- Muchacha -levanté el rostro -vamos al jardín.
Suspiré porque ya me imaginaba esta charla con Don Víctor.
Aparté los apuntes que estaba digitando y me puse de pie, caminamos en silencio hacia el jardín.
-¿hay algo entre ustedes? - desvié mi mirada hacia el colorido jardín.
-¿preocupado por que ocupe el lugar de Natalie? - le sostuve la mirada a don Víctor.
- estoy dividido Lena, a ella la he visto crecer y me he acostumbrado a verla como la prometida de Sébastien y me doy cuenta que tú le haces bien a Sébastien, él está saliendo del caparazón en el que se recluyo después del accidente.
Asentí.
- y llevas en tu seno al hijo de Salomón, deseo que cuando llegué la hora del nacimiento de mi nieto sea en un hogar estable - fruncí los labios.
- con que no esté esperando que ese hogar sea con Salomón, no tengo problema en que siga soñando.
Don Víctor me miró molesto.
- si hoy estas embarazada de él es porque te sentiste atraída por él, no veo porque ahora lo rechazas.
Enarque una ceja.
- creo porque estaba borracha - me encogí de hombros.
- dale una oportunidad a Salomón- se cruzó de brazos.
- no, usted sabe de mis sentimientos hacia Sébastien, no me pida que le dé una oportunidad a Salomón.
Don Víctor se quedó en silencio.
- no quiero que sufras Lena, Sébastien ha amado a Natalie desde que eran chicos - una puñalada justo en el corazón.
- entiendo, pero ella no está aquí - me giré para marcharme pero me detuve - ¿tiene preferencias con sus hijos?
Don Víctor me miró atónito.
- no, los amo por igual, no te negaré que Salomón me tiene preocupado, y pienso que si le dieras una oportunidad él podría cambiar por el bebé.
Mi sonrisa fue una mueca total.
- su hijo sólo cambiará si él lo desea, no por el bebé o por mi - seguí mi camino, no podía creer que don Víctor deseara que le diera una oportunidad a Salomón si sabía que amaba a Sébastien.
Y hablando del susodicho estaba sentado cerca de la entrada de la casa, no se había percatado de mi presencia y tuve la oportunidad de mirar al Salomón que no estaba listo para dañar, su rostro era de tristeza total.
Me detuve a observarlo y se veía tan vulnerable, su móvil sonó y vio la pantalla, apretó sus labios molesto pero atendió la llamada, creo estaba desarrollando el ser curiosa porque me escondí para poder escuchar pero él hablaba bajo que solo escuchaba retazos.
-"mujer por Dios déjame en paz, busca a Sébastien, siempre recurres a él y a mí me haces a un lado"
Sus palabras se escuchaban amargadas.
Se levantó molestó y se dirigió al garaje, Salomón no se mantenía en la casa, nunca decía hacia donde iba.
Mi curiosidad y los celos que estaban al máximo, querían saber quién era la mujer misteriosa que recurría a Sébastien, aunque en el tiempo que estaba aquí, nadie lo había visitado, aunque cuando le llevaban el teléfono, siempre me pedía que saliera para tomar la llamada.
Sébastien no era mujeriego me lo dijo don Víctor o eso esperaba pero no lo creía.
Suspiré y seguí mi caminó hacia la biblioteca, Sébastien estaba con su médico cuando salí con don Víctor, esperaba que ya pudiéramos seguir en el libro.
Entré y sonreí al verlo sentado detrás de su escritorio, caminé hacia él y tomé su mano entre las mías.
- ¿Qué te dijo el médico?
- estoy bien Lena, lo único es que no puedo ver.
- pronto encontraremos un donador -cerró los ojos y asintió.
POV SÉBASTIEN
Sentía culpa por no decirle a Lena que ya tenía al donador, el médico estaba arreglando todo para cuándo llegará el momento en que mi amigo se marchará yo pudiera recibir sus córneas, pero tenía que hacerlo, algo pasaba en la vida de Salomón y tenía que descubrirlo, mi hermano no era el hombre que hoy en día vivía con nosotros, en su voz se escuchaba rabia, amargura y deseaba estar equivocado pero también escuchaba odio.
Siempre fuimos unidos, éramos los mejores amigos pero luego el cambió y quería ayudar a mi hermano, sólo esperaba que Lena me perdonará por no decirle que iba a recuperar la vista.
Tenía mi mano entre las suyas así que no hubo problema en jalarla hacia mi pecho, ella se acomodó en mis piernas y la besé, esta vez sería yo quién tomaría la iniciativa.
Sólo que su cuerpo le hizo lo mismo que le hacía al mío, excitarlo y esta vez no podía ocultarlo como lo hice tantas veces.
Sentí la curva de sus labios al sonreír sobre los míos.
- dile a tu cuerpo que esta noche le daré lo que pide.
Sus palabras fueron como una estopa cerca del fuego, me prendió más de lo que estaba.
- creo que ya no tengo inspiración, no tengo ningún problema en adelantar lo que deseas darme - la ayude a levantarse y dejé que ella me guiará, me sentía aturdido por tanta pasión dentro de mi así que estaba seguro que tropezaría por toda la casa, mi orientación estaba nublada por el deseo.
Cuando estuvimos en la habitación mi querida Lena, prácticamente me arrancó la ropa.
-¿Estás segura?- mis manos recorrían todo su cuerpo desnudo, la estaba conociendo.
- si lo estoy, Sébastien - pasó sus brazos alrededor de mi cuello.
Me acomodé entre sus piernas y le hice la última pregunta.
- Lena, ¿Quién te poseerá en este momento?
La escuché reír.
- tú Sébastien y nadie más.
Y la hice mía y fui feliz cuando en medio de su pasión era mi nombre el que salía de sus labios.
Editado: 31.12.2021