Ya basta déjalo , Beck le haces daño – cállate, él solito se lo busco – claro que no, tu empezaste – ayy ya, cállate Mar , tu tampoco es que seas una santa no digas que no – lo sé , pero tampoco me la paso maltratando seres vivos menos niños- y que lo dices como si fueras una anciana , somos niñas y que – pero sabes que somos diferentes – y eso que, que importa , yo no pedí ser así – pero así nacimos – dijo la pequeña con ojos comprensivos y llorosos y con un poco de lastima hacia el grandullón que las acosaba, que ahora estaba en manos de su hermana la cual lo estaba estrangulando sin ningún tipo de piedad - . eres mala, ya enserio, por favor Beck déjalo en paz- dijo la niña en medio de llantos- está bien ya, ya, no llores ya lo dejo mira ya lo deje en paz – dijo mientras soltaba a un niño que se ahogaba entre sus pequeñas manitas.
Largo sabandija, ya sabes si me entero que vuelve a hacerle daño a maldad, te la vas a ver conmigo y créeme amigo que no te no va a gustar ni un poco lo que voy a hacerte en esas manazas – el niño que era como una cabeza más alto que la peque, se hizo pis encima y salió corriendo , gritando el nombre de su madre- te has pasado Beck – ya, Mar no te pongas pesada – dijo con un tono despreocupado como si lo que acabase de hacer no tuviese la menor importancia- sabes lo que nos va a pasar cuando ellos nos encuentren , si se dan cuenta de que casi matas aun niño, NO ME JODAS, que va decir la doctora, debe estar muy preocupada, – sí. creo que esta vez nos excedimos un poco,- NOS EXCEDIMOS , esto es increíble tu sólo haces las cosas y yo no sé por qué siempre te sigo , todo lo que haces es meternos en problemas y yo como siempre te cubro la espalda – dijo Mar con la cara encendida en ira- me culpas por querer escapar de ese maldito lugar por querer ser libres yo… yo… solo quiero cuidar de ti de nosotras – tenemos solo nueve años, no puedes cuidarme ,se hacerlo sola -. Ya… vale no te pongas así . Además tarde o temprano van a dar con nosotras, y si quieres volver está bien, los vamos esperar – enserio –preguntó la niña con una clara mueca de incredulidad –si tú crees que vas a estar bien en ese laboratorio de porquería, me quedo contigo hermana –mara con los ajos cristalizados solo abrazo a su hermana y se sentaron a esperar que llegara los hombres del laboratorio para volver a lo que Beck llamaba su prisión