Confesión equivocada

CAPÍTULO 4

³«¿«³

El parloteo de Athena, se detiene de golpe, mientras los murmullos de los demás, se escucha de fondo, junto a una sombra que aparece enfrente de mi pupitre. Dejo de escribir y elevo el rostro, encontrando una cara conocida. Casi sonrío al verlo, pero al darme cuenta de ese lunar, toda mi presión baja a cero. ¿Qué hace Cassis Harvey aquí? Mi miedo sube a tope. Busco la mirada de mi amiga, hallando una expresión de desconcierto.

¡¡Yo también estoy así!!

—Hola de nuevo, Adeline Lane. —Saluda Cassis con su uniforme en desorden y la mochila detrás de su espalda—. Toma. Será el fin de semana. Te espero en el parque central a las dos de la tarde de este sábado.

¿Qué dijo?

Entre la nubla de mi mente, agarro lo que deposita en mi pupitre. Es una entrada para ver la película que está en cartelera. Quiero decir algo, pero ha vuelto a su asiento, dejándome desconcertada.

¿Por qué me dio esta entrada?

—¡¿Una entrada al cine?!

—Cállate, Athe. —Tapo su boca—. No digas nada.

—¿Por qué no diría nada? —pregunta en un susurro—. ¿Pasó algo contigo y ese tipo problemático? ¿Cuándo? ¿Acaso te está haciendo bullying? —Hace una pausa y pone una expresión llena de horror—. ¿Piensa llamar a su pandilla para hacerte daño?

Oh, Dios mío.

El terror sube todo mi cuerpo. ¿Y si Athena dice la verdad sobre eso? ¿Por eso, está citándome el día sábado? ¿Si no voy? Suspiro y friego mi cuello por el dolor del estrés.

¿Por qué tengo que pasar esto?

—Estoy en problemas, Athe.

—O sí. Al parecer el destino te quiere juntar con el gemelo problemático —comenta en un suspiro—. Aunque…..—Mira la entrada del cine—. Si te quisiera hacer daño, ¿por qué te invitaría al cine?

Una buena pregunta.

Mi mente vuela y enseguida una respuesta se asoma.

—¿Será que quiere hacerme daño en la oscuridad?

—Lo dudo —murmura—. En el cine hay personas. Sobre todo, si se trata esta película.

Es verdad.

—No comprendo.

Es difícil comprender a Cassis Harvey.

—O puede que le gustes —replica en un susurro. Abro mis ojos tan enormes que la hace reír—. Pareces de esas caricaturas de los comics.

—¡Deja de decir babosadas!

Su declaración es errónea. Es imposible que le guste a ese chico. ¿O sí? He escuchado que se reúne con varias mujeres. Hasta escuché que lo han visto salir de sitios menos sanos.

¿Quiere eso conmigo?

¿Es por haberlo ayudado? ¿Piensa que estoy insinuándome a él? ¿Si ese día quiere llevarme a un hotel?

—Eres graciosa como cambias de expresiones en segundos, Line.

—¡Tú hiciste que pensara cosas!

Ríe y encoge los hombros.

—Si deseas saber cuáles son sus intenciones, anda ese día —comenta sonriendo y palmeando mi hombro—. Si quieres, puedo ir camuflada y si pasa algo, llamo a los policías. ¿Qué te parece?

Me parece perfecto.

—Es una buena idea —respondo aliviada—. Podré saber qué mismo desea ese gemelo.

—¡Muy bien! —exclama emocionada. ¿Por qué lo está?—. Por otra parte, debes acercarte más a tu crush. —Saca algo del bolsillo de su uniforme y la deja sobre mi escritorio. Jadeo al ver que son fotos del nombrado jugando fútbol. Enseguida las cubro con mis manos—. Son perfectas, ¿verdad?

—Estás loca.

—¿Por qué? ¿No querías fotos de tu crush?

—Has tomado fotos sin consultar al protagonista. Es igual que una acosadora —susurro entre dientes—. Puedes meterte en problemas con él.

Ríe tranquila.

—Todas tenemos fotos del líder del club de fútbol, Line.

Eso tiene razón.

—Pero…

—Hasta he vendido varias —cuenta—. No me sorprendería que Ashiel Harvey tuviera un club de fans. —Saco otra foto, donde limpia su cara con la camiseta de su equipo, mientras muestra los abdominales perfectos que tiene—. Esta te la regalo por las babas que estás botando.

—¡¡Athena!!

Ríe entretenida.

—No te preocupes, no es delito sacar fotos secretas de uno de los chicos más guapos de la secundaria —comenta entre risas—. Muy bien. Te ayudaré esta vez en acercarte a tu ardiente crush. —Saca algo de su bolsillo. Es un envase pequeño de energizante de color azul—. Hoy iremos a su club y le darás esto.

—¿Qué?

—Es su favorito —indica con una sonrisa—. ¿No quieres ver cómo juega? Es todo un caso. Ahí podrás ver su espectacular cuerpo con el uniforme de su equipo.

A veces, voy a verlo jugar. Ir siempre, hace que me vea rara.

¿Si piensa que soy una acosadora?

—Está bien. Vamos juntas y nada de sacarle fotos.

Athena alza las manos y ríe.



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En el texto hay: humor, secundaria, romancejuvenil

Editado: 26.06.2025

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