Condenados [saint Seiya]

Capítulo 3 | La Caja de Grettel

Yo no estaba instalada en el recinto de amazonas. De hecho, ninguna de mis amigas lo estaba.

Melek vivía en el quinto templo con Aioria, su maestro. Gaby, quien era hermana de Shura de Capricornio, estaba en el templo de los gemelos, pues su maestro era Saga. Por último, Aria, hermana menor de Death Mask, se encontraba instalada en el doceavo templo, con Afrodita de Piscis, quien era su maestro.

Yo estaba en el onceavo templo, junto a Camus porque, a pesar de que Milo era mi maestro y debería de compartir templo con él, no me pareció bien. Mucho menos después de lo que pasó.

Me adentré a los aposentos que estaban destinados para mí. En acuario hacía un frío infernal, sin embargo, me había acostumbrado. Pero seguía sin entender porque es que a Gabriella le hacía gracia pasar mucho tiempo aquí.

Era un jodido congelador.

Debajo de una de las baldosas en el suelo se encontraba, quizá, mi posesión más valiosa: Una cajita que mi madre me había dejado antes de que ella, junto a papá, fueran asesinados.

Ni Camus, ni Mila—Mi hermana— ni yo supimos como ocurrió. Simplemente un día, regresando de buscar un poco de leña, encontramos la casa saqueada y a ellos inertes en el suelo.

Dimos por hecho que habían entrado a robar.

Sin embargo, no lo creíamos del todo pues no teníamos nada de valor y, al hacer una revisión, no hacia nada falta, pero sí que había algo nuevo.

La cajita con mi nombre escrito en un papel blanco y buena caligrafía.

Recuerdo que me aferré a ella mientras lloraba y, cuando quise abrirla, esta no cedía. No obstante, y tal fueron pasando los días, comencé a examinarla a detalle. Era de color negro y de labrados dorados, con una cerradura plata que la protegía.

También había una nota pegada en el fondo plano debajo de la caja que decía:

«Ábrela cuando tengas tu armadura.»

Y es por eso que, al día de hoy, no la he abierto.

-

—Todo está tan vacío—Comentó Melek mientras caminábamos junto a Gaby por la salida de Acuario—. ¿No les parece extraño?

—Demasiado—Comentó la pelinegra de ojos esmeraldas—. ¿Estará ocurriendo algo?

—Que nos hayan mandado a llamar sí que me parece extraño. No sé porque podría ser.

Llegamos al doceavo templo, encontrándonos a Aria allí mismo, esperándonos.

—¿Han notado que hay muchos cosmos reunidos en la Cámara del Patriarca? —Nos preguntó inmediatamente.

—Sí—Respondió Mel—. También hay dos cosmos que no puedo reconocer.

—Pero igual son poderosos.

Solté un suspiro.

Yo sí reconocía uno de los cosmos.

—¿Sucede algo? —Preguntó Aria, mirándome—. Has estado rara desde el entrenamiento con Milo.

Negué con la cabeza.

Las chicas me miraron, curiosas.

—No es por eso—Me apresuré a decir, sabiendo que sí que era por eso—. Es que reconozco uno de los cosmos.

Gaby jadeó, sorprendida.

—¿Qué?

Pero no pude responderles, puesto que, instantáneamente al llegar, la puerta fue abierta y pudimos observar cómo los doce caballeros dorados estaban repartidos a cada lado de la alfombra roja que llegaba hasta el trono del Patriarca, en el que Athena se encontraba sentada.

Hicimos una reverencia y, cuando nos lo indicaron, nos levantamos.

Cuando vi como Camus lucía tenuemente menos amargado y serio que de costumbre, comprobé que no me había equivocado.

—Mila—El nombre salió de mis labios en un susurro.

Y no solo ella estaba junto a Athena.

La general de las Amazonas también lo estaba.

 

1/3

***

¡Hoy habrá triple actualización! Espero que lo disfruten.❤

Por sí quieren cotillearme y descubrir más sobre la historia, doy adelantos y spoilers en mis redes [Igual les dejo el link en mi perfil]:

Instagram: keyel1828

Twitter: Keyel1828

Wattpad: Keyel1828

Inkspired: Keyel1828




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.