Con tan solo un roce.

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Cuando notaste el camión de mudanzas, enloqueciste. Quedaste estático al ver como mandaba por adelantado algunas de mis cosas. No quería hacer todo de un soplón, preferiría poco a poco.

Te acercaste a mí y preguntaste qué hacía, para dónde me iba y por qué.

Pude ver como tus luceros se cristalizaron, tus manos temblaron al tocar mi cara. Te dejé verme y dejar caricias en mi rostro, en fin y al cabo, más nunca te vería.



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En el texto hay: amor decepcion dolor juvenil

Editado: 09.10.2018

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