Con P mayúscula

Capitulo 17:

Hailee

 

—Necesitamos hablar. —Flick me está esperando afuera de mi clase de literatura, con una expresión sombría.

—Está bien… —Mis cejas se fruncen.

—Aquí no. —Mira de arriba abajo el pasillo—. Ven.

Su mano encuentra la mía, y nos abrimos paso entre la corriente de chicos que van y vienen de clase.

—Flick, espera, ¿qué es lo que está pasando?

—Eres una vendida, traidora. —Un hombro se estrella contra el mío, tirándome hacia atrás.

—¿Disculpa? —Me doy la vuelta, mirando la forma en retirada de la chica.

—Está bien, tenemos que irnos, ahora mismo. —Flick agarra mi mano nuevamente y comienza a tirar de mí.

—Felicity Giles, ya dime.

—Piensa que es demasiado buena para nosotros, para los Raiders. —Las palabras se apoderan de mí, mi mirada aterriza en un grupo de chicas junto a la puerta del baño de chicas. Todas se echan a reír cuando notan que las estoy mirando.

—¿Qué dijiste? —Me erizo, entrecerrando los ojos en su cabecita, pero Flick no se rinde mientras sigue tirando de mí hacia las puertas principales.

—Eres una desgracia —se burla alguien más hasta que me doy cuenta de que todos me están mirando.

Todo. El. Mundo. Me. Está. Mirando.

Para cuando llegamos a las puertas principales, me han insultado de todas las formas posibles: puta, prostituta, ramera, y algunas más que nunca había escuchado antes. Por fin salimos del edificio y mi respiración es irregular, mi pecho apretado mientras miro hacia las puertas.

—¿Qué demonios está sucediendo?

Flick se muerde el pulgar, sus ojos se niegan a encontrarse con los míos.

—Flick —insisto—. ¿Qué está pasando?

—Está bien, no entres en pánico… —Finalmente levanta la mirada—. Pero Thatcher publicó algo en Snapchat y la gente lo ha estado compartiendo.

—¿Él hizo qué? —Ni siquiera tengo Snapchat. Ella asiente.

—Es malo, Hails, realmente malo.

—Ya veo. —Mi voz es plana, mi estómago se revuelve—. ¿Peor que lo del día de la presentación del equipo?

Sus labios se presionan en una delgada línea.

—Muéstrame —le digo.

—Hails, no estoy segura…

—Muéstrame. —Extendiendo mi mano, espero a que me dé su celular. Desliza su dedo un par de veces por la pantalla antes de dármelo. Un jadeo se escapa de mis labios cuando mis ojos se posan en una foto mía. Excepto que no soy yo. Es mi cara pintada con Photoshop, bastante convincente, sobre el cuerpo de una chica y ella lleva un jersey de los Águilas, chupando

provocativamente una paleta.

—La hermana de Ford chupa bien la polla de los Águilas. —Mi voz se apaga—. ¿De dónde diablos salió esta foto?

Inclinándome más, puedo ver mejor.

—Oh, Dios mío. ¿No es esa una de mis fotos del anuario del año pasado? —Lo recuerdo ahora. Había estado en el estudio de arte y Denny Marcus, el fotógrafo del anuario, me hizo reír a carcajadas—. ¿Cómo demonios la consiguieron?

—No importa. Ahora todos piensan que… La fulmino con la mirada.

—No estás ayudando, Flick.

—Lo siento, es que… mierda. ¿Hails, qué vas a hacer?

—Nada. No voy a hacer nada. —Si no avivo el fuego, las llamas se extinguirán.

—Cuando Jason se entere…

—¿Qué, conducirá hasta el otro lado del río a defender mi honor? Por favor. —Sale amargo

—. No le importará esta basura. Deberíamos volver.

Muevo mi cabeza hacia las puertas.

—¿En serio? Pensé que al menos nos saltaríamos el resto de las clases.

—Es una foto. No me voy a esconder por una foto. —Aunque parece el anuncio de  una película porno barata.

—Claro, si tú lo dices. —Flick se arrastra detrás de mí cuando volvemos a entrar al edificio

—. ¿Qué clase tienes ahora?

—Matemáticas.

—Asher está en esa clase contigo, ¿verdad? Frunzo el ceño sin saber a dónde va con esto.

—Cuando se digna a aparecer, sí. ¿Por qué?

Ella me dirige una mirada comprensiva y dice—: Porque algo me dice que esto va a ponerse peor antes de que mejore.

 

~~~

 

Flick no estaba equivocada. En matemáticas recibí cuatro notas amenazándome, me arrojaron numerosas bolas de papel y algunas de las amigas de Khloe Stemson pasaron toda la clase pateando el respaldo de mi silla.

Como esperaba, Asher no se presentó, pero había visto al equipo a través de la ventana, corriendo en la pista de atletismo.

—¿Cómo estuvo? —Flick me agarra del brazo tan pronto como salgo del salón, manteniéndome cerca de ella mientras luchamos contra el tráfico del pasillo.



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En el texto hay: problemas, amor, futbol

Editado: 13.12.2020

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