La caricia de una brisa sobre mi piel me hizo estremecer. El viento movía con rudeza las hojas de los pocos arboles que se encontraban alrededor del coliseo, en el cual todos estábamos entrenando, y, de pronto, pude sentir el cambio de clima, como si se hubiese reducido a 0° cuando en realidad el Sol estaba en su punto más alto.
Todo estaba tranquilo, lo cual no dejaba de parecerme raro porque, siendo sincera, en el Santuario de Athena nunca reinaba la paz.
Se sentía… extraño.
Quizá era porque pronto se entregarían las armaduras y se harían los combates finales para ganarlas. Sí, debía de ser eso.
—¡Si te desconcentras, el enemigo no dudará en atacarte! —Escuché que me alertaron.
La voz ronca y cautivadora fue difícil de pasar por alto, sin embargo, cuando reaccioné fue por la impresión de una poderosa técnica contra mi cuerpo. Me impacté en el suelo, levantando polvo cuando rodé por este.
No obstante, me levanté lo más rápido que pude y, sin pensármelo mucho, lancé uno de mis ataques más poderosos. Mi maestro estuvo a punto de ser arrastrado por él.
—Nada mal—Se mofó—. Pero pudo estar mejor.
Y de nuevo se lanzó al ataque. Esta vez no me tomó por sorpresa, por lo que pude atrapar sus manos con las mías mientras forcejeábamos.
Una sonrisa ladina se abrió paso en su rostro.
Milo de Escorpio era un imbécil, sin embargo, también era bueno enseñando. Al menos me había vuelto fuerte y estaba a nada de ganar la armadura de plata de Lira.
—Demuéstrame lo mucho que dices odiarme.
Eso me tomó con la guardia baja.
—No te odio.
En un movimiento rápido, Milo giró mi brazo en un intento de hacerme caer, y le di el gusto. Pero, cuando mi cuerpo estuvo a punto de impactarse de nuevo con el suelo, apoyé una mano y extendí la pierna para golpearlo.
Pero él no cayó. Simplemente retrocedió unos cuantos metros antes de lanzarse de nuevo a por mí.
—¿Eso es todo lo que tienes, princesita?
La rabia se apoderó de mí.
¿Cómo se atrevía a llamarme así después de lo que pasó?
Mi puño viajó directamente a su mandíbula con toda la fuerza que poseía. Me sorprendí a mí misma cuando lo vi caerse al suelo por el impacto. En ese momento, mi cosmo se disparó. No sabía cómo, ni mucho menos porque, pero lo hizo.
Y, gracias a eso, no pudo acercarse a mí. Pues, cada que siquiera lo intentaba, salía despedido en el aire.
Intentó acercarse una vez más, no obstante, de nuevo no pudo. Pero esta vez no salió disparado, sino que se elevó en las alturas, frente a mí, pero varios metros lejos, como si alguna fuerza invisible y poderosa lo estuviese ahorcado en los aires.
Y lo disfrutase.
—¡Grettel! — Una voz conocida me gritó— ¡Detente!
Pude divisar a lo lejos una cabellera rosa. Era Aria, estaba segura.
—¡Vamos! —Volvió a insistir—¡Detente, vas a matarlo!
El entendimiento se apoderó de mí y, siquiera sin saber cómo, con un movimiento de una de mis manos pude liberarlo, ocasionando que se golpeara duramente contra el suelo mientras tosía.
Lo más extraño de todo fue como mi cosmo se disipó por completo y sin razón aparente.
***
Esta historia ha estado conmigo desde Octubre de 2019 y le tengo mucho cariño. La terminé por primera vez en Abril de 2020 y no fue hasta un año después, el 16 de Abril de 2021, que decidí subir a Wattpad esta versión que tenía unos días corrigiendo y, un mes después [14 de Mayo de 2021], subirla aquí, a Booknet, dando como resultado esto: Condenados.
Espero que puedan darle una oportunidad y les guste tanto como a mí el escribirla. No se olviden de comentar que les va pareciendo, me encanta leer los comentarios.
¡Nos vemos mañana en la siguiente actualización!
Por sí quieren cotillearme y descubrir más sobre la historia, doy adelantos y spoilers en mis redes [Igual les dejo el link en mi perfil]:
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