Conciencia

Conciencia

No sé qué tan extraño sería explicar que estoy escribiendo todo esto desde las espantosas profundidades de una tumba, pero lo intentaré.

Mi nombre es Zedeto-96, soy procedente del sector doce, segundo planeta, del cuarto universo. Nací en el año 3700 d.C. Mi progenitora es la matriz z39-2584ª. Soy un ser existente de nivel cinco. Si alguien está leyendo esto y no lo entiende, nivel cinco quiere decir tener la capacidad de tomar las partículas que me rodean y convertirlas en materia prima con el poder de mi mente. Fui el primer nacimiento de nivel cinco en mi planeta, por lo que los demás habitantes me tenían en la postre de un super-hombre. Difícil de creer que después de tantos años teniendo todo lo que quise, terminé por refugiarme en un lugar tan lúgubre como este.

Todo comenzó después de iniciada la primer guerra galáctica. Los habitantes de los trece sectores, todos nivel cuatro, fueron atacados por guerreros del tercer planeta. Por lo que pude entender, las disputas iniciaron debido a mí. Los seres del tercer planeta, declarándose superiores, no estuvieron de acuerdo con que se iniciara con la creación de seres de nivel cinco en el segundo planeta; por lo cual, si no se detenían, amenazaron con destruir cualquier rastro de vida inteligente que lo habitara. Los científicos y gobernantes no se detuvieron a pesar de las amenazas. Siguieron con las experimentaciones, y fue como dieron paso a la raza más poderosa: yo, o al menos eso era lo que pensaban en ese entonces

Mantuvieron mi existencia en secreto por dos décadas, las cuales fui consentido y acogido en los mejores lugares. Recuerdo que las mentes más brillantes de ese planeta llegaban, siempre en secreto, a ver la manera en que daba creación a la materia. Decían que era yo el inicio de un futuro más prometedor. Pero no sabían lo equivocados que estaban.

Los rumores eran fuertes, se hablaba que los científicos del tercer planeta estaban ya trabajando en seres de nivel seis. Aún no he entendido que puede ser más poderoso que yo, o cuáles capacidades pueden superar la creación de materia con el poder de la mente y el perfecto conocimiento de todas las ciencias del universo. Puedo suponer que están hablando de crear vida utilizando las partículas, así como yo soy (o era) capaz de darles forma con el poder de mi mente. Claro que jamás he intentando crear algo que tenga vida con mis propias manos, eso sería un atentado contra las leyes que rigen este universo. ¡Es monstruoso! Es por eso que iniciaré un viaje hasta ese planeta, de incógnito, una vez que haya guardado estos papeles en una cápsula que volara en el espacio hasta que algún lúcido la encuentre y se entere que estoy a punto de emprender la misión más peligrosa de todas.

Después de que las tropas del tercer planeta invadieran las costas del este y exterminaran a la mitad de la población, lanzaron gases sectares, los cuales penetran en los poros de la piel y disminuyen las capacidades intelectuales, convirtiendo así a los seres de nivel 4, en seres de nivel tres.

O como eran llamados anteriormente: humanos.

Desde la fundación, los gobiernos llegaron al acuerdo que el segundo planeta careciera de cualquier tipo de fuerza bruta, garantizando la protección brindada por el tercer planeta. El segundo planeta sólo se dedicaría a las investigaciones científicas, limitándose a las órdenes de su protector. El tratado se rompió con mi nacimiento.

Al igual que a los demás habitantes, los gases sectares me afectaron convirtiéndome en un ser de nivel cuatro, aunque, según puedo comprender, este efecto es temporal. No sé cuánto tiempo tardará en revertir el efecto, pero antes de esta catástrofe, recuerdo aun los cálculos que hice en mi etapa de super-hombre, y el efecto sería de por lo menos tres soles.

Mi capacidad intelectual no es la misma, mis recuerdos son algo borrosos, mi léxico es mucho menor al habitual. Por primera vez en veinte años sé lo que es ser como todos los demás.

Cuando sólo quedó viva una tercera parte de la población mundial, los científicos decidieron encapsularme y mandarme a un viaje hasta un planeta deshabitado llamado Tierra. Y hasta donde llegan mis conocimientos, fue el segundo planeta habitado por los humanos. Actualmente, se cuentan más de mil años que está deshabitado. Sus recursos naturales son escasos y su atmósfera aún está algo contaminada, pero los científicos se dieron cuenta que podría utilizarlo como estancia hasta que mis capacidades regresaran.

No sé qué habrá pasado con los pocos que aún vivían. Antes de ser enviado aquí, uno de ellos me inyectó algún tipo de anestesia. Mi vista se desvaneció al instante y mis fuerzas se agotaron. Cuando desperté me di cuenta que mi cápsula ya había aterrizado, y por los conocimientos que me brindaron durante mi gestación, pude darme cuenta que estaba en lo que los habitantes humanos de este planeta llamaban “cementerio”.  Según sus creencias, es un lugar sagrado, donde hacen una abertura en el suelo lo suficiente grande para meter el cuerpo de aquellos que su cerebro y su cuerpo dejó de funcionar. Lo cual me resulta algo repulsivo, ¿cómo es posible que contaminaran su suelo de esa manera? Lo único que pensaba era «Tengo que salir de aquí, rápido».




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