La música retumbaba en mis oídos, me estremecía y me incomodaba ver cómo la gente sin sutileza se frotaba unas con otras. La seguí a todas partes, me divertí en lo que cabe con ella, hasta que te vi acercarte y besarla con todas tus fuerzas, con la mayor pasión que puede existir. Lo prometido; lo cumplido...
Me restregaron en la cara lo que nunca harías conmigo.