CAPITULO 21 FALTA POCO

Violeta observo a la madre de Mateo. Finalmente la habían convencido de salir de su reclusión y ahora se hallaba disfrutando de un hermoso paseo en velero por el lago San Roque. Su enfermera personal la acompañaba en caso de cualquier eventualidad. El cantante conversaba con ella animadamente, mientras Violeta descansaba al sol, para darles un momento de intimidad. Rodrigo y Martina tomaban mate y se sacaban fotos, haciendo poses cómicas, para luego subirlas a las redes sociales, siempre teniendo en cuenta que Mateo no figurase en ninguna de ellas.

Violeta cerro los ojos y recordó el regreso a casa aquella misma noche. Su hermano y su novia se hallaban en la cocina, tomando un café.

_ ¿Qué tal les fue? _ le pregunto Rodrigo intrigadísimo.

_Muy bien_ respondió la muchacha_ Cenamos, recorrimos el lugar y fuimos al cine.

_ ¿Y tú ídolo como te trato? _ quiso saber.

_Como todo un caballero, hermano mayor. Si no se enojan, me retiro a mi dormitorio. Me vinieron unas ganas locas de componer. Mañana les cuento. Nos vemos y gracias Viole por una noche espectacular_ y regalándole un beso en la mejilla, subió corriendo las escaleras.

Rodrigo lo siguió dejando atrás a dos chicas confundidas y risueñas.

_ ¿Todo bien? _ lo interrogo cerrando la puerta detrás de si.

Mateo se dejó caer en la cama sin pronunciar palabra.

_Si te pasaste de la raya te las corto, Mateo, te lo juro_insistio.

_La cosa fue como escuchaste. Fuimos a comer a “Lo de Juan”, después una peli nada romántica ni nada de eso, un par de vueltas, un helado, un poco de charla y aquí estamos.

_No sé si te diste cuenta que todo fue un pretexto para dejarlos solos_ acoto con aire de superioridad_Mi hermana quería una noche para recordar y dado que esta próxima semana es la última que tendremos todos juntos, creí que le gustaría estar contigo.

_ ¡Y yo que pensaba que querías estar con Martina! _ exclamo riéndose a carcajadas.

_No seas idiota. Por supuesto que es así, bueno…ella y yo…no viene al caso_ rectifico no queriendo desviar la conversación. _ ¿YYYY? _ volvió a insistir una vez más.

_Lo que te dije.

_Pero te gusta_agrego Rodrigo sentándose junto a él.

_No voy a hablar de eso, menos en mi situación. Le hice una propuesta.

_ ¿Yyyyy?

_Nada, le explique qué tiene que terminar la escuela, yo debo recuperarme y enfocarme en eso. Así que esperaremos un año y después veremos.

_ ¿Y acepto?

_Obvio ¿Por qué no iba a hacerlo?

_ ¿Y se va a quedar esperándote como una imbécil?

_Bueno, viéndolo así…le dije que somos amigos, que ella tiene responsabilidades y yo las mías, que siga con su vida y de aquí a un año nos veremos de nuevo y ahí sabremos si esto que nos pasa es real o si solo es fruto del momento.

_ ¿No hubo un besito? ¿Nada de nada?

_ ¡Nada de nada, enfermo! Ella aún debe madurar y yo no estoy para andar con pajaritos en la cabeza o mariposas en la panza. Necesito concentrarme en lo mío porque no sé si saldré bien librado de esta. No pretendo condenarla a vivir una vida de tristeza a mi lado. Debo estar recuperado, no se merece que ser testigo de mi condena ¿Me explico?

_Si…te entiendo_ le contesto apoyando la mano en su hombro. _ ¿Vas a componer entonces??

_Si,si sale bien te lo dejo grabado y ustedes hacen el resto.

Obviamente, Violeta siguió a su hermano, subió las escaleras a hurtadillas y escucho detrás de la puerta. Luego, se refugió en la habitación próxima y aguardo a que saliera.

Almorzaron en el barco, disfrutando de un ameno momento. Mateo no le quitaba los ojos de encima, como si quisiese hablarle con el alma. Asi pasaron las horas y debieron emprender el regreso. Atrás quedaba el Hogar y una madre enferma que vería a su hijo mucho tiempo después.

Tomaron el vuelo y aterrizaron a las 8 PM. Mateo prefirió pasar esa noche en su casa porque sentía que la música le nacía del corazón y ansiaba volcarla en nuevas partituras.

Vanina percibió algo distinto en su hija, como si una estela de tristeza y melancolía turbara su mirada. No quiso hacer preguntas porque supuso que la muchacha estaría contando los días para su temida despedida del ídolo.

Esa noche, Violeta no pudo pegar un ojo, imaginándose el reencuentro un año más tarde. Ideo distintos escenarios, diferentes situaciones, todas amorosas y muy románticas sin saber que el futuro, no lo sería tanto. Por delante le esperaba un largo camino y una verdadera prueba de amor