Al llegar a sus respectivas habitaciones, algunos estudiantes se preparaban para bajar a disfrutar de la fiesta de inicio de curso, mientras que otros preferían quedarse en sus cuartos.
-Rony, ¿piensas ir a la fiesta? -Damián entra a la habitación-.
-Qué pereza... prefiero quedarme a ver una película o algo -dijo desde su cama, señalando el televisor encendido.
-Me apunto. ¿Qué vemos?
El gran salón era un deleite para los ojos. Una decoración que deslumbraba la vista. Cada rincón contaba con asientos acolchados y, en el centro de la habitación, colgaba una enorme lámpara llena de bombillas y adornos que bañaban el lugar con luz. Mesas repartidas por todo el sitio ofrecían bocadillos cuyo aroma era irresistible.
-¿Me recuerdas por qué vine? -expresó Nessa con clara molestia.
-Para divertirte y conocer personas nuevas -respondió Elenice con un tono amigable.
-Eso no ayuda... igual me quiero ir. -Es que, de verdad, sos imposible -miró alrededor-. Mira, ese chico de allá está solo, vamos a hablarle -la jaló del brazo.
-No puedes hablarle a un desconocido así como si nada y esperar que se vuelvan amigos.
-No es un desconocido, venía en nuestro autobús.
Darius observaba tranquilo a su alrededor, pensando que, en cuanto pudiera, iría a fotografiar el salón... o más bien, cuando estuviera vacío. Entonces se percató de que dos chicas caminaban hacia él.
-Hola, hola, soy Elenice Santos y ella es mi amiga Nessa Bianchi.
-Buenas noches. Darius Sseini -se presentó con cierta duda.
-¿Sseini? -la castaña lo miró algo sorprendida. -Un placer, Bianchi -sonrió el chico.
-¿Ustedes se conocen?
-Nuestros padres han trabajado juntos -aclaró su amiga-, aunquenunca nos habíamos visto en persona.
-¡Entonces los tres seremos mejores amigos! -exclamó emocionada Elenice.
El mayor miró a la castaña con cierta duda.
-Tú... simplemente ignora algunascosas que dice -ella solo se resignó.
-Pues me alegra haber hecho amigas; en este lugar no conozco a nadie. Y ya saben cómo son las personas con los iraníes... -suspiró, algo cansado por las miradas que recibía.
-No les hagas caso -Elenice le diounas palmaditas de ánimo en la espalda-. Las personas siempre juzgan sin saber.
En otro punto del salón, Dania estaba siendo arrastrada por su mejor amiga, Cinara.
-Listo, ya estamos aquí, ¿viste el lugar? ¡Nos vamos!
-No -la detuvo, agarrándola del brazo, y buscó con la mirada a la pelirroja de antes-. ¡Vamos!
Al llegar junto a Ariadna, esta sonrió y la saludó con emoción.
-¡Cinara! Te tardaste mucho, ya me sentía muy sola.
-Perdón, pero estaba tratando deconvencer a Dania de venir -la señaló-. Por cierto, Dania Reyes, mi mejor amiga, y Dania, ella es Ariadna Giannis, la chica de la que te hablé hoy.
-Un placer.
Se saludaron con respeto, pero, a medida que avanzaba laconversación, el hielo se fue rompiendo. Cuando la noche fue avanzando, los estudiantes regresaron a sus habitaciones, conscientes de que al día siguiente les esperaría un día cargado.
A la mañana siguiente, fueronguiados nuevamente al salón de conferencias, donde los separaron por especialidad para presentarles a sus respectivos líderes de fraternidad.
-Un placer a todos, yo soy Arida Khalid, líder de la fraternidad de pintura, junto con Kailani Maku-señaló a la chica a su lado-. Les pido que se formen en dos filas dependiendo de en cuál de las dos casas de nuestra fraternidad se van a quedar. A medida que vaya llamando sus nombres, se irán formando. Al terminar, los estudiantes notaronque solo cinco de ellos no habían sido mencionados.
-Casi se me olvida: ustedes cinco, por favor, vayan a la estancia que queda cruzando la séptima puerta.
En el otro lado de la sala, sucedía algo parecido.
-Un placer conocerlos a todos, yo soyYerika Bolenko y él es mi compañero Josh Brown, líderes de fotografía. Nosotros estaremos cuidando y velando por su bienestar -se expresaba muy feliz la chica alta de cabello negro-. Recuerden que si llegan a tener algún problema o duda, nos pueden llamar.
Al Terminar de mencionar a todos, los únicos cinco que quedaban recibieron la orden de cruzar una de las puertas, donde se encontraron con los otros cinco.
Cuando los diez se reunieron, a algunos no les hizo gracia la situación.
-¿Ustedes qué hacen aquí? -preguntó con tono mordaz el pelirrojo. Antes de que pudieran responder, entraron Leo Martínez y Joseph Bosvenier, atrayendo miradas de curiosidad y otras inexpresivas.
-Buenos días a todos -se sentó en medio del sofá-. Imagino que se estarán preguntando qué hacen aquí. La respuesta es muy sencilla: si no se han dado cuenta, los que están aquí fueron reconocidos por ser lo mejor de su generación. Claro que tienen talento, pero también una posición que defender-su voz se volvió más seria-. Verán, la escuela este año quiso cambiar algunas cosas, entre ellas separar a los estudiantes en tres grupos: los TL (Talla Mundial), los G (Genios) y las P (Promesas). Como ya habrán deducido, ustedes están en TL, contando con ingenio, inteligencia, talento y poder.
Dania levantó la mano con mirada preocupada.
-¿Sí?
-Vice, ¿eso quiere decir que los diez tendremos nuestra propia fraternidad?
Qué perspicaz, señorita Reyes -sonrió con sorna-. Sí, estarán en una fraternidad separados del resto y sin un jefe, por lo que tendrán que aprender a convivir entre ustedes.
-Me opongo -dijeron Darius, Nessa, Dimitri y Ebel al mismo tiempo.
-Lo lame, pero no tienen voz ni voto en esto. En especial porque sus padres dieron su consentimiento con anterioridad. Si no les gusta, siempre pueden irse -se levantó-. Ahora los dejo a cargo de quien será su guía por hoy: Joseph Bosvenier.
Joseph se encargJoseph se encargó de darles la bienvenida a la que sería su fraternidad: una casa de bello color que no sobresalía de la naturaleza, sino que se fundía con ella, como era costumbre en el estilo de la escuela. La casa contaba con diez habitaciones, ununa cocina bien equipada, gimnasio, sala de recreo, dos salones (uno de fotografía y otro de pintura) y una sala amueblada. En la parte trasera había un jardín de exquisita belleza, lleno de flores y mariposas.