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-Padre...- Danie lo llama pero es como si ni siquiera supiera que estamos aquí. Tío Mark se ve feliz, es como si en su lugar estuviera una persona totalmente diferente a el, empezando porque no solemos verlo muy seguido, siempre tiene trabajo y que se yo que otras cosas que hacer, se ve radiante, no lo había visto así desde que se divorció de la mama de Danie.

-¿Tío?- Danie y yo nos miramos, tampoco parece escucharnos, del horno comienza a salir el olor de las galletas, y prepara más sobre una de las islas, ¿desde cuándo no hacia galletas? mmm... ¿cinco años? no, mas, no, no lo sé, ya lo olvide, pero lo que no olvido es que solo lo hace cuando se siente pleno, es la única forma en la que le quedan bien, lo escucho tatarear una canción no tengo la menor idea de cuál es, pero se por su melodía que es una muy alegre, me parece que una tierna brujilla le ha hecho a mi tío un encantamiento de amor-

-Papa, saldremos esta noche- lo vemos asentir-

-En tu auto- vuelve a asentir-

-Iremos a Trompy- otra vez asiente, Danie y yo nos miramos, quiere reír a carcajadas pero le digo que no con la mirada, camino hacia donde guardamos los platos, tomo uno lamentándolo de antemano, respiro, y entonces lo suelto, escucho el estrépito que produjo el plato al chocar y por ende romperse contra el suelo, y entonces mi tío sale del trance en el que ha caído-

-! Dios mío!- Danielle me mira mientras mi tío corre hacia a mí- ¿estás bien?- asiento -¿Cómo paso?

-No lo sé, supongo que fue la emoción de que nos prestaras tu auto- veo su confusión- y que nos dieras permiso para ir a trompy esta noche- digo de prisa mientras veo fruncir el ceño a quien por más de diez años ha sido mi padre.

-¿Qué?- grita, reímos, me hace a un lado, recoge y echa en el cubo de basura los vidrios rotos.

-Dad Recuerda una promesa es una promesa- se burla Danie recordándole el lema que su padre adopto para su familia, nuestra familia, ese que tantas veces fue usado en nuestra contra.

-Tío- me mira- ¿Cuándo nos la presentaras?- le veo rascarse la parte trasera del cuello.

-¿A quién?-

- A la vaca nueva que compraste para nuestro corral- le espeta Danie divertida ganándose una mirada de odio de su padre.

-Venga ya, dilo- si es posible frunce el ceño a un mas, pero luego sonríe.

-¿Cuando?- insiste Danie-

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-Nati...- no me muevo, no respiro, no hago nada, quiero parecer una chica dormida, pero me da la impresión de que parezco un gato petrificado- ¿Estas dormida?- no respondo, pero sé que ella sabe que sigo despierta, la luz está encendida !Que estúpida soy! - Traje alfajores pero si duermes entonces se los daré a papa- me incorporo, la veo sonreírme, frunzo el ceño, me entrega con delicadeza mis dulces favoritos, la miro, su mirada me recuerda a esa vez en la que... teníamos doce años, discutíamos, como todo el tiempo, pero esta vez una de las dos debía rendirse a la voluntad de la otra, ella quería ir a un concierto en el que se presentaba una de sus bandas pop rock favoritas, pero yo en cambio quería ir a una firma de libros, mi escritora favorita, estaba dando conferencias y luego de ellas firmaba los libros de algunos de sus fans, el problema radicaba en que era el mismo día, y sobre la misma hora, ya el tío Mark se había divorciado y no podía llevarnos a la dos porque además los dos eventos se celebraban en puntos opuestos de la cuidad, una de las dos tenía que ceder pero ninguna planeaba hacerlo así que mi querida prima descubrió que yo quería ir a Indonesia de vacaciones solo para ver la que recién había descubierto era la pintura más antigua en el mundo, así que prometió, estar a favor de ir allí, aun cuando odiaba mi idea solo para que yo conociese como ella la llamaba esa estúpida pintura, así que decidí ir al concierto con ella, después de todo podría tener muchas otras ocasiones en la cual tendría un autógrafo de Agota Kristof, la mirada que ella me dio ese día es la misma que me dedica ahora.

-¿Qué quieres?- Abro la bolsa de dulces y como ante la mirada vaciladora de mi prima, ok, algo le pasa. Niega.

-Solo quiero hablar- su voz parece triste y cansada, entonces lo sé, no es un deseo, es una necesidad.

-¿Sabes que no es necesario sobornarme para que hablemos verdad?- camino hacia su cama y me siento frente a ella, en posición indio, en la misma forma en la que ella se encuentra.

-No te estoy...- me mira un segundo y luego desvía la mirada- no para que hablemos- quisiera escupir todo lo que he comido y regresarlo pero no quiero, aunque quizá no me guste lo que me pedirá, tengo curiosidad de saber lo que quiere.

-Bien, entonces dime que es lo que te tiene tan triste.

-Yo no estoy...- la miro, se que nadie en el mundo puede conocerme mejor que ella, me mira y ella sabe que no importa que tan buenas sean sus mentiras, no puede engañarme porque la conozco de la misma manera.

-Cómo no voy a conocer a quien más que mi prima ha sido mi hermana durante casi toda mi vida.- asiente, respira hondo.

-Ya sabes que la noche, en la, en la fiesta de disfraces, conocí a alguien, él fue amable, atento y cariñoso- ya habíamos tenido esta conversación, no puedo entender porque no simplemente lo olvida ni tampoco porque no lo acepta, pero la escuchare- no quería que la noche acabara pero lo hizo, y el no quiso decir su nombre y menos quitarse la máscara, me dijo que al hacerlo podría arruinar nuestra noche y que el objetivo en una fiesta de disfraces era no develar tu identidad, pero yo no llevaba antifaz ! eso no es justo! le dije pero no le importo, ya ha pasado más de una semana y no lo he encontrado, no sé qué me pasa pero no puedo sacarlo de mi mente, es como si estuviera enferma, quiero saber quién es, pero ya estoy cansada de buscar sin encontrar.