Conduce mi dolor

23. Dia caluroso.

Tharir

 

—! ¡No hagas estupideces y ponte la camiseta!

Me tapo lo ojos.

—¿No quieres ver este hermoso cuerpo?

Maldito arrogante.

—¡Me voy a ir! Dijiste que no lo ibas a hacer.

—Ya, ya me la puse, relájate, odia todos.

—Como quieres que me relaje si estamos hablando bien y tu agarras y te quitas la camiseta ¡Por dios, Raven!

—¿Sabes cuantas chicas se morirían por verme así?

Volteo los ojos mirándolo.

—Pues vete con esas chicas, a mí no me apetece ver un cuerpo que ya está muy, muy usado.

Veo como frunce el ceño, ja, le di.

—Y la quiero que lo use, no más no lo hace — susurra para él, aun así, lo escucho.

Indirecta muy directa o ¿no?

Vuelvo a sentarme como indio, miro hacia el lago, siento la brisa del airé en mi rostro, las hojas de los árboles moviéndose con la corriente del aire, hoy no hace frío así que puedo estar aquí sin congelarme. Tomo las galletas que están sobre el mantel, las abro y empiezo a comérmelas, le ofrezco a Raven él también las toma, no nos decimos nada, casi ni hemos hablado desde que llegamos aquí, mas, no es incómodo, el silencio que tenemos es cómodo, relajante y tranquilo.

Raven saca unos cigarrillos, me da uno y ahora los dos estamos fumando en la orilla del lago sin decirnos absolutamente nada, trato de entender cómo es que llegamos a este punto, nunca imaginé que las cosas mejorarían entre nosotros y ahora solo nos observamos sin decirnos nada.

—¿Quieres una fotografía? —Le pregunto.

—Depende de que parte me quieras mostrar — repite las mismas palabras que me dijo cuando le hice la misma pregunta hace unos días.

—Idiota.

—Tarada.

—Arrogante.

—estúpida.

—Ya cállate.

—Te llevas y no te aguantas.

Me encojo de hombros mirando hacia el lago, ya no quiero hablar con él.

Tomo varias caladas seguidas a mi cigarro, recuerdo cuando venía acá con mi familia y jugábamos o nos metíamos al lago, la última vez que estuve aquí fue con Zacarias, que por cierto no he sabido nada de él, creo que en este preciso momento es mejor no tenerlo cerca, no quiero que él sepa lo que ha estado pasando.

—¿A que venimos aquí? —Indago para romper el silencio.

—Me gusta venir al lago es como, no se me gusta estar aquí — admite—, aunque creo que este es como mi lugar favorito.

—¿Que te gusta de este lugar? —Me giro hacia el — ¿Por qué exactamente este lugar?

Raven se lo piensa, ve hacia el lago y sonríe mostrando esos hoyuelos del demonio.

—Como tal es un lugar cualquiera, pero este y el mirador donde te lleve son los lugares que más calma me traen — confiesa—. Pero también es donde puedo fumar tranquilamente — ríe.

Raven no es Raven sin decir una tontería.

—... ahora tú estás aquí fumando conmigo, a partir de hoy eres mi cómplice — declara.

Veo hacia la nada ignorando lo que dijo, unos cuervos que se acercan al lago se acercan al agua y luego se van, bah, que bipolares.

Llegó un momento en el que me dije a mi misma que tenía que disfrutar la vida, tal vez todo algún día acabé y no hice nada de lo que siempre quise, ayer que leí la lista de Raven me animé a hacer la mía, solo que no la escribí, la tengo grabada en mi mente. Es hora de ponerla en marcha.

Me levanto de mi lugar sintiendo la mirada de Raven, él dijo que no se iba a desnudar, pero nadie dijo que yo no lo haría.

Me quito la chaqueta, las botas y cuando llego a la cremallera del short me detengo, él sin neuronas que se queda con cara de "que está sucediendo aquí". Lo ignoro y me bajo el short.

—¿Creí que no íbamos a desnudarnos? Al parecer alguien quiere disfrutar conmigo — dice con su tono sarcástico—. Me gusta la idea — se levanta de su lugar quitándose también la ropa.

—Tu no vas a entrar — le advierto—, dijiste que no lo ibas a hacer.

—Lo estás haciendo tú, ¿por qué yo no puedo? —Se quita la camiseta dejando ver su abdomen muy bien marcado.

—Raven ¡No te quites el pantalón! ...— se lo quito —... ¡Eres un gran idiota! Se supone que solo yo lo iba a hacer.

Veo a Raven que solo está en bóxer mostrándome su gran cuerpo, la verdad si tiene de que presumir. Odio que sea un narcisista, egocéntrico, arrogante y lo peor es que si le queda, o sea el sí puede presumirse todo lo que quiera.

—¿Entramos o te vas a quedar escaneándome? Si quieres me puedo poner en una posición más sensual para que disfrutes mejor de esta gloriosa vista — alza las cejas de arriba abajo de manera provocativa.

Me lamo los labios inconscientemente, dejo de verlo y camino hacia el lago sin responderle a su estupidez, solo tengo mi camiseta que agradezco que sea larga, meto de a poco a poco mis pies ¡Mierda! El agua está bien fría, cuando estoy a punto de salirme porque me arrepentí unos brazos — que ya se de quien son — me toman de la cintura, Raven me gira y me carga sobre su hombro.

—¡Idiota bájame! ¡Bájame! Raven Baja ...— no puedo decir más cuando siento el golpe de mi espalda chocando con el agua, salgo rápidamente, tomando aire, veo a Raven que también está saliendo del agua, me acerco a él y empiezo a darle manotazos — ¡Eres un idiota! ¡¿Como carajo se te ocurre hacer eso?! ¡De verdad Raven, un día de estos me vengaré de ti!

—Tu ibas a entrar sólo te di una ayudadita — sonríe como angelito que no acaba de cometer una travesura—. Ya estamos aquí, no vas a salir — empieza aventarme chorros de agua con sus manos.

—¡No! ¡Raven ya! ...— me defiendo aventándole también agua —... ¡Ya déjame! ¡NO! ¡Raven!

Se acerca a mi aventándome chorros de agua, yo hago lo mismo, ahora estamos peleando como niños que juegan batallas de agua. Lo esquivo cuando se acerca a mí, me pongo detrás de él subiéndome a su espalda y hundiéndolo, no aguanto mucho, el sale del agua haciéndome caer, empiezo a soltar carcajadas cuando lo veo todo sonrojado, nado hacia el otro lado para que no me atrape, es demasiado tarde cuando su mano toma mi pie, pataleo todo lo que puedo, pero es inútil, cuando estoy cerca de Raven escucho su risa, me toma uno de los brazos jalándome hacia él, quedamos cerca — ya me estoy empezando a acostumbrar a que el sin neuronas no respete la distancia entre nosotros—, todo su cabello negro mojado queda pegado a su frente dándole un aspecto demasiado ... caliente, esto me recuerda cuando estábamos en el hotel y salió de la ducha.




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