--Sébastien, ¿de qué operación hablan?
Terminé de limpiar mi rostro con el pañuelo de mi padre, creo que no tenia caso seguir ocultando la verdad.
- Antonio, es mi donante - mi padre sé quedó en silencio.
- ¿Porqué no sabía nada de esto? - suspiré.
- padre, quería probar si los que estaban a mi alrededor me amaban y si eran sinceros... - me interrumpió.
- eres un tonto muchacho, ibas a ocultar la verdad que podías ver para probar eso, cuando en realidad es en estos momentos que estas pasando donde puedes saber quién te quiero o no, dicen que las ratas abandonan el barco cuando se hunde, yo no me fui de tu lado, Lena está contigo, se fijó en ti siendo ciego y Salomón sé que él te ama, sólo que me da la impresión que él vive una tragedia y no puedes dudar de mi amor por ti - apreté la mano de mi padre.
-perdóname padre por favor, he sido un tonto, tienes razón ustedes están conmigo es suficiente prueba para mí.
- Natalie tampoco te abandonó hijo, esa muchacha no merece sufrir, dile la verdad Sébastien que ya no la amas- asentí.
- llévame donde Lena y Marco.
Caminé con mi padre hacia el cuarto de Lena, ya Bruno había hablado con los médicos y me iban a ingresar ese mismo día, sentía un peso en mi corazón al saber que cuando la luz de Antonio se apagará, mi luz se iba a encender.
-Sébastien, ¿dónde estabas?
Mi padre me ayudó a sentarme cerca de ella, sentí su mano buscar la mía y entendí lo que mi padre me dijo, ella estaba conmigo siendo un ciego pero eso a ella no le importaba, eso me decía mucho de quien era Lena, mi Lena Santa Clara - sonreí- me gustaba que ella se había puesto de apellido el nombre del lugar donde la acogieron siendo un bebé, el lugar donde creció sin un padre y sin una madre.
- debo decirte algo - apretó mi mano.
-¿qué pasa? - su voz sonaba temerosa.
- mi Lena, antes de decírtelo quiero darte las gracias por liberarme de mi amargura, me he culpado porque Natalie estaba en coma y porque perdió al bebé -ella me apretó fuerte.
- eso ya pasó, tú no saliste bien librado de ese accidente perdiste la visión -asentí.
- Lena mi gran culpa fue porque permití que siguiera conduciendo con lo molesta que estaba.
-¿ella era la que conducía?
- sí, la convencí para que fuéramos al médico, me sentía feliz porque sería padre y mi deseo era que el bebé y ella estuvieran bien pero en el trayecto le dije que había conocido a alguien más y deseaba que termináramos pero que yo me iba a hacer cargo de mi hijo, no los iba a desamparar a ninguno de los dos pero ella se puso histérica y comenzó a discutir, no vimos el otro vehículo, me culpó porque si hubiera esperado, mi hijo no hubiera muerto Lena.
Sentí el apretón de su mano.
- no es tu culpa Sébastien, nadie la tuvo -cerré los ojos.
-Lena, yo encontré donador
-Sébastien es una noticia maravillosa- hice una mueca que no pasó por alto-¿pasa algo?
- voy a ser operado cuando mi amigo muera, él me dijo que ese era su regalo para mí - mi voz tembló- yo no lo volveré a ver, estoy sumido en esta oscuridad que me impide poder ver su rostro por última vez - sus dedos cálidos limpiaron mis lágrimas.
- Sébastien, puedes abrazarlo, decirle cuanto lo amas.
-Lena, él es como mi hermano, siento dolor en el alma, en todos mis recuerdos está Antonio, yo he sido el peor amigo, me amargue tanto que me recluí en la casa y fue tiempo perdido, no lo aproveché con mi amigo y ahora es tarde - ella me abrazó fuerte, yo lloraba como un niño, dolía tanto que mi amigo estaba marchándose para siempre.
- si él te considerará malo no hubiera pensando en ti.
- gracias por estar conmigo- besé cada nudillo de sus manos - gracias por ser mi consuelo y por no hacerme a un lado por ser incapacitado.
Ella no dijo nada, sólo se inclinó y rozó mis labios.
- deja de ser inseguro Sébastien, tú ceguera no te define como el maravilloso hombre que eres.
La puerta se abrió y escuché los pasos calmados de mi padre, a estas alturas había aprendido a conocer a la gente por su olor, sus pasos etc.
- muchacho, es hora, van a comenzar a hacerte todos los exámenes, lastimosamente no le aseguran muchos días de vida a Antonio.
Cerré los ojos, mi hermano se iba.
- ve Sébastien, Marco y yo estaremos bien.
- padre, llama a Salomón no quiero que Lena este sola.
- ya lo hice pero su móvil está apagado, llamé a la casa y él no está pero me dijo Paula que las muchachas vienen para acá, Natalie se sentirá feliz cuando sepa....- lo interrumpí.
- prométeme que solo tú y Lena sabrán de la operación.
-pero. ..
-promételo papá.
Mi padre suspiró.
- lo prometo muchacho aunque no entiendo la razón.- me encogí de hombros.
- padre, abre la casa que tenemos aquí en la ciudad pero la única invitada es Lena.
- ¿y tú hermano? él debe estar cerca de su hijo, no seas egoísta con él.
- no padre, no le negaré ni interferiré en su derecho cómo padre de Marco.
- eres un buen hombre Sébastien.- sonreí.
Me incliné y con mis manos busque los labios de Lena, roce sus labios con los míos, y profundice el beso.
Cuando me separé, escuché que la puerta se abrió y tacones.
-Sébastien mi amor- sentí a Lena ponerse tensa -tienes que hacer algo - fruncí el ceño cuando escuché la voz temblorosa de Natalie.
- muchacha, ¿qué te pasó en la cara?- me puse de pie.
- ¿qué pasó Natalie? ¿En qué te tengo que ayudar?
La escuché sollozar y a Laura calmándola.
- Salomón, intentó abusar de mí.
Editado: 31.12.2021