Confesiones de una cazadora

Capítulo 49.

Los días se fueron rápido con misiones simples para vigilar el pueblo y algunas otras de investigación o transporte. Estas ayudaron a que las relaciones entre los miembros del grupo se relajaran porque todos empezaron a tratar con mejores ojos al integrante transferido de El círculo azul, excepto por algunos miembros en particular debido a diferencias entre ellos.

Por su parte la relación entre los hermanos Evenson seguía estancada ya que Yurim pasaba gran parte de su tiempo libre y de misiones con Yohan a pesar de la opinión de Scott sobre él, además sus conflictos pasados seguían presentes en ellos; mientras tanto Injae recibió su carta de aceptación por parte de la universidad de Berkeley e iniciaría sus clases a mediados de agosto y durante su espera participaba en misiones pequeñas de campo con Yohan y de vez en cuando coincidía con Scott, pero también empezó una misión de investigación secreta con Yurim y Scott por orden de Gerard, la trabajaban en la habitación de reuniones privadas.

—Estas son las corporaciones especializadas en ingeniería genética.

Puso Yurim sobre el escritorio varias carpetas de color amarillo y separó otras de color verde para deslizarlas a Injae.

—Y estas son las que trabajan precisamente con la cruza genética de especies.

 —Corporación Perion, Damaris…, ¿Corporación Brizz? —La miró confundida—. Creí que la descartaste a inicios de mes.

—Investigué a sus líderes por separado porque, aunque la corporación no se relacione directamente con los Redentors no quiere decir que sus lideres no lo hagan. —Abrió la carpeta Brizz y señaló la foto—. Joseph Brizz, el dueño y director de toda la corporación.

—Un anciano enfermo… ¿unido a los Redentors?

Injae tomó el expediente del dueño para leerlo, pero Yurim la interrumpió.

—No encontré nada sucio en él ni en su hijo, ni un escándalo televisivo, pero sí de sus socios… o al menos de uno de ellos.

Le entregó otro expediente, pertenecía a Clarke Johnson, el mayor de los socios de la corporación Brizz con cuarenta y cinco años; tenía un rostro cuadrado que encajaba con la mirada gélida en sus fotos, su cabello azabache era apuradamente largo y lo tenía estirado hacia atrás con gel.

—Tiene mirada de asesino, ¿qué hizo? —Expresó Scott al llegar y robarle una foto a Injae de las manos.

—Posiblemente matar a su amante o algo así.

— ¿Qué quieres decir con “algo así”? —Preguntó preocupada Injae.

—Hubo un escándalo con una empleada más joven que lo acusó por acoso sexual, obvio Clarke lo negó todo y casualmente fue despedida… al poco tiempo la encontraron muerta en su departamento y con una supuesta carta de suicidio.

Scott arqueó sus cejas y dio un trago duro cuando vio la foto de la chica.

— ¿Y cómo se supone que esto se relaciona con los Redentors?

Yurim resopló cansada y luego les abrió otra carpeta.

—Habrá que averiguarlo, pero esta vez desde la fuente. —Señaló una foto—. Maxon Brizz, hijo único y futuro heredero de la corporación Brizz. Estudia su último año de administración y economía en… Berkeley.

Injae levantó la vista de la carpeta al oír el nombre de su futura escuela.

— ¿Quieres… que me acerque… a Maxon Brizz?

— ¿Le estás pidiendo que se acerque a un completo desconocido con la intención de qué? —Protestó en voz alta Scott.

—No se lo estoy pidiendo, se lo estoy ordenando —afirmó tajante con el semblante molesto—. Yo lidero esta investigación así que yo digo que se hace y que no.

—No estoy de acuerdo.

Scott se levantó de golpe arrastrando la silla y azotó sus manos contra la mesa, Yurim se cruzó de brazos con una mirada retadora.

—Scott, está bien —dijo en voz baja jalándolo de la manga de su sudadera—. Si algo que aprendí ahora es que no existen las casualidades, por lo tanto, no es casualidad de que coincida con Brizz en Berkeley.

—Pero Injae…

—Está bien —contestó entre dientes—, además… es una orden, ¿no?

Injae volteó a ver a Yurim con una mirada insegura, pero la pelinegra no se dobló y mantuvo su rostro serio. Después de terminar la reunión, Yurim se fue a tomar aire fresco al campo donde se encontró a Yohan jugando con un cigarrillo.

—Creí que dijiste que querías mantenerte lúcido por un tiempo.

Yohan se sonrió al oírla y asintió entrecerrando un ojo por el sol que le dio al alzar su rostro.

—Estaba por fumar de nuevo —admitió cabizbajo—, pero llegaste antes.

—Denada —presumió tomando asiento junto a él en el pasto—. Pensé que ya no tendrías que hacerlo porque lucías menos… ¿infeliz?, ¿eso dijiste aquella vez en la camioneta?

— ¿Recuerdas todo de ese día?

Yurim sonrió jocosa y resopló.

—Sí, recuerdo todo muy bien. —Eliminó su sonrisa y se puso seria—. También parecía no agradarte Hermione ni ser un cazador, pero aún no sé por qué sí eres de los mejores.

— ¿No te gustaría llevar una vida normal? No más misiones, no más muertes y perdidas continuas, no más heridas constantes, ni entrenamientos exhaustivos, ¿no querrías?

—Esto es todo lo que conozco desde niña —respondió abatida—, es lo que soy y aunque quisiera no podría cambiarlo.

— ¿No extrañas a tus padres? Ambos los perdimos por esto, no quisiera que mis hijos tuvieran que pasar por esta mierda como lo hice yo… por eso decidí que eso no se repetiría —confesó determinado.

— ¿Qué les ocurrió a tu padres?

—Murieron en una explosión hace muchos años, por eso pasé al cuidado de mis tíos, ahora ellos son lo único que tengo y ellos a mí porque mi prima… —Frunció los labios melancólico—. Debí cuidarla mejor, lo hice desde niños, pero la dejé sola y ahora no sé dónde está.

Yurim lo miró apenada y pasó su mano por la espalda del chico para consolarlo.

— ¿Quién es tu prima? Quizá podamos localizarla…

—No lo harán porque fue expulsada, se volvió vampiro y le quitaron su marca —contestó molesto—. Mis tíos le dieron la espalda y seguro cree que yo también lo hago, quizá la conociste… se llama Stella.




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