Eras mi primer dulce y gran amor. El niño que compartí su crecer, la chica que vio todos sus tropiezos y fallos, pero, el cual se levantaba, cesaba el llanto y proseguía a sonreír con esa perfecta dentadura.
¿Por qué quererte dolía tanto? ¿Por qué todo era tan difícil? ¿Por qué no sentías un igual?
Mi mamá me aconsejó que el primer amor no es siempre el correcto. Ella, desconociendo mi enamoramiento, dio justo en el blanco y me dejó pensando.