¿Quien más que ella? Es una niña muy tierna, duerme demasiado, pero no es que le guste. La obligan.
-¿Por qué tengo que ir?.-dice entre llantos.
-Porque eres una niña enferma.- dice su madre. Ella sorbe su nariz.
-¿Qué tengo mami? Yo me siento bien.- sonríe ampliamente.
-No, no te sientes bien, hoy irás al psicólogo.- dice su madre severamente.
-¿Qué es un psi-psi..lo-co...golo?.-dice confundida la niña.
-Psicólogo. Y es una persona que te ayudara con tus amigos.- dice su madre sin mirarla.- Ahora anda a vestirte.
-Mami... no quiero.- dice triste la pequeña niña.
-Vas a ir y punto. Ve a vestirte o llamare a tu padre para que te golpee.-dice su madre en todo frío, casi sin vida o sin rastro de una madre con sentimientos cálidos.
-No mami, no, luego me duele todo mi cuerpecito y no puedo jugar.- dice la niña casi llorando.- ya voy mami, pero no le digas a papi, por favor.
5 días, una niña...
4 días, ya no es niña...
3 días, ya no sonríe...
2 días, esta limpia...
1 día, no estará viva...
Ya es el día... ¡¡¡¡Muere!!!..
-Mami, papi, ese hombre es malo.- dice sollozando la niña.
-Mami, papi, ese hombre me a golpeado.
-Mami, papi, escucho voces raras.
-Mami, papi, ¿por que el mundo es gris?
-Mami, estas? Papi, estas?
-Mami! Papi! Tengo miedo!
-Mami, ¿me escuchas? papi...
-Mami, papi, no quiero volver allí.
-¿Estas mami?.. ¡Mami! ¿Donde estoy? ¿Donde estas mami? ¿Quienes son esas personas? ¿Mami?
-Adiós mami. Adiós papi...