Con P mayúscula

Capitulo 32:

Cameron

 

Dejé a Hailee dormida en la cama de Felicity. Ella estaba exhausta. Después de hablar, besarnos y tocarnos un poco más, ella comenzó a bostezar. Así que le dije que descansara un poco y que vendría a verla más tarde. Necesito un poco de aire. No de Hailee, ella ha sido perfecta. Todo lo que necesito y ni siquiera me había dado cuenta. Pero ella había dicho algo cuando estábamos juntos, algo que no podía sacudirme.

Dirigiéndome a la casa de Ash, apenas me sorprende pasar a Felicity cuando sale, Asher pisándole los talones.

—No sé si quiero saber qué pasó aquí —Le digo mientras los dos la vemos salir de la casa, con los puños apretados a los costados, la ira saliendo de ella en oleadas.

—Solo Jase siendo su regular gilipollas. —Él se encoge de hombros—. Voy a asegurarme de que ella esté bien.

Le asiento y él se va tras ella. Al menos ahora tenemos la casa para nosotros. Encuentro a Jase en la cocina, tomando una bebida de proteínas de aspecto chistoso.

—¿Fuiste tú? —Lo miro a los ojos y le ruego a Dios que Hailee este equivocada.

—¿Qué mierda dijiste? —Los ojos de Jase se estrechan peligrosamente mientras se eleva a su altura máxima.

—Dime que no lo hiciste. Mírame a los ojos y dime que no arreglaste todo esto para arruinarla.

Ni siquiera lo había considerado hasta que Hailee plantó la semilla. Pero mientras yacía allí, mirándola, se había arraigado, convirtiéndose en algo feo. Algo que no pude parar de pensar.

Sin embargo, es algo difícil de considerar. Jason odia a Thatcher, por lo que la idea de que se coludieran para lastimar a Hailee está fuera de discusión. Especialmente dada la historia entre ellos. Pero no puedo evitar preguntarme si él había tenido algo que ver en todo lo que sucedió y como sucedió.

—Crees que tuve algo que ver con… —Se pasa una mano por la cara, dejando escapar un profundo suspiro—. No, no lo hice. Pero una parte de mí desea haberlo hecho. ¿Es eso lo que quieres escuchar?

—Pero Aimee…

—Aimee no tiene nada que ver con esto.

—Te follaste a la hermana de Thatcher y le enviaste un video de ustedes haciéndolo. —Fue algo bajo, incluso para mi mejor amigo, y había aumentado las apuestas en su guerra. Pero había tenido sus razones. Por muy errático que sea su comportamiento, Jase nunca  actúa sin motivación o provocación y Aimee lo lastimó de una manera que pocos lo habían hecho.

—Sí, bueno, ella es una perra intrigante que obtuvo lo que se merecía.

—Hay algo muy malo contigo; Lo sabes bien, ¿cierto? —Yo no supe lo que planeaba hacerle a Aimee, pero incluso si lo hubiera sabido, no habría podido detenerlo. Él la había dejado entrar, sólo para que ella se lo regresara en su cara. Y en su lógica retorcida, Jason solo había estado matando dos pájaros de un tiro.

—Vete a la mierda, Chase. No sabes cómo es caminar en mis zapatos.

—Ay si como no. Tienes toda esta maldita ciudad a tus pies. Pero eso no significa que puedas

caminar por encima de todo el mundo, Jase. Hay consecuencias por tus acciones. El hecho de que no hayas apretado el gatillo no significa que no tenga tus huellas por todas partes. Si no hubieras comenzado esto con Thatcher, Hailee nunca habría quedado atrapada en el fuego cruzado.

—¿Crees que me importa una mierda? —Él cruza los brazos sobre el pecho y levanta una ceja.

—No tienes idea de lo que es vivir con ella. Fingir que todo está bien cuando no está jodidamente bien. Mi madre se fue por su culpa.

—¿Hailee? —Frunzo el ceño, confundido—. Tu madre no se fue por culpa de Hailee. Ella se fue porque tu papá no podía dejar de lado su pasado.

Él estaba casado con el deporte, el futuro que había perdido, el futuro que Jase tenía a su alcance.

La ira se enciende en sus ojos, el músculo de su mandíbula late.

—Estoy hablando de Denise, imbécil. Mis papás estaban resolviendo las cosas hasta que ella apareció. —Casi escupe las palabras.

—Jase, vamos, se acabó. —Las cosas habían sido difíciles entre su madre y su padre mucho antes de que Denise entrara en escena—. Esta cosa con Hailee, no es justa. Ella no es su madre. No puedes seguir castigando…

—¿Crees que la estoy castigando? —Ladra con un brillo perverso en los ojos—. No estoy castigando a Hailee; simplemente no me cae bien. Ella piensa que su madre caga  moneditas  de oro. No tiene idea de qué perra maldita es realmente. ¿Sabes que ella lo persiguió? Ella pasó meses husmeando alrededor de mi padre mientras él y mi madre estaban tratando de resolver las cosas. La pillé llamándolo, incluso los pillé casi una vez follando y escuché que mi mamá lo descubrió todo.

—Mierda, hombre, no sabía.

—No, no lo sabías. —Su expresión es cautelosa.

—¿Nunca dijiste nada? —Pero entonces no es una sorpresa. Jase es  un libro cerrado para todos los que lo rodean. Yo incluido.

—¿Qué se supone que debía decir? ¿Mi padre, un héroe local, un hombre al que todos adoran, es un hijo de puta infiel que se preocupa más por mojarse la polla con alguna ramera que por arreglar su matrimonio?



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En el texto hay: problemas, amor, futbol

Editado: 13.12.2020

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