-Ella no es...
-No lo es...
-Cuídate...
-Ella..
Su sueño se ve interrumpido.
-Hija, vayamos al parque.-le sonríe su madre.
-¡Sí!.-chilla la beba.
_______________________________________
-Estas lista, amor?.-dice dulcemente.
-Sí, mami, ¿puedo jugar con mis amigos?.-le sonríe la nena, mientras caminan fuera de casa. Ella lleva sus botas para el barro y su impermeable amarillo.
-Sí, deja cerrar con llave.- y eso hace, luego camina tranquilamente, mientras la pequeña niña salta a sobre todos los charcos que se cruzan en su camino.
En su trayecto al parque se encontró un gatito de pelaje blanco y manchas negras, estaba mojado por la lluvia de hace unas horas.
-Lindo gatito.-decía mientras se acercaba a agarrarlo. El por su parte corrió hasta el otro lado de la calle.- Ven acá, gatito.- decía, mientras corría hacía el.
-¡Hey! ¡Cuidado!.-chillo su madre. Un auto se aproximaba a toda velocidad. Sheilymar por su lado, no lo vio venir, y el auto freno antes de golpearla con mucha fuerza. Calló, llorando.
-Mami! Mami!.-gritaba la niña, mientras su madre corría hacia ella. Del auto bajo un anciano.
-¿Estas bien, tesoro?.-decía y la levanto despacio, su madre había llegado ya a su lado .
-¡¿Usted es idiota?!.-gritaba la mujer.- ¡Casi me manda a volar a la cría?.-esta le gritaba y golpeaba en el pecho al pobre hombre.
-Ma..mi..!.-lloraba la nena.
-¡¡No sabe lo que me costó robarla!!.-gritó, y las personas que se habían acercado se quedaron mudas, cuando la mujer se dió cuenta de lo que dijo, fue demasiado tarde. Una mujer tenía a Sheilymar en brazos, mientras esta lloraba.- ¡Entrégame a mi hija!
-No... llamamos a la policía...
-¿Ma...má..?.-decía la niña.-¿Qué sucede?
-Nena, ven, te compraré un helado.-le sonrió la mujer que la cargaba.- Soy Lisbeth, pequeña, quiero ser tu amiga. -ella asintió, y luego sonrió.
Te dije que huyeras... Ya es demasiado tarde...