Confesión equivocada

CAPÍTULO 5

³«¿«³

No quiero ir.

O ese fue el pensamiento que tuve al despertarme un día sábado a las nueve de la mañana. Mi amiga Athena mandó un mensaje que estaría lista una hora antes de la reunión para ir al cine. Si fuera el otro gemelo el que me entregó esta dichosa entrada, otra historia sería diferente. Tendría una sonrisa en el rostro y no la miseria encima de mis hombros.

No deseo tener que salir corriendo por miedo.

He estado actuando bien enfrente de Cassis. No solo con él, sino también con Ashiel. Ambos hermanos han estado en mi cabeza. Uno de buena manera y, el otro de mal manera.

—Estás guapa. Parece una cita —habla Athena a mi lado. Estamos comiendo algo de Kfc. Aún falta una hora de lo programado con Cassis—. No arrugues tu frente. Todo saldrá bien, mi triunfadora.

Triunfadora. Ni nada.

—No es una cita.

—De cierto modo, parece una, Line —comenta sonriendo—. Tómalo igual que una experiencia de tu adolescencia. Tienes a un rebelde a tus pies. El gemelo de tu crush.

—No digas tonterías.

—Ambos tienen el mismo rostro. Es decir, son atractivos. —Ríe tras mi expresión ceñuda—. Si Ashiel es guapo, también lo es su gemelo antónimo. Si tan solo no tuviera ese genio frío y esos rumores asquerosos, sería perfecto.

No me interesa la vida de Cassis Harvey.

Ni me interesará, lo que me importa es saber qué mismo desea conmigo. No quiero involucrarme, ni nada por el estilo. Deseo tener una vida tranquila este último año de secundaria. Falta un año para cumplir la mayoría de edad y entrar a la universidad.

Eso es lo que más deseo.

Sin embargo, al parecer la vida tiene otro destino para mí.

—¿Piensas que soy ese tipo de mujer que sale por el rostro del chico? —cuestiono metiendo papas fritas a mi boca—. Aparte, ambos son diferentes. Se los puede diferenciar.

—¿En serio? Yo los puedo diferenciar por su carácter y modo de vestirse —indica, bebiendo cola—. Ya sabes, ambos gemelos lanzan un aire diferente.

Tiene razón, pero Cassis posee un lunar en su rostro.

Por ese detalle, puedo diferenciarlo de su gemelo antónimo, porque ambos hermanos tienen igual sonrisa y risa.

—Pensé que eran gemelos idénticos —comenta—. ¿Qué tiene para que lo puedes diferenciar?

—Su lunar.

—¿Qué?

Señalo mi rostro, el lugar que tiene el lunar de punto en Cassis.

—Cassis tiene un lunar en forma de punto —señalo, limpiando mi boca—. No me mires así. Solo es cuestión que observes el rostro de ambos gemelos.

Su sonrisa se ensancha más.

—Entonces, te llama la atención también —dice. La miro ceñuda—. Solo era broma. Es normal que te guste. Tiene el mismo rostro que tu crush.

—Ya te dije que no soy tan superficial.

—¿Niegas que no lo comparas con tu crush? —cuestiona. No contesto—. ¿No ves? Muy normal. No te sientas culpable.

Sí. Lo comparo con su gemelo sin querer.

Sin embargo, está mal. A nadie le gusta ser comparado con otra persona. Debe ser porque ambos tienen el mismo rostro. Un par de hermanos disparejos.

—Terminemos de comer. No olvides no llamar la atención. No deseo explicar la verdad a Cassis.

—Correcto. Déjalo a mí. Todo saldrá bien —comenta entre una risa—. Hoy actuaré igual que una acosadora de ambos. Estaré atenta si pasa algo malo. Aunque….—Sonríe más grande—. Sé que solo será una cita con admirador que tienes.

Giro los ojos ante su ocurrencia errónea.

Claro, como si ese delincuente se enamoraría de mí. ¿Por qué lo haría? Ni le coqueteé. Me habló de la nada. Descartada esa idea. Para enamorarse de una persona, hay que pasar un proceso. En mi caso, fue la vez que me ayudó en el examen del año pasado.

No olvidaré como Ashiel Harvey, me ayudó con prestarme un bolígrafo cuando más necesitaba.

▬¿«¿▬

Es extraño verlo sin su uniforme.

Porta una camiseta de manga larga negra, con un jeans oscuros y ahuecados, de esos que están de moda. Tiene unos tenis blancos con rayas oscuras y en su cuello está un collar en forma de dije. Al verme, sonríe. ¡Es imposible dejar de compararlo con Ashiel! Es verdad, ambos gemelos son guapos.

Debo actuar normal sin nervios.

No me hará nada. Está Athena vigilando.

—Pensé que ibas a demorar —comenta, entregándome algo en mis manos—. Es el mismo caramelo que me diste la otra vez.

¿Qué? Miro lo que está en mi mano. ¿Es un presente?

—Muchas gracias.

—Vamos al cine, ¿o prefieres comer algo?

—No. Vamos al cine —respondo con una sonrisa fingida—. La película se la ve buena.

—Lo sé. Tuvo una buena reseña. Por ello, quise verla contigo —dice con un tono tranquilo a medida que caminamos por la acera. No ha pasado nada. Ni indicios que va a llamar a su grupo rebelde a atacarme—. Soy fanático a las películas. Siempre vengo al cine a ver los estrenos.



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En el texto hay: humor, secundaria, romancejuvenil

Editado: 26.06.2025

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