Con los ojos del alma [serie Arévalo #2]

Capítulo 29 [Final]

¿Nervios? muchísimos, la iba a conocer ó eso esperaba, el regalo de Antonio tenía que funcionar.

- Dígame Sr. Arévalo, ¿puede ver?

Suspiré y abrí despacio los ojos, sentí temor al ver todo negro pero la visión se iba poniendo borrosa, pude ver las formas de las personas, parpadee varias veces, fue un mes entero que mis ojos estuvieron con vendas y sabía que me tenía que ir acostumbrando a la luz.

La imagen del doctor se fue haciendo más clara y la ansiedad que embargaba mi corazón se iba tranquilizando, me quedé quieto y sentí alivio cuando pude enfocar bien al doctor, volvía a ver un rostro después de tanto tiempo de estar en la oscuridad.

- si Dr. puedo verlo - me pasé la lengua por los labios, había llegado el momento de conocer el rostro de la mujer que amaba, lentamente giré mi rostro y me quede atónito, ante mi estaba la mujer que conocí aquella noche en el bar cuando fui con mi editor.

Lentamente me puse de pie y caminé hacia ella.

- eres tú - su sonrisa hizo que mi corazón latiera desenfrenado, extendí mis dedos y recorrí su rostro, me incliné y puse mi frente en la de ella - todo este tiempo te tuve cerca de mí.

- Sébastien, te acordaste de mi - la miré a los ojos, era tan maravilloso poder volver a ver los colores, todo lo que estaba a mi alrededor, valoraba el milagro de poder volver a ver.

- Cómo no me iba a acordar de ti, si cuando te vi esa noche, me robaste el corazón- cerré los ojos y recordé- tú eras virgen...- ella puso sus dedos en mis labios con una preciosa sonrisa que sé iba a amar toda la vida.

- Marco es tu hijo- me giré y vi a Salomón, mi mismo rostro pero marcado por el sufrimiento.- yo te mentí, estaba dolido y cuando vine a la casa me hice pasar por el padre de tú hijo para hacerte sufrir - mi corazón se encogió al ver las lágrimas caer por su rostro - perdóname por lo ruin que fui, porque te estaba robando a tu hijo para vengar la muerte del mío - me acerqué a él y lo abracé fuertemente.

- no me robaste nada Salomón, el destino estuvo de mi lado, mis brazos fueron los que recibieron a mi hijo, yo su padre fui quien le dio la bienvenida a este mundo, te perdonó hermano, se aprovecharon de tu gran amor hacia tu hijo no nacido para hacerte sufrir y hacerme daño pero no lo lograron, estamos juntos queriéndonos como siempre lo hemos hecho- besé su mejilla - no sufras más Salomón.

El me miró y se limpió el rostro, mi hermano era como un animal herido, me di cuenta que necesitaba sanar, tanto daño le habían hecho ese par de locas que no merecían ir tranquilas por la vida haciendo daño.

- muchacho- mi padre se acercó y vi a mi hijo en sus brazos, esa personita que sé iba a defender siempre si era posible con mi vida- soy feliz al saber que recuperaste la vista.

Mi viejo, era el mejor padre del mundo, había renunciado a su vida por ser el guía de su hijo, tenía tanto que agradecerle.

- te amo papá, me siento orgulloso de tenerte como padre y Lena, nunca te lo dije pero te agradezco que salvaste la vida de mi padre, no sé qué sería de mi sin mi viejo - mi padre sé limpio los ojos, extendí mis brazos para sostener a mi hijo entre mis brazos.

Sus ojitos me miraron y luego se cerraron para su siesta, sonreí, él se sentía seguro en los brazos de su padre.

- Gracias doctor - estreche su mano y salimos de la clínica, puse mis gafas de sol para protegerme y en mi interior di gracias a Antonio por su regalo, la vida la veía distinta, todo me parecía hermoso, salí de la oscuridad para volver a la luz gracias al acto de amor de Antonio.

LENA

Hoy exactamente se cumplía un mes de que Sébastien había recuperado la vista.

A veces lo veía triste y sé que le dolía la partida de Salomón, él se marchó había tanto dolor en su corazón por todo el daño que nos causó aunque nosotros lo habíamos perdonado, pienso que faltaba el perdón más importante: el de él mismo.

Don Víctor se había quedado con nosotros, me sentía tan feliz de tener una familia al fin, tantos años que pasé añorando una familia, al fin la había obtenido.

-Lena - levanté el rostro y sonreí - soñabas despierta.

Asentí con la cabeza, me acomodé y volví mi atención a la pantalla de la portátil, estábamos ya concluyendo el libro.

- ¿ya tienes el nombre para el libro?- lo miré y sentí ese cosquilleo familiar en mi corazón cuando me daba cuenta que ese maravilloso hombre era el que tanto amaba y estaba conmigo.

- sí, se llamará Con los ojos del alma - sonreí porque la vida del protagonista de su libro era muy familiar a la vida de Sébastien pero no dije nada.

- bien, pondré el fin- iba a digitarlo pero me detuvo.

- espera Lena, falta algo- fruncí el ceño - escribe " y él le preguntó ¿quieres casarte conmigo?".

Estaba empezando a digitarlo cuando una preciosa rosa roja fue puesta en el teclado del portátil, la miré y me pareció perfecta, me llamó la atención que en su tallo algo brillaba, la levanté y me encontré con un precioso anillo.

- ¿qué dices Lena Santa Clara, aceptas ser mi esposa?- sonreí y me puse de pie.

-¿no conoces la respuesta? - el negó con la cabeza y yo pasé mis brazos por su cuello- te amo Sébastien y es mi deseo pasar contigo el resto de mi vida.

El sonrió y sacó el anillo de la rosa, extendí mi mano y deslizó el anillo por mi dedo.

- te amo Lena Santa Clara, desde el primer momento en que te vi y luego mi alma se enamoró perdidamente de ti, porque te vi con mi alma, y supe la maravillosa mujer que tenía a mi lado.

Nos besamos y sonreí ¿puedo ser más feliz de lo que ya soy?

FIN🔚

 

 




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