Y ahora qué será lo que me va a dar, esta mujer está llena de sorpresas, una vez me dijo mi un primo que los hombres no dan nada de gratis, ¿eso también aplicará para las mujeres?, no sé, pero la última vez que me pidió algo, solo fue un abraso.
Llegamos a la oficina y antes de entrar mandó a buscar dos batidas y dos sándwiches, en ese momento dije que yo podía ir, me miró y quiso recordarme que no me iba a separar de su lado, pero qué le puede pasar dentro de la empresa. Cuando le expresé lo que pensaba, respiró hondo y me dejó ir.
Saliendo del ascensor me percaté de que aún estaban ahí los reporteros, se me acercaron y me preguntaban:
― ¿Es verdad que la señora Thomson abofeteó a la señora Esmeralda?
― ¿Usted es novio de la señora Thomson?
― ¿Eres el guardaespaldas o su amante?
No sabía cómo reaccionar, eran bastantes preguntas, me tenían loco, entonces decidí no responder ningunas e irme al auto, una vez que entré, suspiré, me pasé la mano por la cara, encendí el auto y salí lo más rápido posible del estacionamiento.
Llegué a la cafetería, inhalé y exhalé despacio, quería que mi corazón volviera a latir normalmente. Entré, me senté en el mismo lugar de siempre, Sofía me vio y se acercó lo más de pronto posible, antes de que llegara me levanté de la silla, la abracé cando llegó a mis brazos, me sujetaba fuerte y decía:
― No vuelvas a durar un día entero sin ni siquiera decirme hola.
― No tengo celular y mi nuevo horario es el mismo que el de la jefa.
Se separó sorprendida y me pregunta:
― ¿Acaso te ascendió?
― Sigo siendo su chofer, solo que también soy su guardaespaldas personal.
― Entonces no tienes tiempo para nada.
― Si supieras lo que tuve que insistir para que me dejara venir a buscar su desayuno.
― Un pretexto para venir a verme.
Se acercó y me dio un beso, luego me dijo:
― ¿Cuál es su orden?
― De seguro quiere que desayune con ella, así que, para llevar: dos batidas y dos sándwiches.
En ese momento estaba saliendo Wilson, me ve, se acerca, me da un abrazo de lado y me dice:
― Oye muchacho…
Poniendo su cabeza cerca de mi oído, susurrando añade:
― Cada vez que vengas tendrás un desayuno gratis, porque tu fama ha llenado mi local de clientes.
Después de terminar de hablar, se fue, yo aún extrañado de la noticia me he quedado paralizado en el mismo lugar, luego se me acerca un hombre con un niño y me pregunta:
― ¿Puedo tirarle una foto con mi hijo?, él es su fan.
― Claro, por qué no.
Terminada la foto me dieron las gracias, después que se fueron se acercó otro grupo, esta vez de tres niñas que querían un ortógrafo y también una foto. Ya me estaba creyendo lo que me dijo Wilson.
Fui y busqué mi pedido, me despedí de Sofía con un beso, cuando iba saliendo escuchaba los murmullos de las personas diciendo:
― ¡Ese es el héroe inmortal!
Se me fue inevitable sonreír, pero en lo más profundo de mí sabía que lo que pasó fue casualidad, nada más.
Me devolví a la empresa, ya no estaban esos molestosos reporteros, subí al piso de la oficina de mi jefa, me dirigía directamente a la oficina hasta que, Karla me detiene, me entrega un sobre y me dice:
― Llévale este sobre a la señora Scarlet.
― Ok.
En realidad, era una bolsa y estaba un poco pesada, no para tanto, pero para su tamaño, lo bastante. Entré a la oficina, ella estaba revisando unos modelos de tela o algo así, me vio y me dijo:
― Termina de entrar, ven que tengo hambre.
Le di el desayuno y la bolsa, bebiendo de la batida me pasó mi parte y luego preguntó:
― ¿Quieres los regalos ahora o al final del día?
Me imaginé que los regalos estaban en esa bolsa, así que no se trataba de nada sospechoso. Entonces dije:
― Sí, sería bueno ahora.
― Desayuna tranquilo, te daré tu regalo en unos minutos.
El teléfono comienza a sonar, lo toma, me mira abriendo sus ojos. Cuelga el teléfono y me dice desesperada:
― No recordaba que mi madre viene hoy de España, hay que buscarla al aeropuerto, llegará dentro de una hora.
― Eh… estoy sin combustible y no tengo dinero.
― Se me olvidaba darte la tarjeta exclusiva de combustible, con esto podrás echar cuanto quieras de gasolina.
Me pasó dicha tarjeta, esto era totalmente nuevo para mí. Terminamos de desayunar, antes de salir a buscar a su madre, metió la mano en la bolsa, sacó un celular, el cual era el Samsung Galaxy S21 Ultra, eso decía la cajita, es de último modelo también, esta mujer sí que sabe cómo regalar, luego saca el segundo regalo, una pistola, esto no me lo esperaba, ella se ha fijado en mi asombro y comienza a decirme: