Condenados

Dos extraños

Lo que antes eran nubarrones se convirtió en una tormenta violenta que golpea cada parte de mí cuerpo y helando mis huesos. 

Estoy lejos del internado, Más de cincuenta kilómetros según mi celular en mis manos temblorosas por el frío, Uno sale unos minutos a correr y el cielo parece castigarte por hacer ejercicio.

No sé en qué momento una camioneta vieja se detiene al borde del camino. 

Un chico con un paraguas amarillo baja de esta.

- ¿Estás bien? Si quieres te puedo llevar a tu casa la ruta es peligrosa en estas condiciones- parece tener mi edad o un poco más, la tormenta se hace más violenta por lo que no dudo en aceptar su propuesta.

-Sube, te llevaré a mi casa antes de que te enfermes y luego vamos a la tuya- yo asiento y me monto en la camioneta, su piel extremadamente bronceada y una barba de unas semanas decoran su rostro afilado, no creo que sea un asesino serial o algo por el estilo, eso espero.

-Me llamo Khali, ¿Y tu eres? - dice resaltando las erres en un acento tosco, mantiene su vista fija en el camino con los dedos tamborileando al ritmo de una apenas audible música y que sale de la radio.

-Me llamo Marcos, No eres de por aquí ¿No?

-Un placer, termine de mudarme está semana, creo que mi acento me delata- el sale de la carretera a lo que se supone que es un camino de tierra, ahora lleno de barro perfecto para un Rally. Unos metros más adelante una casa de madera y vidrio se alza ante nosotros, las luces encendidas exhiben lo bello que es este lugar 

-Llegamos, necesitas cambiarte antes de que te enfermes -el baja de la camioneta mientras yo solo observo esa casa bajo la lluvia ,un fuerte estornudo sale de mi 

-Vamos, pasa. Jaleh ya llegue, tenemos visitas- dice a los gritos entrando a la casa- hay un baño por ese pasillo a la derecha, hay toallas limpias, ya te llevo ropa seca ,si.- el se pierde por un pasillo, mientras que mi cuerpo sigue dejando caer agua como una cascada sobre el piso de madera oscura; me dejo guiar por dónde apuntó el chico. 

Un pasillo lleno de fotografías de niños jugando, un niño y una niña sonriendo con algunos dientes faltantes en ella, también la fotografía de un hombre calvo con unos lentes sosteniendo una caña de pescar en sus manos, algo en él se me hacia familiar, una suave música me hechiza guiándome hasta una pared de vidrio mostrandome a una chica que parece flotar al ritmo de la melodía , su espalda descubierta deja ver un tatuaje que va desde su nuca perdiéndose bajo la tela de una falda que llega hasta la mitad de su muslo, las paredes de la sala está cubierta con lo que parecen ser espadas y puñales, de solo verlo mi piel se eriza, mi vista vuelve a centrarse en ella bailando con los ojos cerrados y su cuerpo respondiendo a la música.

-Ve a bañarte y despues te la presento- Khali habla detras de mi asustandome, no se cuanto tiempo estuve observándola pero lo único que sé es que me tenía hechizado. Él me tiende una muda de ropa y me lleva hasta el baño, supongo que es para que no vuelva a admirar a la bailarina.

Quince minutos después estoy con un suéter mostaza y unos jeans negros que me quedan un poco grandes, un par de medias que parecen ser tejidas a mano junto con una bufanda azul y unas zapatillas que tengo que ajustar para que mis pies se mantengan dentro de ella, al abrir la puerta puedo ver a Khali recostado en la pared con una sonrisa de oreja a oreja y sus ojos avellanas mirándome fijamente.

-Pensé que te ahogaste ahí adentro, ven quiero presentarte a mi hermana- el me guía por la casa hasta lo que parece ser una sala de estar, ella se encuentra sentada en un sofá de cuero negro su piel al igual a la que de su hermano y de unos ojos azules igual a un zafiro resaltando su piel bronceada, bebiendo lo que parece ser Whisky, ella se pone de pie sacándome como dos cabeza de altura al igual que su hermano.

-Hola- la similitud entre ellos es inmensa no lo dudaría si son mellizos, ella lleva su cabeza rapada que hacen resaltar cada detalle de su rostro.

- Hola. Soy Marcos, Gracias por la ropa- Khali abraza a su hermana por los hombros y lo que una vez vi avellana ahora eran azules, creo que estoy quedando demente.

-Quieres un café, un chocolate caliente o Whisky - Dice ella con el rostro fruncido volviendo a beber de la botella que lleva en la mano.

-Gracias,pero estoy bien - digo algo tímido, no se lo que me pasa. - Me podrías llevar a mi casa, mis amigos deben de estar locos porque no llego.

-Si. Enseguida vuelvo- ella solo asiente acomodando su vestido verde

Ella separó su boca de la botella- Adiós- dice dándose vuelta exhibiendo las fases lunares sobre su espina dorsal que deja escapar el corte del vestido en su espalda.



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En el texto hay: misterios locura y sangre

Editado: 22.10.2019

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