Con tan solo un roce de tus labios bastó para enloquecerme.
Con tan solo un roce de tu piel junto a la mía me hizo entender que mis emociones hacia ti todavía estaban vivas como lo eran desde un inicio. Y...
Con tan solo un roce de nuestras miradas, mi alma se hizo añicos al saber que las cosas no iban a llegar más allá que esto.