Confesiones de una cazadora

Adelanto promocional.

Febrero 2024.

Richmond, Virginia.

En el panteón estaba llevándose a cabo el funeral de Alaric Venator, oficial de policía de la ciudad de Richmond. Habían varias personas ahí incluyendo a sus únicos familiares: su hermana mayor, Verónica, que iba acompañada de su esposo Patrick y con ellos la hija de Alaric, Injae Venator.

Cuando acabó el funeral, Injae regresó a su casa en compañía de sus tíos con quien pasó los días siguientes. Un día por la tarde estaba en su habitación empacando sus cosas con ayuda de su mejor amiga, Melissa Thompson, una pelirroja de ojos verde.

—Te extrañaré —expresó abatida la pelirroja—, ojalá pudieras quedarte.

—Está bien, Mel. —Sonrió a medias—. Gracias…por estar aquí.

Melissa frunció sus labios, soltó la ropa en sus manos y abrazó con tristeza a Injae.

—Promete que estaremos en contacto —murmuró Injae a su oído.

—Por supuesto, además planeó estudiar en Berkeley así que quizás nos veamos en California.

Se soltaron, pero se mantuvieron tomadas de la mano viéndose; Injae respiró hondo asintiendo como si no tuviera otra opción más que aceptar lo que venía.

— ¿Mañana recogerás tus cosas de la escuela?

—Si, mi tía me acompañará. Ella hará el papeleo para darme de baja —contó cabizbaja.

—Verás que todo esto es lo mejor…

—Si, lo sé —afirmó intentando convencerse a sí misma—. Espero me visites pronto —bromeó—, le agradas a mi tía.

—Lo sé, soy encantadora —alardeó tirando su cabello hacia atrás—. ¿Recuerdas este? —Alzó un suéter morado— Fue con el que te conocí en tu primer día de clases aquí.

Injae se rio cuando recordó el momento.

«Hace un año.

Hey —saludó la pelirroja causando un susto a la castaña—, lo siento ¿te asusté?

—No, está bien. —Se sonrió para disimular el susto.

—Me gustó tu suéter, el color morado te queda bien. —Le sonrió—. Soy Melissa, por cierto.

—Injae —se presentó—, y lo sé…estamos en la misma clase de cálculo. —Se puso nerviosa.»

—Dijiste que el morado me quedaba bien… luego de darme un susto —comentó riendo.

—Aún creo que te queda bien. —Sé encogió de hombros—. Pero ahora… —Entrecerró sus ojos para inspeccionarla—. Siento un energía distinta en ti.

Injae frunció el ceño mientras mantenía su sonrisa.

—¿Una energía? —Expresó escéptica—. Y según tú, ¿cómo es ahora?

—Ríe si quieres, pero es cierto lo que te digo. —Se cruzó de brazos—. Puedo sentir que eres más…arriesgada, fuerte, incluso diría ruda, ya no temes callar a un par de bocas cuando no estás de acuerdo con algo.

Melissa arqueó una ceja y sonrió de lado a la vez que Injae se quedó en silencio escuchando inexpresiva.

—Me gusta esta nueva Injae, ¿vas a mantenerla en California y en dónde sea?

Injae mordió el interior de sus mejillas para después darle una sonrisa jocosa de lado.

—Incluso en todo Europa —respondió en broma.

—Esa es mi chica —afirmó orgullosa.

 

No me funen, pero digan lo que digan, el cariño que tenía Mel por Injae era real:(




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