Un intercambio

Ya habiendo caído en un caos total la ciudad, todos los días no había más que peleas y muertes. La reducción de la población de pronto se veía como crecía con gran rapidez y sin alguna intención de poder detenerse.

Pero, a pesar de ello, esto todavía no era lo suficientemente mal. A l parecer todo estaba saliéndose de control inclusive para todas esas personas que estaba detrás de esto. El ver como lo que parecía ser un gran plan sin fallas, ahora estaba siendo destruido.

La simple falta de FCA, que mantuvieran en completa seguridad en la ciudad y las constantes muertes, habían sido la principal causa que atrajo a muchos monstruos que eran mucho más fuerte que los anteriores con los que se habían enfrentado. Las grandes ciudades, con la esperanza de poder encontrar alguna brecha que les permitiera volver a tomar el control de la situación en sí, les fue completamente imposible poder llegar a recuperarlo. Al ser que todo esto iba más allá de su imaginación, esta guerra parecía más una perdida para ellos y una que no podrían ganar ni por más que lo intentaran.

Entre los lamentos de innumerables personas y la intención de poder sentir aunque sea por un breve momento la calma de toda esta catástrofe, se veía muy lejano y con nubes negras y oscuras pintadas en el cielo azul. Las lágrimas que se derramaban sobre todas las personas que lloraban al ver como sus familias empezaban a disminuir y la pérdida de sus seres queridos, era el escenario perfecto que habían creado estas potencias sin que nadie se llegara a darse cuenta. Las casa más cercanas a las afueras de la ciudad estaban completamente destruidas y el abastecimiento empezaba a escasearse, sin mencionar que la salud de varias personas empezaban a deteriorarse cada vez más.

Entre las mejores personas que empezaron a idear planes para lograr sobrevivir y mantener en pie la ciudad, sólo terminaban con un gran estrés que no les dejaba descansar en lo más mínimo. No se podía sentir que el ser delincuente fuera una profesión que podría aparecer con una mayor fuerza en este momento de completo desorden y las personas más débiles en espíritu llegasen a ser algunas de las primeras en terminar corrompidas y, en algunas ocasiones, locas. Esta locura podía hacerles ir directo al peligro mientras reían y decían "Pero que es este hermoso escenario, si me quedo aquí, de todas formas de qué sirve, al final de todo esto, voy a terminar igual que si me dirijo hacia ellos" "Si logro ir directamente con ellos, posiblemente ya no deba temer nunca más" "Si domo con mis propias manos a estas bestias, de seguro que ya no habrá nada que me detenga nunca más" "De que sirve seguir viviendo si al final también voy a morir, es mejor terminar de una vez con este sufrimiento" entre muchas otras cosas.

El cielo que era gris, ahora era completamente tormentoso. Lao, sin siquiera saber si es estaba bien o no, no podía pensar en que había un mejor destino o una peor al que ellos estaban viviendo en este momento. Aunque pensara que era extraño el cómo es que nunca se llegó a recibir la respuesta de ayuda por otras ciudades, ahora ya no importaba más.

El simple hecho de haber sido buenos con todas las otras ciudades y que nunca trataran de apoyarlos ahora que los necesitaban, era la mayor demostración de que era inevitable el tratar de convivir con ellos y que debieron haberlos ignorados cuando les pidieron ayuda. Al final de todo este tiempo, al fin empezaban a mostrar sus verdaderos rostros y que no les importaba en lo más mínimo lo que les pasara.

Al ser que el combate contra los monstruos no era algo fácil, podía comprender que tal vez les era muy problemático y no contaban con la suficiente fuerza para apoyarlos, pero por lo menos debían de permitir que se refugiaran hasta lograr conseguir una forma de contrarrestar esta situación. Pero, por medio de algunos pocos sobrevivientes que regresaron, se dieron cuenta que las demás ciudades no les permitían ingresar con ellos aunque este fuera de forma temporal.

Lao, mientras seguía pasando este desastre, se dio cuenta que era completamente un error el tratar de escapar de la ciudad y tratar de refugiarse, pero también se encontraban en una trampa mortal que en cualquier momento les podría pedir sus vidas y arrebatárselas en un parpadeo. Los diferentes FCA, ya habían disminuido aún más hasta quedar alrededor de tres. A pesar de no saber con exactitud lo que les paso a los demás FCA, en el transcurso de este tiempo, era realmente dudoso el que hayan sido destruidos por los monstruos tan rápidamente, más bien parecía como si estas se habían alejado de la ciudad dejándola completamente indefensa y sin ni un solo tipo de protección. Aunque estuvieran estas tres, ya era casi completamente difícil poder mantener a raya a los monstruos y, quienes estaban a cargo de estas FCA, debían de turnarse continuamente para poder mantener algo de resistencia contra los monstros que atacaban insensatamente la ciudad.

La falta de sueño por parte de las tres personas a cargo de la protección de la ciudad, comenzaba a verse con una mayor precisión al paso de unas dos semanas. Los ataques hacia los monstruos empezaban a ser demasiado torpes y empezaban a comprometer sus últimos recursos para sobrevivir. Es por ello que, conforme se volvía más torpe la defensa, estos lograban casi llegar a entrar a la ciudad causando consigo grandes desastres.

Lao, sin dejar que todo esto le afectase más de lo que ya era, decidió volver a intentar a revisar aquel EP, que no habían logrado arreglar anteriormente. Aunque esto se estaba volviendo como un caso perdido, en su mente solamente pasaba – si tan sólo logro hacer que esta cosa vuelva a funcionar, estoy seguro de que servirá para poder comprar otro poco más de tiempo para la ciudad y si eso no fuera posible, por lo menos espero que sirva para reconstruir algunos lugares de la ciudad y ayudar de esta manera a poder mantener todo en funcionamiento. Mientras esto... mientras la ciudad pueda continuar en completo funcionamiento, tal vez... sólo tal vez... – cayó en el suelo de cansancio y, viendo de forma borrosa, cerró los ojos para quedar completamente atrapado en un profundo sueño.