Julián lo tenía todo: dinero, amigos, una novia perfecta y un futuro asegurado en la empresa de su padre. Pero un accidente lo dejó ciego y con ello no solo perdió la vista, sino que también su voluntad de vivir. Sus amigos se alejaron, su novia desapareció y su mundo se convirtió en una prisión oscura. Desesperado, intentó acabar con todo, pero terminó en el hospital, sin imaginar que aquel lugar cambiaría su vida para siempre.
Esperanza ha aprendido a vivir con el tiempo en su contra. Desde que le diagnosticaron insuficiencia cardíaca terminal, cada día es una batalla que enfrenta con una sonrisa. Huerfana de madre y con un padre que trabaja sin descanso para pagar sus tratamientos, se aferra a su sueño de ser diseñadora de moda y a los pequeños instantes de felicidad que la vida aún le regala.
Cuando Esperanza ve a Julián en el hospital y se entera de su intento de suicidio, siente la necesidad de hablar con él. Lo que comienza como una conversación forzada entre dos extraños se convierte en una conexión inesperada. Ella, con su luz y su deseo inquebrantable de vivir, despierta en él una nueva razón para seguir adelante. Y él, con su torpeza y su miedo, descubre en ella un amor que jamás creyó posible.
Pero el tiempo no se detiene, y el corazón de Esperanza es un reloj de arena que se vacía demasiado rápido. Mientras su amor florece contra todos los pronósticos, Julián se enfrenta a la más dura verdad: amar a Esperanza significa aceptar que puede perderla en cualquier momento.
¿Podrá él aferrarse a ese amor, aunque el final parezca inevitable?
Una historia de amor que desafia la adversidad, de segundas oportunidades y de la belleza de vivir cada instante como si fuera el último.