Con los ojos del corazon

CAPITULO 43 EL BESO

Violeta se sentía entre la espada y la pared. Por un lado, deseaba protegerlo y decirle la verdad, pero, por el otro, temía a su reacción. Prefería mil veces quedarse en silencio a decirle su nombre porque intuía que las consecuencias podrían ser nefastas.

_Dime que es lo que necesitas y lo hare_ le susurró al oído.

Mateo sintió su aliento cercano, tomo su rostro instintivamente y buscando sus labios en la más completa oscuridad, la beso. Fue magia, dulzura, ternura. El cantante sintió latir su corazón con fuerza al punto que creía que su pecho explotaría. Después de todo, era su primer beso, ya que no tenía memoria de ninguno anterior. Sus manos abandonaron su rostro para dar lugar a un profundo abrazo. Descubrió el calor de su cuerpo, recorrió su espalda apretando su cintura. Ella creyó que sus piernas se fundían y que perdería el equilibrio, pero el, la sostuvo con firmeza, mordió suavemente su labio inferior y escucho su nombre como una reverencia:

_Mateo…

El hombre respiro unos segundos y finalmente dijo:

_ ¡Vaya beso!

Violeta sonrió y lamento que él no pudiera verla. Se sentía feliz, dichosa, capaz de dar la vuelta al mundo en un suspiro, pero sabía que solo era cuestión de tiempo. En cualquier instante, él podría recuperar la memoria, o alguien la identificaría o cualquier cosa saldría a la luz y todo terminaría. Si solo él le dejara explicarle, si pudiera decirle que siempre lo amo y que solo obedeció sus órdenes. Si el la recordara entonces lo comprendería todo, pero estaba negado a cualquier explicación, tan ciego como sus ojos, de modo que simplemente restaba disfrutar el momento.

_Mateo, la doctora está aquí_ anuncio Teresa desde la cocina_Te espera en la biblioteca.

_Gracias, ya voy_ afirmo sonriendo. _Hablaremos más tarde, Daniela. Esto no va a quedar así.

_De acuerdo, cuando tú lo digas. _agrego Violeta ilusionada.

La muchacha estaba dejándose caer en la silla cuando Teresa apareció con el equipo de mate.

_ ¿Me acompañas? _ le pregunto. _Parece que algo ha cambiado, nena. Te veo diferente, feliz podría decirse.

Teresa tomo el mate y lo cebo.

_Me beso_ murmuro Violeta.

_ ¿Quién? _ ella permaneció en silencio fulminándola con la mirada_¡¡¡NOOOO!!_ finalmente dijo luego de darse cuenta.

_Fue de la nada. No lo esperaba, se dio y listo. _ confeso aun sorprendida.

_ ¿Y te dijo algo más?

_Justo lo llamaste porque había llegado la psicóloga. Según el, hablaremos más tarde.

_Son excelentes noticias, querida. Está cambiando, vuelve a ser el de antes.

_No creo que sea para tanto, Tere. Es cierto que tiene algunos flashes que lo confunden, pequeños recuerdos milimétricos, pero solo eso. Aun odia a Violeta, todavía esta amnésico, quiere saber, pero escoge las preguntas. Es muy complicado.

_Hay que tomárselo con calma. Al menos ya no arroja las cosas, come bien, hace las terapias, tiene ganas de estar mejor. Hay que ver el lado positivo, el vaso medio lleno y no medio vacío. Piensa en todos los adelantos conseguidos y, al menos, ahora sabemos que tiene un corazón que quiere vivir, que vuelve a sentir. Además, esto evidencia que te quiso y que todavía te quiere, aunque no lo recuerde.

_ ¿Y qué sucederá cuando sepa quién soy? Me aterroriza la sola idea de que me rechace o me expulse de esta casa.

_ ¿Y por qué lo haría?

_Porque está confundido, porque me considera la causante de todos sus males. Necesitaba culpar a alguien y ahí estuve yo. Me fui, lo abandoné a su suerte, eso es verdad.

_Pero él lo exigió, te obligo a hacerlo, nos obligó, no te olvides. Yo tampoco podía decirte nada, por más que me moría por hacerlo. No tienes idea de lo difícil que fue para mi

_Me imagino, Teresa. Pero la verdad es la verdad, sin vueltas. El me considera culpable y de alguna manera, me lo va a cobrar.




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