Condenados [saint Seiya]

Capítulo 22 | Arkhes

—¿Cómo que no está aquí? —Bramó Milo.

Los ojos ocres de la Pitia frente a nosotros los observaron con seriedad y curiosidad, como si no entendieran el motivo de su rabieta.

Entonces, pude divisar como los ojos de Milo se perdieron en algún punto y como sus labios comenzaron a temblar en oraciones inentendibles.

—¿Qué le has hecho? —Mustié, volviéndome a la mujer de cabellos rubios y tez blanquecina—. Responde, Arkhes.

Ella me miró y en sus ojos pude ver un destello de sorpresa que eliminó tan rápido como llegó. Una de sus manos se aferraba con fuerza a su largo vestido blanco y una corona de lo que parecían ser laureles adornaban su cabello suelto en ondas a su espalda.

—Ni siquiera voy a preguntar cómo sabes mi nombre, Macaria.

—Mi nombre es Grettel—Corregí—. Ahora dime, ¿Qué estás haciendo con Milo?

El pobre hombre parecía fuera de esta dimensión, como si solo su cuerpo se encontrara presente y su mente estuviera viajando sin rumbo por el espacio.

—Quiere información y primero tiene que pasar una prueba para obtenerla.

Enarqué una ceja.

—Tú misma nos has dicho que el Oráculo no se encuentra aquí—Recordé—. Milo no quería saber nada más que eso.

Su sonrisa torcida se ensanchó a tal punto de lucir escalofriante.

—En eso te equivocas—Ahora fue ella quien me corrigió—. Tu amado caballero de Escorpio desea saber algo que ni siquiera tú te imaginas, algo que puede cambiar el rumbo de las cosas y el cómo te mirará de ahora en adelante.

Mi ceño se frunció al igual que mis labios. Estaba muy segura de que Arkhes solo estaba jugando conmigo como lo estaba haciendo también con Milo.

—Deshaz esa ilusión—Ordené—. O lo haré yo.

—¿Serías tan egoísta como para interrumpir su prueba cuando está a punto de lograrla?

Desvié la mirada a Milo y pude ver en su rostro la determinación que siempre tenía en cada batalla, entonces lo supe.

Supe que no podía ser tan egoísta al respecto, por lo que bajé mi mano y no rompí la ilusión, lo que no pareció sorprender a Arkhes.

Si ella podía efectuar ilusiones referentes al posible futuro de quien estaba cruzando su prueba, no me sorprendería si también si pudiera saberlo con solo conocer vagamente a una persona.

Después de todo, ella era la interprete del Oráculo de Delfos.

—No eres tan superficial como pensé, Macaria. Pasar tiempo con los humanos te ha cambiado, pero pronto será hora de volver.

Entonces, con un chasquido de sus dedos, Milo se reincorporó de ese estado con tenue agitación y yo sentí un fuerte pitido en la cabeza antes de ver una completa oscuridad.

🌠🌠🌠

Corría sin detenerme por callejones y pasadizos oscuros, mi única acompañante era mi intuición. No sabía que camino seguir para salir de allí, sin embargo, no me detuve. Seguí corriendo a como mis piernas me lo permitían.

No había ningún sonido y todo parecía carente de vida.

¿Qué había ocurrido?

No lo supe hasta que vi a Milo inerte en el suelo y mis manos manchadas con sangre.

-

—Hey, Grett—La voz se escuchaba lejana—. Despierta, por favor. Reacciona.

Sentí como unas fuertes manos sacudían mi cuerpo en un vano intento de hacerme abrir los ojos, no obstante, y gracias a su insistencia, lo logró.

Cuando abrí mis ojos, estos me escocían como si hubiese retenido lágrimas y los párpados pesaban, amenazándome con cerrarse de nuevo. Pero, en medio de todas estas extrañas sensaciones, pude ver el rostro lleno de desesperación de Milo, quien era el que me sacudía hasta hace unos momentos.

—¿Qué sucedió? —Pregunté y me percaté de algo inmediatamente, por lo que grité—: ¡Suéltame, no me toques!

Milo me miró con confusión y como si lo que le acababa de decir fuera lo peor del mundo, entonces, como no me soltaba, lo hice yo, zafándome de su agarre.

—¿Qué mierda haces, Grettel? —Me recriminó— ¿Por qué no quieres que te toque?

—Te lastimo—Respondí, sintiendo como mis ojos se aguaban sin motivo aparente—. Sé que, cuando te toco, sientes como si fueran las llamas del Infierno las que te estuvieran quemando.

—¿Qué? —Musitó—. Claro que no es así. ¿De donde has sacado que me quemas?

Ahora la confundida era yo.

—¿Dónde estamos, Milo? —Decidí preguntar— ¿Qué pasó en el Templo de Delfos?

Noté como su ceño se frunció y con sus ojos azules me examinó.

 

—Grettel, el Templo de Delfos fue destruido al igual que sus guardianas, las Pitias, hace más de 243 años, en la última Guerra Santa contra Hades.

 

🌠🌠🌠

¡Hola! ¿Cómo están?<3

¿Qué les pareció el capítulo? ¿Qué creen que esté sucediendo? Que todo aquí se comenzará a torcer hasta el final;)

Arkhes es un personaje de Saint Seiya The Lost Canvas, Pitia guardiana del Oráculo e (Corríjanme si me equivoco) intérprete del mismo.

Y no, este no es un crossover con TLC, sin embargo, leyendo un poco de mitología (Ustedes saben que me gusta mezclarla con mis historias) supe del Oráculo y, más o menos, como funcionaba en ese tiempo, investigando en el mundo de SS, encontré el Templo de Delfos y sus guardianas las Pitias, por lo que quise incluirlas y será importante en la historia y su secuela<3

¿Tienen teorías? ¡Me encantaría leerlas!

¡Los amo! ¡Nos vemos en la siguiente actualización!

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