Dulces sonrisas que el viento borra a su paso...
Dulces ojos mieles...
Dulce olor a chocolate....
Delicioso aroma a arándanos...
¿Qué más se puede pedir?
-Sonrían niñas.-decía mi madre cada vez que quería tomar una fotografía, creo que esa fue la ultima.
Muerte, eso dio ella, destrucción dejo a su paso, llanto fue mi condena y como castigo dolor.
Ese primero de enero del dos mil...jure volver.