Con los ojos del alma [serie Arévalo #2]

Capítulo 6

Me levanté de un saltó

- ¿yo qué? -sentía que ardía en furia.

- explícame Lena, ¿qué rayos hacías encima mío? - se acomodó en su silla.

- es el colmo, ¿no creerás que estaba tratando de seducirte?- no me importó tutearlo.

-¿eso hacías? - sujeto su bastón con fuerza.

- ni en tus sueños, me acerqué para despertarte estabas teniendo pesadillas - se enderezó y giró su rostro hacia mi aunque sus ojos no me veían, el color de sus ojos eran grises y casi juraba que sería mi color preferido.

-¿pesadillas?- se quedó en silencio - ¿hable dormido?

-si lo que teme es que si descubrí algún pasado oscuro - se levantó tan rápido que retrocedí.

- ¿que dije Lena?- lo vi acercárseme, pasé la lengua por mis labios.

- nada - desearía volver a ver esa mirada puesta en mí, como la noche en que lo conocí, aunque podían ser Salomón quien me cautivó.

- no mientas - tenía miedo, no lo conocía realmente y no sabía si era capaz de golpearme -exijo me lo digas.

Suspiré

- no dijo nada importante, solo mencionó a una Naty - apretó los labios.

-¿que hablé sobre ella?- la puerta se abrió y me sentí más tranquila al ver a don Víctor.

-¿qué pasa aquí Sébastien? Se escuchó tu grito afuera - calcule la distancia que tenía hasta la puerta, Sébastien estaba distraído, di un paso y sentí el bastón moverse, lo había puesto en el camino.

- el problema es Lena- enarque una ceja.

-¿yo? - me giré hacia el molesta - mi pecado fue tratar de despertarlo de su pesadilla, dormido me atrajo hacia su regazo y me llamó Naty - no pase por alto que don Víctor se giró a verme- y antes que preguntes lo único que dijiste fue Naty perdóname - sé que fui muy dramática en la última parte porque don Víctor me miró sorprendido y Sébastien apretó los labios molesto.

- Lena - don Víctor me tomó por el codo - olvida lo que pasó y no lo menciones más- me encogí de hombros -

- tanto drama por un nombre, ella debe estar feliz por no estar con él señor amargado - y fue ahí que me di cuenta que mi mente y mi boca no se comunicaban del todo, yo no sólo lo pensé sino que también lo dije en voz alta, ¿Cómo lo sé? Sencillo, los ojos de don Víctor parecía que iban a escapar de las cuencas y el golpe de Sébastien con su puño en la pared me lo confirmaron.

- nunca vuelvas a opinar sobre lo que no sabes - me mordí el labio, merecía el reproche de Sébastien -¡y no menciones su nombre!

Don Víctor desvío la mirada de Sébastien y me miró como si estuviera analizándome.

- Lena, ve a descansar tú y el bebé lo necesitan.

No era tonta sabía que don Víctor quería deshacerse de mí, mire a Sébastien que estaba inquieto y la curiosidad se apoderó de mi.

Asentí y me dirigí a la puerta si hubiera tenido un angelito y un diablito en mis hombros, lamentablemente el diablito hubiese ganado, porque iba a escuchar detrás de la puerta.

Salí pero no la cerré, esperé para asomarme y escuchar, jamás lo había echó pero Sébastien era un misterio para mí y en mi opinión debía averiguar todo de él por si en mi vientre llevaba a su hijo.

- Sébastien, cálmate - la voz cariñosa de don Víctor hacia su hijo debía calmarlo.

- no la soportó padre, 2 malditos días y me ha hecho salirme de mis casillas.

Pensé molesta que el gruñón era él y quien actuaba como hombre de las cavernas era él, así que la culpa era totalmente suya y no lo aceptaba.

- Dos días y ya me vio en mi momento más vulnerable - escuché el suspiró de don Víctor y me pegue más a la puerta, quería saber cuál era el momento más vulnerable de Sébastien.

- Sébastien ya le pediste perdón a Natalie deja de atormentarte- me mordí el labio, sentía un poquitín de celos pero lo más seguro era por mi hijo.

- puedo pedirle perdón mil veces y la respuesta será la misma - escuché un golpe seco- el maldito silencio que la rodea.

- Sébastien hijo, no te amargues más, a Natalie no le gustaría verte así.

Escuché silencio y considere que había escuchado lo suficiente, suavemente iba a cerrar la puerta pero me detuve porque empezaron a hablar de nuevo.

- Natalie tan dulce y yo... - estiré más el cuello para escuchar pero silencio - retrocedí al escuchar pasos, rápidamente me agaché como si estaba buscando algo que se me cayó.

- ¿Lena?- luché por poner un rostro de sorpresa.

- Don Víctor, ¿pasa algo?

-¿qué haces aquí? , pensé estabas en tu cuarto- me levanté.

- eh, lo que pasa es que se me cayó mi lentillas - el levantó una ceja.

- no sabía que usabas lentillas - apreté los labios.

- claro que usó - cruce los dedos - los necesito casi no veo bien- mordí mi labio la culpa ya me inundaba no se merecía don Víctor que le mintiera pero no podía decirle que estaba escuchando detrás de la puerta.

- Lena, te acompañó a la puerta de tu habitación - asentí y empezamos a caminar.

-Lena - él se detuvo y me miró a los ojos - eres una buena muchacha, jamás me equivoco con las personas y se que contigo pasa igual, te agradezco porque me salvaste la vida y por ese gestó tienes mi gratitud por siempre.

Le sonreí, él se veía que era buena persona.

- Espero equivocarme pero si no me equivoco, toma el consejo de este anciano, no te enamores de Sébastien.

 




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