Hailee
Salgo de la casa de Asher con Flick detrás de mí. Dios, mi hermanastro es un idiota redomado. No pudo ni ser cortés durante diez malditos minutos mientras desayunábamos. El desayuno que mi mejor amiga había preparado, nada más ni nada menos.
Lo dicho, es un pendejo.
—¿Hails, podrías caminar un poco más lento?
—Necesito alejarme de aquí, Flick. —La ira me impulsa hacia adelante hasta que pisoteo el camino de entrada de los Bennet, con los brazos balanceándose a mis costados, respirando en ráfagas agudas—. Esto, venir aquí, fue una mala idea.
—Es un imbécil, tienes razón. Pero Asher es otra cosa. Me doy la vuelta, mirándola.
—Por favor, no me digas que estás enamorada de Asher Bennet, el mismo Asher que sé que es un hecho que se ha acostado con todo el equipo femenil de atletismo. —Probablemente con todas al mismo tiempo, conociéndolo.
—No, no me gusta, por Dios. ¿No puedes respirar por un segundo? —Se alisa el pelo hacia atrás y se recompone—. Simplemente creo que es divertido y que le agradamos.
—Ahora le agradamos, Flick. Ahora. Después de que Thatcher descubriera quién soy. ¿No te das cuenta de lo mal que está eso? Si nunca hubiéramos ido a esa fiesta con Toby y Jude,
¿realmente crees que estaríamos aquí ahora?
—Bueno, no. —Sus hombros se hunden en señal de derrota, el dolor brilla en sus ojos cuando se bajan al suelo.
Me siento como una perra, pero ella ha sido demasiado rápida para ver lo bueno en Asher. Demasiado cegada por la promesa de fiestas en su casa y por recibir dulces palabras de parte de él en la cafetería. Flick no ha recibido la peor parte de sus bromas y sus trastadas durante los últimos cinco años y medio, pero había estado allí a mi lado para presenciarlo. Entonces, el hecho de que esté lista para pasar por alto eso, lo hace parecer trivial de alguna manera. Como si nada de eso realmente importara porque son Raiders. Y si te extienden una invitación a su círculo íntimo, la aceptas, independientemente de cualquier mierda que haya pasado antes.
—Mira, lo siento, está bien. —Trato de aclarar mi irritación—. Sé que quieres encajar. Sé que tienes tu lista y quieres que el último año sea uno para recordar. Pero podemos divertirnos sin ellos.
Mis ojos revolotean sobre su hombro y vuelven a la casa.
—¿Qué pasa con Cameron?
—¿Qué hay de él? —Me duele el pecho al recordar cómo me había rechazado anoche y luego actuó como si nada hubiera pasado esta mañana.
—Te gusta —agrega—. Yo sé que te gusta.
—No importa —digo en voz baja, sintiendo que mi pecho se contrae—. Es el mejor amigo de Jason, Flick, es un Raider. Se supone que nuestros mundos no coexisten.
Cuanto más rápido lo entienda mi estúpida cabeza, mejor. Cameron le es leal a Jason, lo que lo convierte en mi enemigo. Entonces, a pesar de cualquier atracción entre nosotros, es una mala idea. Muy mala. Porque Cameron Chase no solo me haría daño. Dada la posibilidad, me
arruinaría por completo.
Y no puedo permitir que eso suceda. No lo haré.
—Pero…
—Vamos. —La interrumpo, terminé de hablar de él—. Podemos caminar de regreso a tu casa. Ella asiente, siguiéndome por el largo y sinuoso camino de entrada.
—¿Hey, estabas llorando anoche? —pregunto, el vago recuerdo de repente inunda mi cabeza.
—¿Qué, cuándo?
—¿Cuándo llegaste a la cama? Creí oírte llorar.
—No. —Sale de sus labios un demasiado rápido, la miro por el rabillo del ojo—. Si Asher te lastima Flick…
—Hails, no sé lo que crees que escuchaste, pero te equivocas. Estoy bien. Todo está bien. En cuanto a Asher, como dije, no me gusta, me cae bien y es todo. —Conozco a Flick desde que teníamos doce años. Sé lo que ella dice. Las pequeñas cosas que hace cuando no es completamente honesta.
Y en este momento, sé que ella está mintiendo.
Pero si Asher no era el que la había hecho sentir mal... ¿quién fue?
~~~
El jueves por la mañana, las cosas finalmente parecen estar volviendo a la normalidad. Casi he sobrevivido a la semana de rivales. Thatcher no ha publicado más cosas en las redes sociales sobre mí, ha estado demasiado ocupado publicando bravuconerías para el gran partido de mañana. Jason, Asher y Cameron nos han dejado en paz en su mayor parte.
Sé que Flick se siente abatida por el reciente cambio de opinión de Asher en lo que respecta a su floreciente amistad. Pero al negarse a perder el rumbo, se centró en dos cosas: su lista y qué ponerse para el baile de Bienvenida del próximo fin de semana. El mismo baile que a pesar de los acontecimientos recientes, ella todavía insistía en que asistiéramos.
—¿Estás esperando el partido del viernes? —Me pregunta Kent cuando entro en la cocina.
Apenas despierta, agarro una taza de café y luego me dejo caer en uno de los taburetes.