Confesiones de una cazadora

Capítulo 52.

Al pasar los últimos días de agosto las cosas para Yurim se complicaron más, pues desde que se confesó, todos la despreciaban y aunque dejaron de murmurar a sus espaldas luego empezaron a despotricar frente a su cara comentarios hirientes respecto a ella y la situación con Stella.

Por su parte, Injae comenzó a charlar más con Maxon Brizz ya que ahora era él quien aparecía en momentos oportunos para hacerse el héroe frente a Injae por salvarla de situaciones mínimas.

— ¿No llevas bolígrafos? —Preguntó Yohan a Injae quien le contaba sobre Maxon—. Vas a la universidad.

—Claro que llevo, genio.

Yohan extendió su mano hacia un lado con el panecillo carcomido por él mismo.

— ¿Entonces por qué te prestó uno?

—A las personas les gusta ser el héroe para alardear o simplemente impresionar a alguien.

—Entonces… ¿dejas que el niño empresarial Brizz te vea como una damisela en peligro para que él pueda ser el héroe? —Insinuó burlón—. Chica rúnica, no lo creí de ti.

Soltó su panecillo de forma dramática sobre el plato y tomó una falsa bocanada de aire para fingir su asombro.

—Chica mala.

Injae se rio cubriéndose con su palma la boca y cuando se detuvo, jugó con su panecillo mientras recordaba una de las mañanas anteriores de la semana.

— ¡Hola! —Saludó Maxon con la mano ocupada—. ¿Esperarás a qué la cafetería abra?

—Ah… sí, ¿cómo supiste?

—Intuición.

Maxon se sonrió cuando ella asintió jocosa; Injae miró las manos ocupadas del chico con dos batidos que tenían la etiqueta de una cafetería nueva en la ciudad, “Topanga’s”.

— ¿Dos batidos?

—Uno es para otra persona —contestó nervioso.

—Oh, claro, no te quito más tu tiempo —expresó sonriendo avergonzada—. Llévale el batido antes de que se entibie.

Maxon le extendió uno de los batidos y ella arrugó sus cejas todavía sin aceptarlo.

—De hecho, es para ti… no sabía bien qué sabor podría gustarte así que elegí de fresa, pero si no…

—Fresa, está bien —afirmó tímida y tomó el batido—. Gracias.

Ambos le dieron un sorbo por el popote y sonrieron.

Scott llegó al comedor grande de la casa para desayunar y se sentó en la mesa junto a Injae y Yohan.

— ¿De qué hablan? Oigo sus risas hasta el otro extremo del salón.

—La chica rúnica ha embrujado al chico Brizz, seguro la invitará a salir pronto.

Yohan arqueó su ceja viendo a Scott y este al oír, empezó a toser por la borona del panecillo.

—Tch. —Reviró sus ojos Injae frente a Yohan—. Maxon es un tipo agradable y normal, pero no pasará de ahí.

— ¡Por favor! Hace un segundo pensabas en el batido que te dio.

Scott oía en silencio, pero con la mirada engrandecida que iba de Injae a Yohan según quien hablase y cuando oyó lo del batido volvió a toser, pero esta vez en compañía de Injae.

— ¿Por qué toses?

— ¿Tú por qué lo haces?

— ¿Por qué tosen ambos?

Antes de que alguno respondiese, llegó un chico con un delgado sobre tornasol de apariencia metálica para Injae.

— ¿De Mireya? —Asumió Scott.

—Tu bruja —agregó Yohan jocoso—. ¿Se escriben cartas? ¿Es algo así como un romance lésbico de amigas a amantes?

— ¿Algún día algo de lo que digas dejará de ser…?

— ¿Qué pasa? ¿Malos recuerdos? —Se burló Yohan de Scott.

—Ya recordé porque no me agradas…

— ¿Podrían acabar su pelea de machos? Quiero leer la carta de Mireya.

Ambos chicos se callaron y dejaron que Injae abriera el sobre. Las letras de la carta se iluminaron y sobresalieron de la lámina para flotar en el aire conforme Injae iba leyendo en voz baja.

—Es una carta enviada desde el reino de la magia, ¿sigue en la academia?

—Sí, creo que no lleva más de dos años allí —respondió Scott—. ¿Cómo conoces las cartas del reino?

—Bueno…

—Hay que ir por Gerard —interrumpió preocupada—. No es una carta para ponernos al día, es de su padre.

Injae se levantó de golpe y se encaminó hasta la salida, detrás de ella fueron Scott y Yohan luciendo como su escolta; Gerard entró al comedor y vio el sobre en la mano de Injae, pero no se sorprendió.

—A mi oficina.

Una vez en ella, Gerard reprodujo un par de videos y audios que provenían de algunos especialistas que peleaban en las fronteras del reino de la magia, todos ellos cortaron la transmisión porque fueron asesinados por algo que no lograron enfocar con claridad.

— ¿Qué carajo fue eso? —Protestó Yohan.

Gerard alzó su ceja al oírlo y Scott le dio un manotazo a Yohan en el estómago.

—Disculpe.

El hombre se aclaró su garganta y luego puso otro audio donde una voz femenina pedía refuerzos poco antes de que se oyera su grito.

—Ese fue de esta madrugada, el grupo en Indiana mandó cazadores para detener un supuesto ataque de Redentors ya que…

—Han estado secuestrando a brujas fuera del reino —intervino Injae—. El padre de Mireya lo dijo en la carta, pero si eso ocurre aquí, ¿qué fue lo que pasó en el reino?

—Los especialistas creen que los Redentors tienen ayuda con acceso al reino, hadas oscuras —explicó el anciano—. Al parecer en el reino secuestraron hadas y en el mundo humano a brujas y hechiceros, ya que las hadas no salen del reino tuvieron que ir por ellas.

—Creí que las hadas oscuras estaban encerradas en prisiones aisladas y de energía.

—Al parecer no todas fueron capturadas.

Gerard resopló sobándose la cabeza mientras los jóvenes veían.

— ¿Iremos a Indiana?

—La señorita Venator irá, ustedes no —espetó alzando la mirada del escritorio—. Señorita Venator, vaya al cuarto de operaciones, el escuadrón ya debe estar ahí.

Injae asintió y se marchó.

—Señor —intervino Scott—, solicito ir a esta misión.




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