Confesano - Confesiones oscuras de un adolescente

CAPITULO 9 - LA CONDENA FINAL

Llego el día del juicio y coincidentemente es el día del cumpleaños de Eduardo, todos están en el tribunal listos para la sentencia.

Martha no pudo conseguir el dinero para un abogado pero gracias a Yuliza que conocía a una abogada pudo tener una defensa justa. La abogada participaba con ella en su grupo de oración carismático en la parroquia Santa Beatriz.

El juez entra en la sala y todos se ponen de pie, luego da comienzo a la audiencia. Después que el fiscal expuso sus referencias e imputaciones contra el joven frente al juez, la abogada defensora también manifesto su presunción para justificar los actos de Eduardo; luego de una hora llegó el momento que todos esperaba: el veredicto final.

El juez pide que se ponga de pie el acusado y comienza a leer la sentencia:

- Después de analizar y examinar todos los hechos al detalle llegamos a la conclusión que el joven Eduardo Ganosa Vidal es encontrado...

Un nudo se le hace en la garganta a Eduardo, mira hacia atrás y ve a su madre tratando de contener el llanto, igual que su enamorada Yuliza. También filas atrás está el padre Ángel observando todo y desde luego orando por él. 

- ...es encontrado culpable de los cargos que se le imputan, y teniendo en cuenta que el acusado apoyo a la fiscalía para dar con los actores materiales del hecho se le da una pena de 4 años de prisión.

En ese momento Eduardo se le vino el mundo encima, cerrando los ojos dio gracias a Dios que no fueran más años de prisión y comprendía que la sentencia era justa por el error que él había cometido.

De pronto al abrir los ojos, Eduardo da un salto y se levanta de la cama rápidamente; asustado mira a su alrededor y toma su celular.

- Oh, Dios mío... aún son las 11:55 p.m. del jueves... Estuve soñando, todavía no sucedió el asalto... Gracias Dios mío.

En ese momento se da cuenta que todo lo que había vivido este tiempo era un sueño muy real que Dios le había permitido tener para mostrarle todo lo malo que podía pasarle.

- Yo no iré a ese asalto y mucho menos seguiré juntándome con esos patas que no me han llevado a nada bueno todos estos años. Mañana temprano iré a la parroquia para hablar con el padre Ángel y que me confiese. Pero Dios, ¿Cómo hago con Mauricio?, él se vengara de mí; pero bueno, como el padre Ángel me dijo en el sueño: Yo te lo dejo en tus manos Señor.

 



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En el texto hay: jovenes, policias, sacerdote

Editado: 20.07.2020

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