Se sentía tan bien estar con Sébastien, mi segunda vez fue con él hombre que amaba.
- ¿Estás bien?-
- muy bien y muy satisfecha - besé la punta de su nariz.
- quisiera verte Lena, muero por ver tu expresión de satisfecha -solté una suave carcajada.
- si encuentras donador me sentiré muy feliz por ti pero si eso no pasa, no hará ninguna diferencia para mi Sébastien.
Silencio.
- ¿dije algo que no te agradó? - él bajo la cabeza y besó mi hombro.
- Lena, ¿no te aburrirás de estar con un hombre que ni tú rostro conoce?
- eres muy inseguro - acaricié su rostro - tus ojos no definen quien eres Sébastien.
- prométeme que te quedaras conmigo - sentí un estremecimiento cuando beso la palma de mi mano.
- quieres una promesa de mi parte pero ¿qué me das tú?
- Lena, sólo espero que ella despierte - cerró los ojos.
- ¿y si no lo hace? -
- yo esperó que lo haga, soy un hombre de palabra y yo me comprometí con ella - asentí y me separé de él.
- ¿si pasan años que ella esté en coma, que quieres que haga yo? - busqué mi ropa -
- Lena, yo terminaré con ella.
Reí con amargura.
- quieres estar conmigo sin ningún compromiso, ella despierta y te quedas con ella, tu padre me dijo que la amabas desde que eran niños - me vestí furiosa - quieres que yo haga un compromiso contigo pero tú no harás nada porque estas atado de palabra con ella, eso es ser egoísta.
- Lena, si ella despierta no volveré con ella, no podría.
- ¿Porqué no podrías? - me crucé de brazos.
- el día del accidente le confesé a Natalie que me había enamorado de alguien más.
Sentí que mi corazón latió desbocadamente de dolor, ¿él hablaba acaso de la mujer misteriosa? ¿La mujer que llamó a Salomón?
- ¿donde está ella? - mi corazón dolía.
- ya no importa Lena - se pasó la mano por el cabello - sólo importa mi presente y eres tú quien está en él.
- quiero estar sola Sébastien.
-Lena...
- por favor deseo estar sola.
Salí del cuarto sintiendo un peso en mi corazón, no sólo estaba Natalie en su vida, también la mujer misteriosa.
Decidí salir al jardín, mi momento feliz estaba arruinado por la sombra de un fantasma, quería saber quién era esa mujer.
Me detuve al ver a Salomón sentado en la banca con la cabeza agachada, decidí dar la vuelta y buscar otro sitio donde descansar.
- Lena - mordí mi labio, no quería un enfrentamiento con él, no en el estado en el que yo estaba -¿Estás bien?
- claro - no lo escuché cuándo se levantó.
- vi lágrimas en tu rostro - levanté el rostro y lo vi, Salomón tenía ojeras alrededor de sus ojos.
- estoy bien - el sonrió y limpio el rastro de lágrimas.
- es por mi hermano qué lloras, no merece tus lágrimas- sus ojos grises se oscurecieron y se acercó mucho a mi - su corazón pertenece a otra Lena, tú y yo podemos intentarlo, prometo esforzarme para hacerte feliz.
Sus palabras sonaban sinceras pero no confiaba en Salomón, él hacía de todo por dañar a Sébastien.
-¿por qué lo odias? - su rostro se endureció y me miró fijamente.
- no puedes odiar a tu propia sangre porque eso es él mi sangre.
- ¿Porqué sufres Salomón? Estoy segura que Sébastien podrá ayudarte- se acercó y no me aparté cuando puso su mano en mi mejilla.
- eres tierna, sé que contigo podría ser feliz y olvidarme de mi infierno, piénsalo, prometo ser mejor que Sébastien, ser mejor hombre para ti - se apartó y me dejó sola en medio del jardín.
El Salomón con el que había conversado no era él que me había atormentado desde que llegó, era el padre de mi hijo y no lo conocía, tenía que averiguar que había hecho cambiar tanto a Salomón.
POV SÉBASTIEN
Las sábanas aún tenían impregnadas el aroma de Lena, no quería ser egoísta pero no quería perderla, en todo este tiempo Lena se había convertido en alguien importante, estaba metida en mi piel, en mi mente, no le había mentido cuando le dije que iba a terminar con Natalie, lo haría por ella, porque la quería en mi vida.
Su embarazo ya estaba por llegar a terminó, quería estar con ella, esperaba estarlo, no sabía en qué momento sería la operación, en el fondo esperaba que Antonio tuviera una segunda oportunidad, prefería saber que él vivía aunque significará no recuperar la vista.
Suspiré y me levanté, no quería que Lena estuviera molesta, deseaba un poco de comprensión, para mí la palabra era importante y mientras estuviera el compromiso no podía formalizar con Lena.
Me vestí tenía que buscarla y pedirle perdón, este día había sido increíble, no quería que estuviéramos peleados ni que Lena pensara que dormiría sola en su cuarto, eso ya no era una opción, mi cama se sentía vacía sin ella.
Iba a acondicionar el cuarto que conectaba para el bebé, no quería excusas de parte de ella para dormir lejos de mí.
¿Posesivo? Mucho, esta tarde Lena se había vuelto mía y no la dejaría escapar fácilmente.
Cuando tocaron la puerta mi corazón se emocionó esperando que fuera ella.
-¿Sébastien?- amaba a mi padre pero acababa de arruinar la alegría de mi corazón.
- pasa - termine de ponerme la camiseta, vestía práctico, quería tener el orgullo de vestirme sólo.
- hijo - su tono de voz era de alegría total.
- ¿qué pasa papá? - se acercó y apretó mi hombro.
- Buenas noticias.
- notó alegría en tu voz padre - apreté la mano de él que estaba en mi hombro.
- estoy feliz hijo, tu tormento terminó, llamaron del hospital, Natalie despertó.
Editado: 31.12.2021