Con los ojos del alma [serie Arévalo #2]

Capítulo 26

--Sébastien, ¿de qué operación hablan?

Terminé de limpiar mi rostro con el pañuelo de mi padre, creo que no tenia caso seguir ocultando la verdad.

- Antonio, es mi donante - mi padre sé quedó en silencio.

- ¿Porqué no sabía nada de esto? - suspiré.

- padre, quería probar si los que estaban a mi alrededor me amaban y si eran sinceros... - me interrumpió.

- eres un tonto muchacho, ibas a ocultar la verdad que podías ver para probar eso, cuando en realidad es en estos momentos que estas pasando donde puedes saber quién te quiero o no, dicen que las ratas abandonan el barco cuando se hunde, yo no me fui de tu lado, Lena está contigo, se fijó en ti siendo ciego y Salomón sé que él te ama, sólo que me da la impresión que él vive una tragedia y no puedes dudar de mi amor por ti - apreté la mano de mi padre.

-perdóname padre por favor, he sido un tonto, tienes razón ustedes están conmigo es suficiente prueba para mí.

- Natalie tampoco te abandonó hijo, esa muchacha no merece sufrir, dile la verdad Sébastien que ya no la amas- asentí.

- llévame donde Lena y Marco.

Caminé con mi padre hacia el cuarto de Lena, ya Bruno había hablado con los médicos y me iban a ingresar ese mismo día, sentía un peso en mi corazón al saber que cuando la luz de Antonio se apagará, mi luz se iba a encender.

-Sébastien, ¿dónde estabas?

Mi padre me ayudó a sentarme cerca de ella, sentí su mano buscar la mía y entendí lo que mi padre me dijo, ella estaba conmigo siendo un ciego pero eso a ella no le importaba, eso me decía mucho de quien era Lena, mi Lena Santa Clara - sonreí- me gustaba que ella se había puesto de apellido el nombre del lugar donde la acogieron siendo un bebé, el lugar donde creció sin un padre y sin una madre.

- debo decirte algo - apretó mi mano.

-¿qué pasa? - su voz sonaba temerosa.

- mi Lena, antes de decírtelo quiero darte las gracias por liberarme de mi amargura, me he culpado porque Natalie estaba en coma y porque perdió al bebé -ella me apretó fuerte.

- eso ya pasó, tú no saliste bien librado de ese accidente perdiste la visión -asentí.

- Lena mi gran culpa fue porque permití que siguiera conduciendo con lo molesta que estaba.

-¿ella era la que conducía?

- sí, la convencí para que fuéramos al médico, me sentía feliz porque sería padre y mi deseo era que el bebé y ella estuvieran bien pero en el trayecto le dije que había conocido a alguien más y deseaba que termináramos pero que yo me iba a hacer cargo de mi hijo, no los iba a desamparar a ninguno de los dos pero ella se puso histérica y comenzó a discutir, no vimos el otro vehículo, me culpó porque si hubiera esperado, mi hijo no hubiera muerto Lena.

Sentí el apretón de su mano.

- no es tu culpa Sébastien, nadie la tuvo -cerré los ojos.

-Lena, yo encontré donador

-Sébastien es una noticia maravillosa- hice una mueca que no pasó por alto-¿pasa algo?

- voy a ser operado cuando mi amigo muera, él me dijo que ese era su regalo para mí - mi voz tembló- yo no lo volveré a ver, estoy sumido en esta oscuridad que me impide poder ver su rostro por última vez - sus dedos cálidos limpiaron mis lágrimas.

- Sébastien, puedes abrazarlo, decirle cuanto lo amas.

-Lena, él es como mi hermano, siento dolor en el alma, en todos mis recuerdos está Antonio, yo he sido el peor amigo, me amargue tanto que me recluí en la casa y fue tiempo perdido, no lo aproveché con mi amigo y ahora es tarde - ella me abrazó fuerte, yo lloraba como un niño, dolía tanto que mi amigo estaba marchándose para siempre.

- si él te considerará malo no hubiera pensando en ti.

- gracias por estar conmigo- besé cada nudillo de sus manos - gracias por ser mi consuelo y por no hacerme a un lado por ser incapacitado.

Ella no dijo nada, sólo se inclinó y rozó mis labios.

- deja de ser inseguro Sébastien, tú ceguera no te define como el maravilloso hombre que eres.

La puerta se abrió y escuché los pasos calmados de mi padre, a estas alturas había aprendido a conocer a la gente por su olor, sus pasos etc.

- muchacho, es hora, van a comenzar a hacerte todos los exámenes, lastimosamente no le aseguran muchos días de vida a Antonio.

Cerré los ojos, mi hermano se iba.

- ve Sébastien, Marco y yo estaremos bien.

- padre, llama a Salomón no quiero que Lena este sola.

- ya lo hice pero su móvil está apagado, llamé a la casa y él no está pero me dijo Paula que las muchachas vienen para acá, Natalie se sentirá feliz cuando sepa....- lo interrumpí.

- prométeme que solo tú y Lena sabrán de la operación.

-pero. ..

-promételo papá.

Mi padre suspiró.

- lo prometo muchacho aunque no entiendo la razón.- me encogí de hombros.

- padre, abre la casa que tenemos aquí en la ciudad pero la única invitada es Lena.

- ¿y tú hermano? él debe estar cerca de su hijo, no seas egoísta con él.

- no padre, no le negaré ni interferiré en su derecho cómo padre de Marco.

- eres un buen hombre Sébastien.- sonreí.

Me incliné y con mis manos busque los labios de Lena, roce sus labios con los míos, y profundice el beso.

Cuando me separé, escuché que la puerta se abrió y tacones.

-Sébastien mi amor- sentí a Lena ponerse tensa -tienes que hacer algo - fruncí el ceño cuando escuché la voz temblorosa de Natalie.

- muchacha, ¿qué te pasó en la cara?- me puse de pie.

- ¿qué pasó Natalie? ¿En qué te tengo que ayudar?

La escuché sollozar y a Laura calmándola.

- Salomón, intentó abusar de mí.

 




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