Con los ojos del alma [serie Arévalo #2]

Capítulo 8

Los días pasaron y fueron pocas las veces que Sébastien me despertaba en la madrugada con sus momentos de destruir todo lo que sus manos tocaban, me quedaba en silencio escuchando todo lo que caía al suelo, ya conocía su motivo así que había decidido no interrumpirlo más.

Cada vez que él sacaba toda la ira destruyendo las cosas antes de las 5: 00 am, ya estaba lista para su llamada, esos días se inspiraba y trabajaba sin parar.

Hoy cumplía 5 meses de embarazo, ya tenía para pagar el ultrasonido, don Víctor me siguió pagando mi salario y no acepto que le devolviera el adelanto que me dio.

Todo lo hacía por su nieto, suspire esperaba que Salomón apareciera pronto, ese era otro misterio por descubrir, si los gemelos eran unidos, ¿que los hizo separarse?

Don Víctor insistía que desayunara con él, Sébastien no se aparecía por el comedor así que aprovechaba para comer con él.

Me servía jugo de naranja cuando entró Sébastien, él nunca usaba el comedor y me sorprendí verlo ahí.

- Buenos días padre - iba a levantarme e irme lo mas silenciosamente posible de manera que Sébastien no se diera por enterado que estaba ahí, para terminar mi desayuno en la cocina, tenía mucha hambre como para arruinarlo en discusiones.

- Lena, termina tu desayuno - me mordí el labio y iba a seguir mi plan en silencio - ciego pero no tonto, te dije que perdí un sentido, los otros se desarrollaron, reconozco tu perfume, sé en donde estas aunque no te vea.

Me encogí de hombros y me volví a sentar, con la tarea de no usar mas perfume.

- también el olor de tu shampoo, come Lena.

Don Víctor no dejaba de vernos a ambos.

- Lena, ya tienes más de un mes de estar con nosotros y no has salido los fines de semana a visitar a tu familia.

Sébastien dejo de comer, atento a mi respuesta, me removí en mi silla.

- no tengo familia- me encogí de hombros.

- muchacha lo lamentó, no sabía que tus padres habían muerto.

-desconozco si viven o están muertos, crecí en un orfanatorio, me abandonaron apenas nací - Sébastien se quedó en silencio.

- ¿intestaste buscarlos?- pregunto don Víctor.

-no, si ellos me dejaron ahí, es porque no me querían en sus vidas, siendo niña cada adulto que llegaba, yo tenía la esperanza que era mi madre buscándome, cuando crecí entendí que si estaba ahí es porque no era necesaria en sus vidas.

- pudieron pasar muchas cosas que hizo que te dejaran ahí, muchacha- señalo don Víctor.

- padre, no insistas, estoy de acuerdo con Lena, ¿para que buscarlos si la abandonaron?, un padre hace hasta lo imposible por sus hijos- lo vi ponerse triste de nuevo, sabia que sufría por la pérdida de su hijo.

- Lena ¿y el padre de tu bebé? – me pregunto Sébastien, rápidamente mire a don Víctor, él asintió dándome a entender que le dijera la verdad pero lo negué.

- no tengo relación alguna con el padre de mi bebé- don Víctor frunció el ceño molestó, pero no quería contarle a Sébastien, me daba vergüenza que se enterará que la noche que conocí a Salomón me entregué a él- si no me necesitas el día de hoy, deseo ir a chequearme con el médico.

- puedes ir.

- bien, iré a llamar un taxi.

- ningún extraño entra a mi propiedad - iba a replicarle pero don Víctor me interrumpió.

- Lena, mi hijo se podría decir que es famoso y todos han querido saber su paradero desde que desapareció, si no te molesta yo te acompañaré.

Asentí, lo único que me importaba era poder llegar a la clínica.

- voy a terminar de arreglarme.

Salí del comedor sin evitar escuchar.

- padre, entra con ella a la consulta, me doy cuenta que está sola y debe ser difícil para ella llevar sola el embarazo.

Me sorprendí al escuchar que Sébastien se preocupaba por mí.

- olvídalo yo los acompañare- apresuré el paso y sentía que mi corazón latía fuertemente, Sébastien estaría conmigo en el primer ultrasonido del bebé.

No dije nada mientras íbamos en el auto, quería aparentar que me daba igual la presencia de Sébastien, pero por dentro me sentía emocionada, si mi hijo hubiese sido de Sébastien estaba segura que él sería un excelente padre.

Don Víctor ayudó a Sébastien a sentarse y estaba a junto a él.

Cuando la enfermera me llamó para pasar a la consulta, ambos hombres se pusieron de pie y me siguieron.

Luego de contestar las preguntas que me hizo el doctor, me acosté en la camilla y bajó la mirada atenta de don Víctor, me fueron aplicando el gel en mi estómago, Sébastien estaba a la par mía sujetando su bastón, me mordí el labio porque muy en el fondo de mi corazón deseaba que él fuera el padre del bebé.

Escuché el corazón de mi hijo por primera vez, no aparté la mirada del monitor.

- ¿quieres saber el sexo del bebé?

- si por favor - contesté emocionada.

Él me miró sonriendo.

- es un varón - instintivamente dirigí mi mirada hacia Sébastien y su cara no tenía ninguna emoción, don Víctor por el contrario su rostro era de felicidad al saber que su primer nieto sería un varón.

Cuando íbamos a subir al auto, don Víctor ayudó a subir primero a Sébastien, antes de ayudarme a subir me murmuró.

- haré hasta la imposible para localizar a mi hijo, te prometo que encontraré a Salomón, los crié muy bien y sé que él se hará cargo del bebé y por supuesto de ti también.

Fruncí el ceño y lo mire interrogante.

- muchacha, mi hijo cumplirá con su obligación y sé que Sébastien me apoyará en exigirle a Salomón que se case contigo, vuelvo a recordarte, no te enamores de Sébastien, no puedes casarte con uno de mis hijos, amando al otro.

 




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