Conduce mi dolor

15. Comprobando una teoria.

Tharir

—¿A quién buscas?

—Sabes quién soy.

—Pasa el jefe te espera — espeta dándome una mala mirada.

Voltee los ojos entrando hacia la oficina. Como detesto a todos esos imbéciles de sus perros, mínimo hoy no me revisaron. Me siento el sofá esperando a que el señor se digne a llegar.

Recibí una llamada de Zacarias donde me ordenó que viniera ya que hoy íbamos a hablar de lo que sucedió en Sindy, claramente lo de mi supuesta libertad quedó en el olvido, ya que no pudimos cobrar el dinero aparte Donovan está muerto.

A veces recuerdo el rostro de la chica que corría para protegerse y una bala fue directo a su espalda y en la manera que cayó. Pude a ver sido yo esa chica. Saber que hubo más heridos solo por ir a una carrera, a divertirnos, a ganar dinero y que una maldita balacera nos hiciera huir, proteger nuestras vidas, era horrible. No podía creer quien era el loco que empezó a disparar, los otros chicos que disparaban fueron los del bando rojo, era obvio que lo harían tenían que defender su lugar y ver a su jefe muerto, no debió de ser para nada agradable.

Ahora solo tengo que encontrar una solución para pagarle a Abdón, por el momento no hay carreras en las que pueda participar, y necesito encontrar una manera urgente de hacerlo, no puedo seguir en este lugar, solo quiero tener una vida normal de una adolescente de mi edad, no preocuparme por una deuda que ni es mía. Saber lo que hacían con mi mamá en este lugar me duele, yo no quiero hacer también eso, no quiero que me obliguen a vender mi cuerpo, no podría, no aguantaría más abusos, no aceptaría pasar por lo mismo qué pasó mi mamá, el dolor, la decepción, la vergüenza y la repulsión qué pasó mamá, no es algo que quiera. Solo pensar que otras manos están sobre mi cuerpo sin yo querer, me aprieta el estómago. Probablemente hasta regresaría a mi maldito vicio ... las drogas y salir dos veces de lo mismo ya no sería tan fácil para mí.

Solo quiero salir de esta mierda, no quiero más, no podría soportar más.

Solo quiero ser libre, estar con mi abuela y terminar mis estudios. Quiero cumplir la promesa que le hice a mi mamá.

La puerta se abre, entran los primeros perros, luego Zacarías que solo me daños un corta mirada, al final entra Abdón, con su cabello canosos en una coleta, su traje negro con corbata roja y su puro. Lo veo sentarse en su silla, me da una mirada, finalmente suspira y me sonríe.

—Qué bueno que vienes, tenemos muchas cosas de que hablar, niña.

Créeme tenemos mucho que hablar, quiero decirle, pero tampoco quiero hacerme la interesante.

—Dime, aunque mejor Abdón ...— me levanto de mi lugar—. Mejor dime ¿Por qué me mandaste a matar? —Ante mis palabras Abdón suelta el humo y enarca una ceja.

—¿De qué hablas?

Iré directo al grano.

—Crees que no me iba a enterar, sabía perfectamente que era tú el que mando esos hombres a balacear en Sindy, y tengo pruebas —empiezo—. La primera: tú plan era que yo seduciría a Donovan para que acepte, luego intercambiar mi lugar con Zacarías para yo correr, cosas que no sucedió. La segunda: La bala no iba para Donovan, iba directo hacia Thor, que en ese momento creías que era yo o bueno lo hacían tus hombres. La tercera: La bala que impactó hacia la chica que cayó enfrente de mis narices, no fue una bala perdida, esa bala tenía una dirección, iba hacia mí.

» Tus perros debieron fallar al darse cuenta de mi presencia en la pista, y cuando lo hicieron empezaron a disparar hacia todas las direcciones. La cosa se puso fea cuando los rojos respondieron. O dime Abdón ¿me equivoqué en mi teoría?

Abdón se levanta de su asiento, apaga su puro, me mira fijamente al igual que yo. Solo espero su respuesta.

Aunque diga que él no fue, es obvio que lo sé todo, en la semana estuve hablando con Zacarías y el me confesó por qué ese día en Sindy cambió el plan, el escucho a Abdón a hablar de eso. A parte yo ya lo sospechaba, claramente Abdón no necesita diez mil dólares más cuando tiene millones por sus negocios, solo fue una ...

—Muy inteligente, pensé que te tardarías más en descifrarlo. Al parecer tú y Zacarías hicieron buen equipó — dice y en cada palabra hay un tono de burla—. Solo fue una prueba, quería saber, más bien comprobar una teoría.

¿Teoría? Este viejo de que habla.

—¿De qué hablas, Abdón? —Esa pregunta no fue hecha por mí, sino por Zacarías que se ve bastante molesto y no tardo en colocarse a mi lado. El está igual de…desconcertado que yo ¿Acaso esto era una trampa? ¡Maldición! — ¿De qué teoría estás hablando? —escupió.

Zacarías y yo miramos fijamente al sujeto que tenemos de enfrente. Que tan bien… jugó con nosotros ¿A qué teoría se refiere? ¿Qué carajo pasa aquí? Yo solo vine a aclarar mis dudas, no a que me dijera que él estaba esperando a que lo supiera ¿Que maldito juego es este?

—Tomen asiento, tengo mucho que decirles.

Zacarías y yo nos dimos una mirada que reflejaba el claro sentimiento de desprecio por saber que nada estaba bien y estoy segura de que las cosas tan poco saldrán bien a partir de ahora.

***

Arranco mi moto, solo quiero largarme de este lugar, jamás se irá mi pesadilla, siempre viviré en un maldito infierno, ya no puedo, solo ya no puedo. Me limpio las lágrimas, escucho su voz llamarme y lo que menos necesito ahora es de él.

¿Por qué a mí? ¿No quieren dejarme en paz? Necesito descansar de esta mierda. Ya.

Solo manejo hacia ese lugar, no quiero llorar, no puedo hacerlo. Saber que todo siempre fue una mentira, que él va a salir, que ya no estaré en paz.

¡Maldita sea! ¡Maldita sea!

Quiero gritar, quiero romper todo, quiero desaparecer.

Sentir esta sensación de impotencia, me está acabando.

No tardó en llegar al mirador, estacionó mi moto sin ver al rededor, aviento el casco, caigo de rodillas hacia el césped, mis lágrimas caen por mis mejillas y no las detengo, no puedo con este dolor en mí, me jode tanto.




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