Condenados [saint Seiya]

Capítulo 9 | ¡Acaba con el pollo! Digo, ¡Con el Águila!

Mel fue rápida como Mu le aconsejó y, en escasos segundos de haber comenzado el combate, ella se había lanzado a Marín sin dudarlo.

Pero la amazona fue un segundo más rápida al esquivar el golpe que mi mejor amiga le iba a proporcionar. Estaba cargado con tanta fuerza, que el puño de Mel se impactó contra el suelo rocoso del Coliseo y desató una nube de polvo a su alrededor.

Veía que se arrojaban comentarios, pero era en un tono de voz tan bajo, que hasta donde me encontraba con Aioria—Y Milo a un costado de nosotros, con el ceño aun fruncido— no podía escucharse en absoluto.

También miré a Gaby y a mi hermano un poco alejados de nosotros, aun estaba molesto conmigo por mentirle sobre Antonio Delano y que Aioria me estuviese usando como bastón mientras casi se comía las uñas de los nervios, no ayudaba, precisamente, a que miles de pensamientos de hermano sobreprotector no surcaran su mente.

No obstante, de igual manera, miré como Gaby posicionó una de sus manos en los brazos cruzados de él. Y supe que se relajó con ese simple toque, con el roce de mi amiga. Quizá los demás podían no notarlo, pero yo sí que sabía que le había afectado, a tal punto, que dejó de fruncir el ceño.

Ahora solo tenía las cejas rectas y el rostro un poco inexpresivo como de costumbre.

Aria estaba con Death y Afrodita, del otro costado de donde nos encontrábamos, y también podía observar como charlaban de algo. Y el caballero de Cáncer no se veía muy contento, a decir verdad.

—¿Qué está ocurriendo? —Decidí preguntarle a Aioria.

No es que no le creyera a Milo, o a mi hermana. Pero necesitaba que alguien más me lo dijera.

Realmente lo necesitaba.

—Solo te diré que no podemos perder de vista tu cosmo, Grett—Informó él—. No vayas a hacer lo mismo que en el entrenamiento.

Asentí con la cabeza, aun sabiendo que no sería así.

—Y yo te dije que no vinieras directo al matadero—Completó Milo, conteniendo su ira—. Pero a mí no me escuchas.

Aioria no pudo contener su carcajada, pero, no fue hasta que un estruendoso sonido llegó a nuestros oídos, que dejamos este tema de lado antes de que él pudiera decirle algo a Escorpio.

—Joder—Fue lo que dijo a cambio el león.

Y entendí porque lo hizo.

Porque Mel acababa de recibir un golpe en el rostro propinado por Marín y todos sabíamos que eso no se iba a quedar así, pero fue el pequeño Kiki quien exteriorizó nuestros pensamientos al decir:

—¡Acaba con el pollo! —Chilló el inocente Kiki, eufórico, quien recibió una mirada seria del caballero de Aries—. Digo, ¡Acaba con el Águila!

Y eso hizo Mel porque, de un momento a otro y al igual que Aria, su cosmo aumentó un sentido más—O dos, tal vez—. Y Marín no pudo hacer nada ante ella.

Y los soldados tampoco porque, de nuevo, el Patriarca Shion con una señal y a mandato de Athena, lo dejó estar. No hizo nada al respecto. Solo dejaron continuar el combate por unos escasos segundos antes de nombrarla como la ganadora.

Entonces, fue allí cuando lo entendí.

Ellas no eran un peligro porque podían sentir su cosmo, porque no era desconocido para ellos como lo era el mío.

 

4/5

***

Por sí quieren cotillearme y descubrir más sobre la historia, doy adelantos y spoilers en mis redes [Igual les dejo el link en mi perfil]:

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