Con los ojos del corazon

CAPITULO 42 EL NOMBRE PROHIBIDO

Mateo sintió que el suelo se movía al escucharla a Violeta. Obviamente desconocía que él era el hombre por el cual la muchacha había sufrido tanto y por quien continuaba penando. Odio a ese mal nacido por el simple hecho de concebir la idea de semejante dolor. Había pasado un año entero lejos de su familia, desconectada de todos y de él, por lo que ese hombre había sido alguien muy importante. El cantante permaneció en silencio, intentando hilar imágenes rápidas que aparecían y se esfumaban en breves instantes, confundiéndolo y hostigándolo. Hubiera querido ver el rostro de Violeta, a quien el llamaba Daniela, aunque mas no fuera por una única vez, acariciar su cabello, nadar en su mirada y ahogarse en su sonrisa. ¿Que demonios le estaba pasando? ¿Qué pensamientos atormentados aparecían en su mente ¿

_ ¿Estás bien? _ le pregunto ella preocupada apoyando su mano sobre la suya. Si bien era cierto que habían logrado grandes avances en su recuperación, Violeta siempre se inquietaba por él, porque simplemente no lograba evitarlo.

_Si, despreocúpate. Es solo que en ocasiones los recuerdos intentan aflorar, pero no pueden, como si estuviesen encerrados bajo llave y empujasen la puerta para escapar. No sé si me explico bien. _ admitió el cantante confundido.

_Entonces puedes curarte_ murmuro Violeta sorprendida. _Es una buena noticia, Mateo, al menos eso creo yo.

_Es difícil para mí. Quiero saber, pero al mismo tiempo tengo miedo de recordar, como si le temiera a mi vida pasada. Me pregunto si alguna vez me enamore… ¿Tu puedes responder esa pregunta?

Violeta quedo perpleja. No deseaba mentirle, pero también sabía que solo su corazón tenía la respuesta. Era el mismísimo Mateo quien debía contestarla.

_Yo siento que si_ confeso poniéndose de pie_ Algo me dice que fue así y que ELLA es la culpable.

_ ¿Violeta? _ comento ella sin pensarlo.

_ ¡No digas su nombre! _ le grito enojado_Nadie debe pronunciarlo dentro de esta casa!

_ ¿Por qué? ¿Qué te hizo? ¿Por qué la odias tanto?

Mateo se acomodó las gafas, se apoyó sobre la mesa y suspiro, como si estuviese conteniendo una ira inexplicable. Se sentía sobrepasado por la conversación, dirigiéndose hacia un camino sin salida. Aceptar la realidad era un acto cruel.

_En el fondo de mi alma debo reconocer que la ame_ finalmente se animó a decir en voz alta aquella verdad que se negaba a admitir. _Tiene que ser así porque sino no encuentro razón para despreciarla tanto, al punto de no queres escuchar su nombre.

Violeta lo abrazo con fuerza, hecho que lo tomo por sorpresa. Mateo aspiro el perfume de su cabello y permanecieron así por unos segundos. Finalmente, se separaron y lo escucho decir:

_Que tipo tan despreciable habré sido para que ni siquiera se acercara a verme. Tengo que haber sido un hijo de…porque sino, la otra opción es que yo la ame y ella nunca sintió lo mismo por mí. ¿Tan mala persona fui que ni una sola vez me llamo en todo este tiempo? ¿Por qué me dejo solo en medio de esta oscuridad?

Violeta no sabía que decir ante aquella confesión inesperada. Allí, frente a frente, podría haber dicho tantas cosas, pero el miedo a perderlo supero cualquier posible comentario.

_Tengo que admitir que la quise_ murmuro en voz baja Mateo_Necesito reconocer que la ame tanto que me dejo vacío y el solo hecho de recordarla evocaría el dolor que me causa su ausencia. Quizás por eso estoy amnésico, tal vez no deseo recuperarme. Me duele mucho, Daniela, al punto que me cuesta respirar. Necesito olvidarla y para eso me resulta indispensable tu ayuda.




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