Condenados [saint Seiya]

Capítulo 5 | Misión Divina o… ¿Suicida?

—El deber de todos es—Dijo la señorita Athena, mirando a todos los presentes—, una vez terminados los combates por las armaduras en tres días, buscar en cada rincón de la Tierra la Caja y sellarla.

—Disculpe, señorita Athena—Comenzó a decir el Patriarca—, yo pienso que sería mejor…

Pero la peli-lila no le escuchó, simplemente lo interrumpió diciendo:

—Kathie estará al frente de la misión divina. Pueden retirarse.

La verdad es que no pasó mucho para que todos comenzáramos a retirarnos de allí sin protestar, después de todo, era Athena quien siempre tenía la última palabra.

-

—¿Sellar esa Caja es una misión divina? —Inquirió Gaby con sarcasmo—. Es una jodida misión suicida.

—Es verdad—Concordó Mel—. Dijo que era más letal y peligrosa que la anterior.

—Podemos con eso y más—Apoyó Aria—. Pero primero tenemos que conseguir nuestras armaduras, ¿No lo crees Grett?

Yo me hallaba divagando en mis pensamientos, casi no estaba escuchando lo que ellas decían, mucho menos cuando veía a Mila, mi hermana, dirigirse a paso calmo a donde nos encontrábamos descansando antes de retomar los entrenamientos.

—Necesitamos hablar—Fue lo que dijo al llegar—. Ahora.

—No quiero hablar—Puntualicé—. Estoy ocupada.

—¿Quieres que venga Camus?

La verdad era que no. No quería. Mila siempre había sido más abierta al momento de hablar sobre cualquier tema, a comparación de Camus.

Y mis amigas veían expectantes todo.

Me levanté y ella sonrió. Me despedí de las chicas y comencé a seguirla hasta llegar a las afueras del Santuario, donde había estado antes con Milo.

Cuando pensé en él, algo se removió en mí y, así como apareció lo enterré.

—Escucha—Ordenó ella, sus ojos observándome—. Sea lo que sea que esté ocurriendo contigo, no puede seguir pasando ¿Entiendes? Te tienen en la mira.

Solté un jadeo.

—¿Qué?

—Tu cosmo no se puede sentir por momentos, ¿Entiendes lo peligroso que es eso? ¿Sabes siquiera que significa? —Mila estaba alterada, tanto, que sacudió sus cabellos rojos en un intento de calmarse y relajarse—. Athena le ha ordenado al Patriarca vigilarte.

El entendimiento llegó a mí como un rayo de luz e inmediatamente negué con la cabeza.

—No voy a dejar ir esa armadura. Es mía—Aclaré—. He trabajado tanto por ella.

Mila explotó.

—¡¿Es que no lo entiendes?! ¡No sabemos que sucede contigo y ellos no están dispuestos a averiguarlo! —Bramó—. Tendrán rodeado el Coliseo el día de los combates, si por algún motivo tu cosmo deja de percibirse de nuevo, no dudarán en atacarte.

—¿Qué quieres que haga, entonces? —Mustié— ¿Que haga que me pateen el culo? ¿Qué no me defienda?

Mila negó.

—Quiero que, cuando esas chicas estén combatiendo, encuentres la manera de hacerles llegar ese cosmo que nace de ti, para que toda la atención recaiga en ellas.

 

3/3

***

Realmente te agradezco si sigues aquí dándole una oportunidad a esta historia.❤

¿Qué opinas de ella?

¡Nos vemos mañana en la siguiente actualización y pronto en Fuera de Juego!

Por sí quieren cotillearme y descubrir más sobre la historia, doy adelantos y spoilers en mis redes [Igual les dejo el link en mi perfil]:

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