Confesiones de una cazadora

Capítulo 16.

—No puedo creer que me hayas convencido de venir. —Resopló.

—Será divertido —replicó Injae para animarlo—. Intenta ser amable, ¿sí?

Injae caminó delante suyo emocionada para acercarse a sus amigos que estaban parados en la entrada del cine.

— ¿Sabías que la coleta de caballo te hace ver ruda? —Comentó jocoso—. ¿Y el cabello trenzado como una chica inocente?

— ¿Y el cabello suelto?

Desató su coleta para dejar caer su larga cabellera castaña ondulada y giró la cabeza hacia los lados un par de veces para agitar las ondas de su cabello.

—Te hace ver como Injae —contestó tajante—. ¿Son ellos? —Indicó con la mirada.

La morena y su novio se acercaron a saludar.

— ¿Qué tal? Soy Monty. —Extendió su mano—. Tú eres el novio de Injae.

—Jace. —Estrechó su mano—. Y no, no soy su novio —respondió serio—. ¿Tú eres Ana? Injae me habló de ti.

—Sí… Injae también me habló de ti —mencionó accidentalmente.

Jace miró hacia Injae con el ceño arrugado. Injae se aclaró la garganta y desvió la mirada nerviosa.

—Lo siento… —le susurró Ana a Injae—. Deberíamos entrar ya.

Los cuatro entraron al cine, compraron sus boletos para ver una pelicula de terror que Monty y a Jace les interesó, pero como a las chicas no les agradaba la idea hicieron un juego para decidir, pero perdieron. Los dos chicos se rieron y festejaron como si fuesen grandes amigos por haberles ganado a sus citas.

—Solo es una película, que no se te suba a la cabeza, Jace Barrow —expresó Injae para fastidiarlo.

“¿Les gustan las palomitas dulces?” “Chicos…”

Jace e Injae voltearon hacia la pareja que les hablaba y le dieron su atención acercándose a ellos a la dulcería del cine.

Durante la película, en las escenas sangrientas Ana se cubría los ojos mientras Monty la abrazaba, por su parte Jace e Injae las veían con naturalidad, hasta que en una escena de suspenso Injae se tensó y cuando la escena de miedo pasó, la chica se sobresaltó lo suficiente como para tomar la mano de Jace y apretarla, él la miró disimulado y sonrió.

Cuando acabó la película fueron a comer pizza en un lugar cercano. Jace y Monty llevaron las bebidas mientras las chicas recibían la pizza del mesero.

—Hey, Ana, nuestra Injae se junta con universitarios —bromeó viendo a Jace.

— ¡Ja! Vaya, ¿a qué universidad vas?

—Berkeley —respondió indiferente—, pero asisto en línea porque vivo en Virginia.

Comieron y rieron con un par de bromas que hacía Monty, cuando se calmaron las risas llegaron algunas preguntas más personales.

—Dinos, Jace… ¿cómo conociste a Injae? —Preguntó pícara Ana—. ¿Y qué intenciones tienes con ella?

Ana entrecerró sus ojos acusándolo supuestamente mientras que el rubio aclaraba su garganta e Injae volteó a verlo tensa.

—De hecho, es una buena pregunta —vaciló Jace—, creía que nos conocimos de una forma, pero parece que no fue así.

— ¿Ah no? ¿Cómo fue entonces?

—Jace me ayudó con unas cajas de la mudanza cuando llegué a Richmond, pero fue algo breve que quizás por eso no lo recordamos hasta que socializamos más —contestó Injae enseguida.

Monty y Ana vieron con recelo a los otros dos porque el momento se puso tenso entre ellos ya que en realidad no sabían bien como se conocieron.

— ¿Y cómo pensaste que la conociste, Jace? —Intervino Monty curioso.

—La salvé de que la tiraran unas cajas, aunque luego se tropezó con un amigo y él se enamoró de ella —replicó de mala gana al decir eso último.

—Espera… ¿El ex novio cretino que la dejó y no asistió al funeral de su padre es tu amigo? —Alegó Ana indignada—. Eres un buen sujeto, ¿cómo puedes ser amigo de un cretino así?

Injae soltó una risa y escondió el rostro cuando sus acompañantes voltearon a verla sin entender el motivo de su repentina risa.

—Debiste salir con Jace y no con ese chico —afirmó confiada—, o al menos alguien como Jace. —Lo señaló con su papa frita.

Jace miró a Injae, arqueó su ceja y sonrió pícaro.

—Gracias, Ana —dijo sin dejar de ver a la chica a su lado—. Es una pena que Injae se perdiera de un gran sujeto como yo…

—Pff. —Resopló Injae—. ¡Me odiabas! Fuiste un cretino conmigo cuando nos conocimos —expresó indignada—, no me perdí de mucho.

—Auch —contestó Jace jocoso.

Ana y Monty se quedaron callados para presenciar la escena frente a ellos. Durante la conversación de reclamos jocosos que tenían Jace e Injae, Ana y su novio se lanzaban miradas cómplices sobre lo que pensaban de los otros dos.

—Oh miren se está haciendo de noche… deberíamos irnos —comentó Ana para irse y dejarlos solos—, mi mamá dijo que debía volver temprano.

—Te llevo a casa —avisó Monty—. Hasta luego chicos, fue un gusto, Jace.

Injae y Jace se despidieron y se quedaron solos afuera de la pizzería.

— ¿Viste lo que hiciste? —Reclamó en broma—. Seguro lo hicieron a propósito.

— ¿En serio fui tan cretino contigo?

El momento jocoso se acabó y volvieron a ser ellos con su seriedad habitual.

—No lo dije en serio, pero sí un poco. —Frunció su nariz.

—Lo siento —dijo apenado.

Injae frunció sus labios al recordar algo y se cruzó de brazos.

—Así que lo lamento… lamento como fui contigo, pero no puedo confiar en los humanos cuando se trata de esto, porque nada bueno sale de eso —se dio la vuelta para ocultar que estaba llorando.

—Jace… —la luz roja de afuera ocultaba el rostro lloroso del rubio que caminó hacia ella antes de que terminara de hablar.

—No le digas a nadie que te dije esto —susurró cerca de ella —, solo John lo sabe.

Se acercó y se paró frente a él.

—Está bien, ya te disculpaste una vez hace tiempo… no es necesario que lo hagas de nuevo —contó en voz baja—. Ese día, fue la primera vez que te vi solo como Jace y no como el lobo original que debe salvar el día.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.