Con miedo a amarte

2. Nos tenemos que casar

A los días, Patrick comenzó a mirar con sospecha el chat de Selena. No era para nada normal que estuviera sin molestarlo tanto tiempo. Y aprovechando el día libre que la compañía dio a todos sus empleados por el matrimonio del presidente, fue hasta el apartamento de ella.

La puerta se encontraba abierta y una empresa de mudanza estaba sacando todo en cajas.

— Perdón. — Patrick detuvo a uno de los trabajadores. — ¿Dónde está la dueña del apartamento?

— ¿La señora Selena Conde? — Preguntó el trabajador, para darle de seguido la respuesta. — Nos dejó la llave está mañana y se ha ido.

— ¿Ido?

Patrick no entendió a dónde se había ido y se hizo a un lado para llamarla con su teléfono móvil.

Selena observó su teléfono y se sorprendió por ver la llamada de Patrick.

— ¿Todo bien? — Le preguntó el hombre sentado a su lado, en el asiento del conductor de un coche.

— Sí. — Sonrió Selena y guardó el teléfono en su bolso. Lo escuchó dejar de sonar y miró a su acompañante y exnovio, Maximiliano Ojero. — Te agradeceré el viaje con una cena. No tenía ganas de conducir durante horas.

— Eso está bien. — Asintió él y le echó una mirada. — ¿No vas a volver? ¿Ni siquiera le has dicho que te vas?

— Nos acostamos y actuó como si hubiera cometido un horrible error… Perdona si no tengo consideración con él. — Maximiliano sonrió con la mirada al frente y Selena lo golpeó con su bolso en el brazo.

— Solo creo que los dos tenéis ese rollo.

— No hay ningún rollo. Le dije hace más de medio año que sentía algo por él y me dejó claro que no era recíproco. — Apoyó con fastidio el bolso en su regazo. — Sigue enamorado de esa gorda.

El teléfono de Maximiliano sonó y él metió la mano dentro de su chaqueta para sacarlo. Selena observó el nombre de Patrick en la pantalla.

— Oye… — Maximiliano la miró. — Solo digo que tú ya estabas obsesionada con tu jefe cuando salíamos y lo seguías estando hasta hace relativamente nada.

— Solo crees, solo dices, pero nadie te ha pedido tu opinión.

— Eh. — Se molestó. — Conozco a la auténtica Selena, así que deja de joder con esa actitud o doy media vuelta y te dejo en la puerta de Patrick.

Selena se quedó callada y lo miró fijamente cuando lo oyó saludar al descolgar el teléfono.

— ¿Selena…? — Maximiliano la miró y sonrió. — Sí, está aquí conmigo, te la paso. — Le tendió entonces el teléfono a Selena. — De nada.

— No me has hecho ningún favor. — Rugió Selena, agarrando el móvil. Luego respiró con calma y se puso al teléfono. — ¿Qué?

— ¿Qué? — Le devolvió Patrick la pregunta, se encontraba en la calle, viendo cómo cargaban las cosas de ella en un camión. — ¿Te estás mudando?

— Sí.

— ¿Por qué no me has dicho nada?

— No tengo porqué. — Selena sonrió. — Ni siquiera somos amigos de verdad, solo nos aliamos para separar a Rex de esa… — Se mordió la lengua.

— ¿Has empezado la mañana bebiendo?

— ¡Maldito! — Gritó Selena al teléfono y se lo lanzó a Maximiliano.

El móvil cayó al suelo del coche y Maximiliano maldijo mientras intentó alcanzarlo sin perder de vista la carretera. Al conseguirlo, Patrick ya había colgado la llamada.

— Se te da falta ligar. — Se metió Maximiliano con ella.

Así estuvieron hasta dos meses, sin saber la una del otro. Cada uno en su mundo, en ciudades distintas y enfocados en sus trabajos.

No era porque Patrick no hubiera intentado contactarla, le escribió y la llamó, pero cuando ella no atendió a ninguna de las dos cosas, simplemente dejó de intentarlo.

Habían terminado una reunión pasadas las diez de la noche y todos se levantaban para irse. Patrick guardó dentro de su cartera de trabajo la tablet que utilizaba para trabajar y cerró la cremallera. Luego agarró su abrigo del respaldo de la silla y caminó hacia la puerta.

— Buenas noches. — Se despidió de todos, entre los que se encontraban, Rex y Telma, el presidente Saavedra y su esposa.

— Patrick. — Lo llamó Rex y Patrick se detuvo junto a la puerta.

— ¿Sí, presidente?

— Buen trabajo. — Lo felicitó Rex y le extendió una mano.

Patrick sostuvo el abrigo y la cartera en la misma mano y usó la otra para estrechar la mano de Rex.

— Gracias. Solo hago mi trabajo lo mejor que sé.

— Sigue así. — Sonrió Rex y le dio una palmada en el brazo, luego atendió a su esposa que se acercó. — ¿No tienes hambre? Yo sí. — Habló con ella y Patrick se hizo a un lado para dejarlos cruzar la puerta antes que él.

Su teléfono sonó y se molestó por tener que buscarlo en la cartera.

— Buenas noches, director. — Se despidieron de él varios trabajadores a su cargo y Patrick los miró.

— Buenas noches. — Les respondió y al observar el teléfono en su mano, vio como la llamada se cortó, apareciendo en la barra de notificaciones una llamada pérdida de Selena.

Suspiró molesto, ¿para qué lo llamaba sí iba a colgar? Se olvidó de ella y salió de la sala, al ser el último se vio obligado a apagar la luz y cerrar la puerta.

El teléfono volvió a recibir la llamada de Selena, pero solamente duró unos segundos.

Selena arrojó su teléfono móvil al tocador de su dormitorio y se rascó la cabeza con frustración. Se había dicho que no sería ella quien lo buscaría, pero los cinco test positivos de embarazo sobre el tocador, la obligaban a hacerlo.

— ¿Y? — Oyó Selena desde la puerta y miró hacia allí. — ¿Le has dicho que estás embarazada? — Le preguntó Marta, su vieja amiga de la secundaria, con la que coincidió como vecina en su nuevo apartamento.

— No. — Bufó molesta y agarró uno de los test. — ¿Cuánto porcentaje de acierto tiene estas cosas?

Marta se acercó, ella se encontraba embarazada de cinco meses.

— Oye, estar embarazada y tener un bebé no es tan malo. Mírame, ya voy por el cuarto. — Se acarició la barriga feliz.

— No has hecho otra cosa desde que acabaste el instituto. — Selena tiró el test en el tocador y se levantó. — Esa vida puede estar bien para ti, pero yo soy una mujer trabajadora. El trabajo es mi vida, no quiero un hijo. — Fue hasta la cama y se sentó, levantando una pierna para sacar el botín que llevaba en el pie. — No me va bien en el amor y por culpa de esta cosa, empezará a no irme bien tampoco en lo laboral.



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En el texto hay: romance, drama, amor

Editado: 25.01.2025

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