que esto era lo que me había estado preparando en la vida y simplemente algo en mí se activó y no paré. Estudié tan duro que me sangraba la nariz muy seguido, pasaba la mayor parte de mu tiempo en la biblioteca de mi ciudad o de la preparatoria cada vez que estaba libre después de mi trabajo de medio tiempo. Y aquí estaba, mordiéndome las uñas a tal punto de desaparecerme el dedo.

 ¿Esos eran los mismos coros que escuché en la conferencia?

Mis padres abren la puerta y se acercan a mi lado muy nerviosos al igual que yo.

—Calma calma, te harás daño el dedo —mi madre me quita el dedo de mis labios viendo como actualizo la página una y otra vez, ella incluso estaba peor que nerviosa que yo. Papá por otra parte aparece con una bandeja de papitas y una botella de su vino favorito que solo se utilizaban en ocasiones especiales dejándolas a un costado de mi escritorio. Incluso tenía algunas serpentinas alrededor del cuello, el sombrero amarillo de año nuevo y un sonajero entre los labios, y verlo así me produje alegría porque el y yo habíamos hecho un trato, independientemente de como salieran las cosas nosotros íbamos a celebrarlo como si él hubiera ganado las elecciones presidenciales del pueblo.

—Mamá ¿Qué pasa si no estoy dentro? —pregunto después de unos segundos, ella me mira y sonríe.

Quería ser sincera, había una pequeña duda por parte mía, que pasaba si todos esos esfuerzos que me costaron noches sin dormir, sin comer e incluso en ocasiones me sangraban la nariz por estudiar muchas horas, de pronto resultarán en vano. Y estaba el hecho que había hecho ese examen por una beca completa de cual solo aceptaban a uno de miles.

Mi dedo iba a desaparecer en cualquier momento porque me los volví a meter en la boca.

Ella me los quita muy despacio —Que hablamos sobre eso cariño, sin importar lo que pase nosotros estamos muy orgullosos de lo que lograste. Además tu padre esta listo para celebrar sin importar el resultado— responde y yo sonrío cuando papá se sirve un poco del vino y se acerca a nosotras. Me da una suave golpe en la nariz y a mamá le posiciona un beso en la sien.

—Por supuesto que si, ahora solo faltan 40 segundos —Avisa él viendo al ordenador, yo volteo y siento como si estuviéramos contando el despegue de un cuete o algo, porque comienza el verdadero terror. 

En cualquier momento me iba a desmayar, eso era un hecho.

Pasan los últimos segundos y yo me quedo muy quieta como una estatua sin poder respirar, cuando la página se actualiza y se logra ver el resultado en la página de la Universidad por un momento no logro entender lo que sucede hasta que escucho a mamá soltar un fuerte grito y a papá saltar por toda la habitación. Entonces enfoco mi vista y definitivamente me iba a morir.

¿Ese de ahí era Harry Styles sonriéndome en la pantalla?

Felicidades, nos da el placer de informarle que usted fue aceptada en Washington University. 

Dios mío era real.

Mis lágrimas comienzan a correr por mis mejillas y yo también doy el grito victorioso como mis padres.

—¡ME ACEPTARON!

—¡LO HICISTE!

Mi padre nos abraza y nos ponemos a dar saltitos por toda mi habitación muy eufóricos como si hubiéramos ganado la lotería o mejor como si mi padre realmente hubiera ganado las elecciones de alcaldía.

—¡VIVA EL PUEBLO! —da un grito al cielo mi padre, mi madre y yo no lo quedamos viendo tan confundidas pero no nos importa y seguimos dando saltitos de emoción.

—¡Entraste mi pequeñita!— dice después de unos segundos acercándose para abrazarnos a las dos a tal punto de dejarnos sin aire —Esto se tiene que celebrar, llamaré a tu abuela y a toda la familia porque tenemos que hacer una fiesta como esas patronales del pueblo —saca su teléfono del bolsillo y se aleja gritando a este mismo cuando lo tiene en su oído y desaparece por la puerta.