Habían pasado ya unas cuantas horas desde mi combate con la amazona de Ofiuco. Otras dos desde que Camus y Mila me recriminaron el no seguir el plan y una más para que las chicas vinieran a visitarme al templo de Acuario, justo donde nos encontrábamos ahora.
—¿Cómo es que tienes toda la espalda deshecha? —Pidió saber Gaby mientras ponía un poco de hielo en mis heridas.
Suspiré.
—¿Cómo es que tú pareces no tener ni un rasguño?
Vi como Mel se acercó a verificar por sí misma lo que Gaby decía, incluso puso una mueca de dolor cuando se dio cuenta de que era tal y como la amazona de Pavo Real dijo: Tenía la jodida espalda deshecha.
—Las cuerdas te cortaron un poco la espalda—Informó Mel.
—¡Oh, por Dios! —Exclamó Aria—. ¿En verdad?
Gaby y Mel asintieron a la par, mientras que yo soltaba de nuevo un suspiro antes de cambiar de tema.
—¿En serio iban a irse conmigo? —Inquirí—. Así, ¿Sin más?
La respuesta que las chicas dijeron a continuación, casi me hicieron sollozar.
Realmente no las merecía.
—Por supuesto—Contestó la castaña—. Tú te irías con nosotras sin dudarlo.
—Claro que haríamos lo mismo—Le siguió Gaby.
Entonces Aria—Con cuidado de no tocar mi espalda lastimada— me rodeó en un pequeño y simulado abrazo.
—Lo prometimos hace mucho tiempo—Recordó, sus ojos rosáceos viajando en cada una de las presentes—: O peleamos juntas o no lo hacemos. Nunca estaríamos en contra de cualquiera de nosotras, Grett.
Sí, yo igual esperaba que esta promesa se siguiera cumpliendo como hasta ahora.
-
Mis planes de escabullirme para tener un momento para mí se fueron al caño cuando Saga me saludó antes de que pudiera salir del Templo.
—Hola, Grettel.
Le mostré mi mejor sonrisa.
—Te he dicho que me llames cuñada—Recordé—. Que suena más lindo y a Mila le hace ilusión.
Mi hermana rodó los ojos al tiempo que ponía una de sus manos sobre el pecho de Saga; quien iba vestido con una remera azul claro con un pequeño cuello en V, unos pantalones de algodón en beige y unas sandalias de gruesas cuerdas cafés de cuero que le llegaban hasta un poco más de la pantorrilla.
—Sí, es mejor que no le hagas caso—Dijo—. Camus aun lo está asimilando.
—Quizá nunca lo haga.
Saga no sabía bromear, pero al menos lo intentaba. Su seriedad e impasibilidad eran las que les quitaban gracia a sus posibles chistes.
En eso, Camus entró al Templo con su semblante inexpresivo de costumbre y desvió la mirada de donde Mila y Saga se daban muy pequeñas—Créanme que muy pequeñas— muestras de afecto, a mí.
—¿A dónde ibas?
Sacudí la cabeza, observando la ropa mundana que muy pocas veces usaba: Camiseta sin mangas color verde, jeans azul petróleo y las botas marrones que solía usar cuando vivíamos en Francia.
Nunca me iba a acostumbrar a verlos sin sus armaduras. Jamás.
—Solo quería tomar aire—Al notar como enarcaba una ceja, decidí cambiar de tema y decir—: ¿Qué están haciendo todos aquí?
Mila miró a Camus, quien a su vez miró a Saga y este me miró a mí.
—Hoy íbamos a traicionar a Athena—Informó mi hermana—. Sin embargo, la divinidad en su cosmo está desapareciendo, así que, por ende, dejaría de serlo y de esta forma no la estaríamos traicionando. Lo cual, aun así, sigue siendo extraño.
—Por otro lado—Siguió Camus—, aún no sabemos porque eso está ocurriendo con ella ni mucho menos lo que significa.
Esta vez fue el turno de Saga, quien resopló casi imperceptiblemente a momentos de pasear su mirada azul verdosa por todos los alrededores antes de hablar:
—Y debemos de averiguarlo pronto porque, en unos días, algunos caballeros saldrán a una misión y no sabremos a lo que nos estamos enfrentando.
🌠🌠🌠
¡Hola! ¿Cómo están?
¿Qué les pareció el capítulo? ¿Les gustó? ¿Cuál ha sido su favorito hasta ahora?;)
¡Nos vemos pronto en la siguiente actualización!
Mis redes, por si quieren cotillearme para más contenido:
Instagram: keyel1828
Twitter: Keyel1828
Wattpad: Keyel1828
Inkspired: Keyel1828
También te dejo el link en mi bio:D