Tristan mas alla de ser un joven a punto de finalizar su carrera universitaria, con ofertas de trabajo maravillosas en puerta, una familia y amigos reales, era un joven que muy en silencio lo aquejaba la carencia de esa persona a la cual entregarle su corazón. El ya no era un niño deseaba con esmero conseguir a la mujer indicada para darle todo su amor, a sus 23 años solo se imaginaba y añoraba compartir su vida con alguien.
Tristán es catalogado como el chico gracioso e impertinente que se ha saltado varios años en su carrera por su excelencia académica. Quizás esa misma impertinencia que lo caracteriza lo llevó a compartir una banca en el parque con una chica de mirada perdida en algún punto del horizonte, esa misma imprudencia que lo llevó a preguntarle si era ciega, pues aunque resulte extraño Melissa a simple vista era una chica comun y corriente, algo que se debía a su muy ensayada cara de pocos amigos que lograba ahuyentar a cualquiera a excepción de Tristán, el silencio reino pero la respuesta se hizo presente cuando la mirada perdida de Melissa intentó fallidamente enfocarlo, Tristán lo supo. Esa tarde sin notarlo él decidió compartir su soledad con la chica de mirada distante, de alli en mas se inició la rutina, muchas veces Tristán llegaba algunos minutos antes que ella recorría la plaza para lograr ver de qué lugar vendrá, pero nunca logró saberlo pues al volver a la banca Melissa estaba allí sentada, impasible como de costumbre.
La rutina consistía en que a partir de las 4:00 pm se encontraban uno sentado al lado del otro, preguntas van y preguntas vienen. Tristan queria mas de Melissa la queria en todos los sentidos, la quería como para una cena familiar, para una cita romántica, la quería para su vida, la quería para el.
El no tenia miedo pues al tomar su mano fría por el clima tempestuoso de noviembre se sentía en paz, se sentía en casa, el sabia que Melissa no estaba dispuesta a lo mismo, Melissa llegó a poner condiciones para sus poco aparentes citas; él debía llegar siempre después de las 4:00pm y irse mucho antes que ella, ella no quería que él supiera de dónde venía ni hacia dónde iba. Tristán ya lo sabia finge no haberla seguido todas las tardes hasta esa pequeña casa hogar donde ella residía.