Confesiones de una cazadora

Capítulo 41.

El equipo terminó de pelear y quedaron exhaustos.

—Santo cielo, eso fue… —expresó eufórica Yurim.

Injae se encontraba igual de eufórica que Yurim, cuando acabaron con un vampiro entre las dos quisieron chocar los palmas, pero se retractaron cuando ya las tenían el aire.

—Debemos irnos, está cosa es asquerosa.

Debido a las sanguijuelas que mataron se cubrieron de sangre verdosa y pegajosa que además olía fatal.

Cuando regresaron a la casa de Gerard, los chicos fueron directo a la cocina para beber agua y lavarse el rostro, mientras que Yurim e Injae iban rumbo a los cuartos hasta que oyeron las voces de Scott y de Melissa, y regresaron corriendo a la sala donde estaban sus compañeros.

—Melissa sigue aquí —alertó Injae.

— ¿Quién es Melissa? —Cuestionó indiferente Yohan.

— ¡La pelirroja!

Félix le dio un codazo a Yohan para que hiciera memoria.

— ¡Escóndanse!

— ¿En dónde?

—Yo qué sé, ¡solo háganlo!

Los cuatro corrieron por el lugar buscando donde esconderse antes de que los descubrieran, se golpearon entre sí al tratar de correr con lo viscoso sobre sus cuerpos, incluso hubo quien resbaló y cayó al suelo detrás del sofá.

“Deberíamos salir otro día juntos, ¿no crees?” “Ah, sí… lo mismo creo yo.”

Injae se asomó por el desayunador al oír las risas de los pelirrojos. El semblante de Injae se tornó serio, con la frente apenas arrugada cuando vio que Melissa estaba coqueteando descaradamente con Scott y este se había puesto nervioso con el rostro rojo cuando ella puso su mano en el tricep de él.

Yurim estaba en la cocina atrás de Injae y al verla levantándose cada vez más para mirar mejor fue hacia ella en cuclillas para jalarla del cuello de la chaqueta. Un pequeño quejido que soltó Injae llamó la atención de los pelirrojos; Scott vio junto al sofá la mano de alguien sobre el piso y se dio cuenta de que estaban escondidos.

—Te llevo a casa, vamos.

Todos salieron cuando los pelirrojos se fueron.

— ¿Qué mierda fue eso? —Protestó Yohan.

—Creo que Scott también tuvo su propia acción esta noche —insinuó Félix jocoso.

Injae fingió ignorar el comentario y Yurim no la dejaba de ver desde que la jaló.

— ¿Por qué nosotros tuvimos que lidiar con estas porquerías mientras que Scott se divertía con una sexy pelirroja?

—Como sea. Injae ve a casa, nosotros le damos el reporte a Gerard —ordenó Yurim.

Injae asintió y se marchó, en el camino se encontró regresando apenas a Scott. El chico la miró confundido al verla cubierta de la viscosidad verde, se le acercó al hombro para ver que era y cuando sintió el olor se asqueó al punto de dar una arcada.

—Que asco —masculló—. Melissa ya entró a tu casa.

—Bien.

Pasó junto a él inexpresiva y él la volteó a ver extrañado por su actitud.

Injae le envió un mensaje a su tía para que distrajera a Melissa en lo que ella entraba y se quitaba la ropa sucia. Ya cuando subió a su cuarto fingió estarla esperando como si hubiera estado ahí desde hacía un par de horas.

Melissa se dio un baño y se cambió para platicar cómodamente con Injae.

— ¿Qué tal todo con Scott?

—Increíble —susurró emocionada—. Me llevó por lugares interesantes… y luego fuimos a su casa.

— ¿Ah sí?

Melissa miró con los ojos entrecerrados a Injae cuando esta empezó a querer verse desinteresada, entonces la pelirroja tomó una almohada y se cubrió su rostro para llamar la atención de Injae.

— ¿Qué? —Frunció su frente curiosa.

—Es que… —vaciló avergonzada—. Hicimos… ya sabes qué.

— ¿Te… te acostaste con Scott? —Titubeó atónita.

— ¡No lo digas así! —Le pegó con la almohada—. Pero sí. Tuve expectativas sobre cómo sería, pero él las superó —expresó deleitada—. Hizo algo con su…

— ¡Mel, basta! —Pidió tajante—. Es mi compañero, no quiero saber esas cosas de él.

—Excompañero —corrigió—, ya no estudiarán juntos, por lo mismo a Scott no le importó hacerlo o… ¿a ti te importa?

—No para nada —negó rápido—, pero es raro… —replicó abatida.

Melissa sonrió disimulada y luego cambió de tema mencionando a Dylan, eso tomó por sorpresa a Injae quien se quedó callada unos segundos antes decirle que había muerto hace meses.

Al amanecer, Injae recibió un mensaje de Yurim pidiéndole hablar con ella en el granero de esta. Cuando bajó para ir, divisó a Scott con Yurim y un trago amargo pasó por su boca.

—Gerard sabe de tu amiga y dijo que estás libre para mantener el perfil bajo.

—Bien…

Melissa salió de la casa y saludó a lo lejos mientras caminaba hacia ellos. Injae se paró junto a los hermanos viendo venir a la pelirroja.

—No me agrada —espetó Yurim con la frente arrugada.

— ¿Es algo de los Evenson? —Bromeó Injae—. A ustedes nadie les agrada.

—A mí me agrada —comentó Scott.

—Claro que sí —murmuró Injae.

Yurim la vio disimuladamente al alcanzar a oírla.

— ¡Hola!

Melissa saludó a los tres emocionada, pero a Scott lo vio de diferente forma y aunque él sonrió disimuladamente, Injae alcanzó a notar las miradas que se compartieron ambos.

Cuando se despidieron, Injae y Melissa regresaron a la casa.

— ¿Iniciarás un romance de verano con Scott?

—Solo estaré hasta pasado mañana, así que no —confesó riéndose—. Esa chica, no le agradé, ¿cierto?

—A Yurim no le agrada nadie, yo tampoco le agrado.

—Y aun así ella te agrada. —Suspiró—. Esa tal Yurim tampoco me agrada, pero a ti sí así que seguro le terminarás agradando y se harán grandes amigas… es el efecto Injae Venator.

— ¿Estás celosa? —Expresó riéndose—. Mel, tú siempre vas a ser mi mejor amiga y siempre estaré de tu lado no importa qué.

Melissa la miró un tanto triste y de todas maneras esbozó una sonrisa para asentirle.




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