Probablemente este sea uno de esos días donde las cosas toman un rumbo completamente distinto al que se tenía en mente o a veces todo puede cambiar y en esta ocasión se podría decir que lo inesperado suele ser interesante.
Solo espero que nada de lo que vaya a suceder sea algo fuera de lo normal, ya que de por si el mundo está al revés y no hace falta agregar algo más a la lista interminable de cosas por resolver.
Así que trataré de ser breve y no marear tanto con un discurso largo y sin ningún sentido.
Todo empezó cuando me reunía con mi mejor amiga Nadia, en una librería dónde servían café los martes y jueves.
Por alguna razón siempre terminabamos en ese mismo lugar una y otra vez, aún si nos veíamos todos los días en la escuela, ese lugar acababa siendo un espacio seguro para nosotras.
Lo más extraño de esa mañana fue que por primera vez, mi amiga estaba nerviosa y distraída, así que al notar su evidente falta de intereses por la plática sobre el regreso a clases, me atreví a preguntarle si algo estaba sucediendo.
En ese momento ella me respondió en voz baja que era un asunto personal y que pronto me iba a enterar de cada detalle, en cuanto tuviera más información al respecto y me lo haría saber con anticipación.