Al llegar a la residencia, Dimitri y Abel se encontraron con todos reunidos en la sala...
-¡Hablando de los reyes de Roma!-sonrió Elenice señalándolos-.
-¿Se puede saber a qué se debe esta reunión en nuestra ausencia-preguntó Dimitri-.
-Estábamos reunidos porque tenemos que aclarar todavía algunas cosas -aclaró Nessa-. Empezando por que vamos a crear un grupo de WhatsApp para emergencias o noticias importantes. También debemos elegir un representante, al igual que los encargados de cocina. Además, es necesario saber si alguien es alérgico a algo o no le gusta cierta comida...
-Nessa... -la miró Elenice ilusionada-.
-Y a Elenice se le ocurrió algo para que todos seamos amigos -suspiró-.
-Qué gran resumen -habló con sarcasmo Dimitri-.
-Si no te gusta, hubieras venido antes y así no te habría tocado el resumen -le respondió mordaz Darius-.
-A ver, creo que nos estamos desviando del tema importante -intervino Dania llevándose toda la atención de los presentes-. Primero que nada: ¿son alérgicos a algo o hay algún tipo de comida que no les guste? -les preguntó a los recién llegados-.
-No -respondieron serios-.
-Por cierto, me tienen que dar su número de teléfono para agregarlos al grupo -les informó Elenice-. -¿Algo más que debamos saber? -preguntó exasperado Abel-.
-Sí, de hecho se perdieron de mucho -le respondió Nessa-.
-¡Vaya, qué amables por esperarnos! -dijo con ironía Dimitri-.
-Como se demoraban en llegar, pensamos que lo mejor era adelantarnos -sonrió de manera hipócrita-. Como sabrán, cada fraternidad tiene un líder, pero al ser nosotros diez tendrán que ser dos: uno por pintura y otro por fotografía. Damian sugirió esperar una semana y después votar, ¿están de acuerdo? -ambos asintieron-. Bien, creo que eso es todo.
-¡Nessa! -el tono de Ariadna y Elenice parecía un regaño.
-Se te olvida lo más importante -intervino Damian.
Al ver las miradas de duda de los chicos, Elenice habló:
-Lo que quiero decir es que, en vista de que algunos tenemos ciertas discordias... como los problemas entre familias, pensé que podríamos hacer actividades entre nosotros para unirnos más...
-Creo que las enemistades, sin importar de dónde vengan, no deberían importarle al resto -espetó mordaz Dimitri-.
-Ya, pero como vamos a estar viviendo diez meses del año por cinco años, no estaría mal ser amigos, ¿no? -sugirió Damian-. Además, el ambiente es muy tenso siempre que ustedes están juntos y, al ser una fraternidad, tarde o temprano tendrán que trabajar unidos. Es mejor si somos amigos...
Dimitri lo miró incrédulo, pero al ver que todos habían aceptado prefirió mantenerse en silencio y asentir, al igual que Abel. -Me alegra que estén acuerdo -sonrió amablemente Elenice-. La temática será hacer un cuadro entre todos...
-¿De qué exactamente? -preguntó Abel-.
-De la que quieran, ese es el objetivo. Voy a poner un cuadro grande en esta parte de la sala -señaló la pared decorada con varios cuadros- y ahí pondrán lo que quieran, solo dejen volar su imaginación.
-¿Cualquier cosa? -ahora preguntó Dimitri-.
-Sí, siempre y cuando no lo pongan sobre el trabajo de alguien más, claro.
Más tarde, en la cocina, estaban Damian y Nessa sin tener la menor idea de qué hacer para cenar, dado que el tiempo de la "reunión" fue más de lo esperado y quedaba poco para preparar la comida. La cocina era lo mejor equipado de la casa, todo lo que necesitaría un cocinero profesional, pero por desgracia la utilizarían solamente unos jóvenes. Tenía gran comodidad y una ventana lateral por donde entraba aire fresco, lo que daba un ambiente de bienestar. Entrar ahí resultaba refrescante y cómodo: todo estaba en su sitio y con todos los utensilios necesarios. Contaba con horno y fogones de inducción, además de estantes y armarios. En el centro estaba el fregadero con un espacio como mesa de apoyo.
Y... ¿qué tocaba de comida hoy? ¿Le gustará a todos? Esas preguntas rondaban por la mente de los encargados de cocinar ese día.
-Tengo una idea -dijo sonriente el pelinegro-.
-¿El qué? -preguntó curiosa la castaña-.
-¡Lasaña!
-Buena idea... -tomó su teléfono un momento y sonrió-. Perfecto, nadie la tiene tachada, así que imagino que no habrá problema. -Me alegra, porque la verdad no se me ocurre algo más rápido y que le guste a todos -frunció el ceño-.
-Seguro, sin duda lo tendremos complicado a la hora de cocinar... -fue buscando los ingredientes-.
-Entonces, ¿cómo la haremos? -preguntó emocionado-.
-¿Normal?
-¿Normal? ¿Los italianos no tienen siempre su toque?
-Ya verás, ahora manos a la obra. Después de unas horas preparando la lasaña, esta se estaba cocinando en el horno.
-Nunca pensé que cocinar para varias personas sería tan complicado -se quejó Damian mientras limpiaban-.
-Imagino que con el tiempo nos acostumbraremos -lo consoló Nessa-.
-Por cierto, ¿no has visto cosas extrañas en el área de fotografía?
-¿Qué quieres decir? -le lanzó una mirada curiosa-.
-Pues, en el aula de pintura algunos cuadros tenían patrones extraños, y he visto algunos similares en ciertos lugares de la escuela...
-La verdad no me había fijado en los cuadros del aula de fotografía, pero en el salón sí había algunos patrones...
-¿Serán los mismos?
-Puede ser, pero ¿por qué estarían esos patrones ahí?
-¿Tal vez nos lleven a algún pasadizo secreto en la escuela? -sugirió interesado-.
-O podría ser algún acertijo...
-Mañana voy a tomarle fotos a las pinturas y tú a las fotografías. ¿Quién sabe? Tal vez entre los dos logremos descifrarlos...
-Sería bueno intentar, pero... -Nessa lo miró con desconfianza-. ¿Por qué me lo contaste a mí en vez de a tu amigo?
-La verdad pensé que tú sabrías -la interrumpió antes de que hablara-, ya que tu hermano lleva aquí mucho más tiempo. Imaginé que pudo haberte contado algo. Aunque me doy cuenta de que sabes tanto como yo: nada -sonrió-. Y te miro como una amiga; de corazón espero que podamos ser buenos amigos.