Conduce mi dolor

33. Cuanto Tiempo

Tharir

 

15 de diciembre del 2017.

—¿Estas lista? —Me pregunta.

Me acomodo el suéter y doy un asentimiento con la cabeza. Quiero gritar que no estoy lista, pero no puedo.

—Tú puedes, hija.

Subimos al elevador, Parker toma la silla de ruedas con mi abuela y también la sube al elevador. Aprieto el botón para bajar al estacionamiento, cierro los ojos, esto no será para nada fácil. Entrelazó la mano con la de mi abuela, sé qué para ella tampoco será fácil.

Subimos a la camioneta y Parker sube a mi abuela con ayuda de Juan y Owen que ya nos estaban esperando en el estacionamiento. Me subo en la parte trasera junto con mi abuela mientras Juan y Owen se suben en la parte de enfrente con Parker.

Hoy es el día del juicio. Hoy veré a Caleb después de un año y medio. Joder.

Vuelvo a tomar la mano de mi abuela y ahora con más fuerza.

***

Cuando bajo de la camioneta veo a Zacarias que habla con Tara, no sabía que se conocían, del otro lado veo a Raven que me sonríe y camina hacia mí. Le devuelvo la sonrisa.

Joder le estoy sonriendo a Raven Dumas. En qué momento todo cambio. Han pasado tres semanas desde que le conté la verdad sobre mí, desde que él sabe que soy una persona mal y rota.

Raven llega a mí y yo un poco apenada lo abrazo.

—Buena suerte, odia todos — susurra—. Todo saldrá bien, no te preocupes.

—Eso espero, sin neuronas.

Entramos al tribunal, solo hay poca gente y todavía no está Caleb solo esta su abogado.

Owen se sienta en la parte de enfrente con mi abuela, yo me quedo en las primeras sillas junto con Parker y Juan. A Tara y Raven no se les permitió la entrada por ser menores de edad, aun así, se quedarán afuera esperándome. Observó a Zacarias sentado atrás junto con Abdón, no tenía ni idea de que él iba a venir. Los dos me sonríen y regreso la mirada al frente. Unos cinco minutos después llega Martha y su marido, ellos también testificarán.

Se supone que Owen también metió la demanda por los abusos que cometió conmigo. Hace varios días me tuve que presentar para testificar mis hechos y bueno ahora también se le acuso por eso. Por haber abusado sexualmente de mí y por violencia familiar.

Me siento tan nerviosa, hoy lo veré de nuevo después de tanto tiempo. No sé lo que voy a hacer, solo sé que necesito otra línea de cocaína. Tampoco se me ha sido fácil salir de eso, se supone que nadie sabe solo Raven, pero le hice creer que me estaba limpiando.

Salir de un maldito vició no es fácil, nada es fácil para mí.

Siento millas de montañas rusas sobre mí, siento un maldito tren atravesarme, un iceberg cayendo sobre mí, un terremoto destrozándome, un tsunami hundiéndome. Joder. Si en estos momentos pudiera salir corriendo de aquí lo haría, pero ya entendí que no debo ser la chica que se refugia en una capa para protegerse, ya no debo poner muros al rededor mío o usar una máscara. Deje el miedo atrás, deje que la estúpida oscuridad que me hundía se deshiciera. Ya no quiero ser la chica que da lástima, ya no quiero ser la niña que llora o se esconde. Ya no.

Quiero tener mis propias alas. Quiero intentar ser feliz por una vez. Quiero ser una chica normal. Quiero vivir una vida normal. Quiero abrazar la felicidad. Quiero estar en los malditos brazos de Raven Dumas.

Mierda.

Las puertas se abren y el juez entra, todos nos ponemos de pie. El hace su entrada y luego nos volvemos a sentar.

—Tomen asiento. — Nos ordena un hombre. Lo hacemos—. La corte entra en sesión.

Las puertas del lado derecho se abren y dos oficiales entran, enseguida entra Caleb con un traje y sin esposas. Me ordenó a sostenerle la mirada, él me sonríe con burla y da un asentimiento de cabeza. Mi papá me toma de la mano dándome las fuerzas que necesito en este momento para mantenerme de pie.

Joder.

Caleb camina hacia su lugar tomando asiento a lado de su abogado. Nos da una mirada y observa al señor a mi lado, me imagino que él no tiene ni idea de quién es el hombre a mi lado.

—Todo estará bien. — Me susurra Parker.

Doy un asentimiento y observamos al juez que acomoda unos papeles en su lugar.

Todo estará bien, todo estará bien, me repito. De verdad me lo quiero creer. Observó a mi abuela que está viendo todo atentamente, no tengo ni idea de en qué esté pensando mi abuela. Solo estoy seguro de que no está a gusto y tengo miedo de que se ponga en mal estado. Estos últimos días había estado muy pálida y tosiendo demasiado. No quiero que sea nada malo.

Siento ese tic nervioso alrededor de mi cuerpo, no puedo dejar de ver hacia el lugar donde se encuentra mi pesadilla. Caleb me da una leve mirada sonriéndome con burla. Siento la maldita tensión por todo mi cuerpo, encima no ayuda que ansié otra línea de coca en estos momentos. Soy la primera en apartar la mirada. Lo odio.

Y me odio más a mí misma por sentir miedo. Odio tener miedo. Ya no quiero ser débil, quiero defender a mi madre ya mi abuela. No tendré miedo.

A pesar de que él haya abusado de mí nunca fui la chica que alejaba a todos o me les ponía al tiro si me tocaban. Obviamente detestaba que alguien me tocara sobre todo de la manera en el que Raven lo solía hacer porque me recordaba a mis días oscuros. Pero eso ya es pasado. Ahora este es el presente y no dejaré que todo el miedo que siempre he sentido me invada. Hoy vine aquí para ver cómo se pudre detrás de las rejas.

—Por favor abogados empiecen — pide el juez.

Owen se levantan y empieza dando sus primeros demandas y mostrando pruebas. Todo se pone tenso cuando muestra en pantalla las fotos de mis quemaduras. Me dan ganas de bajar la mirada, pero me prometí a mí misma que no lo haría.

—Objeción. — El abogado de Caleb se levanta—. Esas pruebas no son contundentes para este juicio. Este juicio es sobre los cargos de mi cliente sobre el intento de homicidio a la señora Davis, no es sobre su nieta.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.